SELECCIÓN

Con la eliminación de Uruguay del Mundial de Qatar 2022 tras la última fecha del Grupo H, el vínculo de Diego Alonso con la selección llegó a su fin. El entrenador, que había asumido en diciembre del año pasado tras la salida del maestro Oscar Washington Tabárez, había firmado contrato con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) por los cuatro partidos que quedaban de las Eliminatorias Sudamericanas y el eventual Campeonato del Mundo.

El Tornado tomó a la Celeste en una situación muy comprometida: el equipo estaba en el séptimo lugar de las Eliminatorias y con la soga al cuello. Sin embargo, la Celeste obtuvo los 12 puntos y se metió directamente en el Mundial de Qatar 2022.

La selección quedó el viernes eliminada en fase de grupos por diferencia de goles a favor en un partido con un desenlace para el infarto y con eso, al menos desde lo contractual, finalizó el contrato de Diego Alonso con la Asociación Uruguaya de Fútbol.

El equipo uruguayo derrotó a Ghana por 2 a 0 en el Al Janoub Stadium, pero el triunfo de Corea del Sur por 2 a 1 ante Portugal, hizo que los asiáticos acompañen en octavos de final a los lusos por lo que la ilusión celeste quedó por el camino en Qatar.

¿Qué ocurre ahora? La intención de la AUF es que Alonso siga al frente del proyecto de selecciones. De hecho, el propio presidente Ignacio Alonso había manifestado a Ovación días antes del arranque del Mundial que el Ejecutivo estaba decidido a ir por su continuidad.

“Entiendo que es un gran entrenador, con mucha proyección y que le ha hecho muy bien a la selección y al Ejecutivo le encantaría contar con él en las próximas instancias como Copa América, Eliminatorias y ojalá también el Mundial 2026”, dijo en su momento el titular de la Asociación Uruguaya de Fútbol al ser consultado por el futuro de la relación con el técnico.

Sin embargo, la situación no está fácil. Según lo que pudo saber Ovación con fuentes cercanas al DT, el Tornado tiene otros objetivos personales en su planificación a largo plazo que no encajan con el ritmo de vida de la selección.

Por un lado, Alonso quiere estar en un proyecto donde pueda trabajar día a día con los jugadores. Algo que no le permite una selección. Extraña el contacto diario con los futbolistas y la competencia permanente. Por otro lado, entiende que está en un buen momento de su carrera (47 años y 10 de experiencia como entrenador) para dar el salto a una liga top.

Vale recordar que Alonso se ganó un nombre en México (fue campeón de liga y dos veces de la Concachampions) y Estados Unidos, dos mercados económicamente fuertes, y cuando llegó el llamado de Uruguay en diciembre de 2021 estaba recién instalado en Madrid con el objetivo de seguir preparándose y arrancar en algún momento su aventura europea. Como jugador, en España, hizo carrera en Valencia, Atlético de Madrid, Racing de Santander, Málaga y Murcia.

Alonso no cambió su forma de pensar respecto a un año atrás, simplemente los objetivos son distintos. Antes era ganar cuatro partidos en un mes para luego planificar la Copa del Mundo. Ahora, en caso de renovar, sería plantearse un proyecto largo de cuatro años, empezando de cero y también con el agregado que la Celeste deberá refundarse sin los históricos. Por eso se tomará unos días para analizar la situación con su círculo íntimo.

Tras la eliminación a Alonso le preguntaron sobre su continuidad, pero no quiso responder. Dijo que “no era momento” de hablar del tema. El Tornado y la AUF se reunirán en los próximos días para tomar una decisión. Por el momento, en la asociación niegan tener un plan B. No tomarán una determinación hasta que el entrenador responda.

Entre Eliminatorias, amistosos y el Mundial, Alonso dirigió 12 partidos donde cosechó ocho triunfos, dos empates y dos derrotas.