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En casa mando yo: las claves de un triunfo claro y merecido de Peñarol en la Copa Libertadores

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Bentancourt, Musto y Carrizo, protagonistas en Peñarol. Foto: Estefanía Leal.

AURINEGROS

El mirasol derrotó 2-1 al elenco paraguayo con goles de Ramos y Carrizo, Mauricio Larriera renovó la idea y su equipo se quedó con un juego clave para el futuro del grupo E.

En la previa al partido y mientras los periodistas esperaban por la confirmación del equipo titular, en los pasillos del Estadio Campeón del Siglo circulaban rumores sobre la formación de Peñarol para enfrentar a Olimpia de Paraguay en lo que iba a ser un partido clave para el futuro del mirasol en la Copa Libertadores.

Es que luego del pobre debut con Colón de Santa Fey de las interrogantes que dejó la victoria ante Liverpool, Mauricio Larriera, con muy poco tiempo de trabajo entre partido y partido, demostró una vez más que está a la altura de lo que significa Peñarol.

En apenas pocos días por no decir escasas horas, el equipo mutó. Mutó mucho en el juego, en la actitud y también en el sistema táctico.
Para recibir a Olimpia, el técnico carbonero apeló a una línea de tres defensores que se transformaba a la hora de replegarse con cinco atrás, pobló la mitad de la cancha y apostó al doble nueve.

Y en el inicio del encuentro parecía otro Peñarol. Pero ese ímpetu que el aurinegro mostró se apagó de inmediato porque Olimpia se paró bien en el campo, se cerró, no dejó muchos espacios y como por si fuera poco, se animó y comenzó a jugar mucho y mejor en el ataque, generándole varias situaciones de peligro a una zaga carbonera que volvía a ofrecer pocas garantías.

Kevin Dawson se transformó en la figura de la primera parte, evitando dos chances claras de gol del rival y cuando todos estaban pensando en esa charla del entretiempo, en una jugada de otro partido, Ruben Bentancourt asistió de manera notable a Juan Manuel Ramos, quien definió bárbaro para poner el 1-0 en el cierre de la primera parte, haciendo delirar al Campeón del Siglo. Baldazo de agua fría para un Olimpia que había hecho los méritos, pero no los goles.

Ese gol maquilló una mala actuación del equipo mirasol. Después a Larriera no le tembló el pulso. El floridense le fue fiel a su libreto y en el complemento salió a defender la ventaja atacando, como lo solía hacer aquella no tan lejana versión del Peñarol 2021.

El entrenador mandó a la cancha a Ignacio Laquintana por Matías Aguirregaray y a Federico Carrizo por Agustín Álvarez Martínez, quien sigue atravesando un momento complicado en lo deportivo.

Tan solo tres minutos tuvieron que pasar para que Peñarol aumentara y lo hizo a los 48’ luego de otra asistencia de Bentancourt, esta vez para el Pachi Carrizo, quien encaró en velocidad hacia el área y definió notable ante la salida de Gastón Olveira para anotar su primer gol con la camiseta del carbonero.

Otro golpazo para Olimpia. El equipo paraguayo no se pudo recomponer y cuando lo hizo, fue tarde aunque el gol de Walter González a los 79’, tras un quede importante y una desatención de la zaga de Peñarol, le puso incertidumbre al cierre del encuentro.

Pero lejos de lo mostrado en Santa Fe, donde el aurinegro apostó a defender un punto y se quedó con las manos vacías, anoche Peñarol se defendió atacando porque antes y después del descuento visitante, tanto Ignacio Laquintana por derecha como Federico Carrizo por izquierda complicaron y mucho a la defensa rival y el local generó chances claras como para liquidarlo.

La seguridad de Dawson, el enorme despliegue de Walter Gargano, el corazón de Damián Musto, las asistencias de Bentancourt y los goles en momentos determinantes, le marcaron la noche a un aurinegro que se hizo fuerte en el Estadio Campeón del Siglo y que sumó tres puntos de oro para acomodarse en la tabla del Grupo E y quedar segundo.

Larriera se renovó. Le cambió la cara al equipo y Peñarol tomó impulso. Ahora deberá mantener y mejorar lo hecho.

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