LIGA URUGUAYA

El 2020 no fue un año fácil y para Nicolás Mazzarino no fue la excepción. Después de una temporada en la que la pandemia detuvo la actividad deportiva y en la que tras el regreso de la Liga Uruguaya de Básquetbol no logró los objetivos esperados en Malvín, el cierre tiene un sabor distinto para el salteño: jugará el 2021 en Peñarol.

Pensó en el retiro, pero optó por seguir. Hoy, mientras entrena en el gimnasio de Ferro Carril de Salto —club que lo vio nacer—, el escolta de 45 años se apronta para un nuevo desafío en una envidiable y exitosa carrera. “Con Peñarol había hablado hace varios meses, pero después volvió la actividad, yo estaba enfocado en Malvín y todo quedó stand by. Hace cinco días el club volvió a acercarse y llegamos a un acuerdo”, le contó Nicolás Mazzarino a Ovación.

Llamadas telefónicas mediante, el salteño aceptó la oferta y el desafío de jugar en Peñarol, club del que es hincha. A las pocas horas el teléfono volvió a sonar. Del otro lado estaba Pablo Javier Bengoechea, director deportivo. “Que me llame Pablo fue algo muy especial porque es un ídolo del club y además fuimos contemporáneos. Pude ver sus logros como futbolista y es un orgullo que me haya llamado”, dijo Mazzarino antes de dar más detalles de esa conversación: “Como es una función nueva que está llevando a cabo, me quiso dar la bienvenida, algo que me pareció bárbaro. Se puso a las órdenes y quedamos en que cuando me vaya a Montevideo nos vamos a juntar. Es un vínculo muy importante. Que un ídolo se presente para conversar y explicar cómo funcionan las cosas, bienvenido sea”.

Peñarol Básquetbol tendrá como punto de partida en 2021 su vuelta al plano internacional. Entre el 3 y 4 de febrero jugará la Basketball Champions League Americas en Río de Janeiro. La llegada de Mazzarino le sumará experiencia y, por supuesto, calidad: “Jugar en Peñarol es increíble porque es un club histórico que vuelve a la Liga, tiene historia y mucha gente que lo sigue. Además, es motivante que a esta altura de mi carrera, con 45 años, un equipo se haya fijado en mí. Es un motivo de orgullo y trataré de hacer lo mejor posible”.

Jugadores como Gustavo Barrera y Nicolás Borsellino y un entrenador como Edgardo Kogan ya forman parte del plantel carbonero y acerca de eso, el escolta recordó que “con ‘Tito’ ya jugué, con el ‘Panza’ empezamos nuestras carreras de jugador y entrenador porque cuando yo estaba en juveniles de Hebraica él empezaba a entrenar ahí, y el ‘Panchi’ llegó con 16-17 años a Welcome cuando yo estaba y su hermano Nicolás siempre me decía ‘mirá que este es el Barrera que juega mejor’; y no se equivocó. Me encanta ver jugar al ‘Panchi’ y ahora lo voy a tener de mi lado. Peñarol está armando un equipo interesante y seguramente yo sea una pieza más de este proyecto deportivo que apunta a pelear cosas importantes”.

Lo último de Mazzarino fue con Malvín, pero pasaron cosas. “Hubo momentos de dudas. Quedé bajoneado por la eliminación y porque debido a una lesión pude jugar un solo partido. Tenía muchas dudas. No sabía si algún equipo me iba a querer. Estuve tres semanas sin hacer nada y después me picó el bichito para volver a entrenar. Sentía la necesidad de hacerlo y ahí me fui haciendo la idea de que quería seguir. No quería terminar mi carrera de esa manera y en ese proceso estoy, procurando estar sano que es fundamental y terminar en la cancha”.

Nicolás Mazzarino ya tiene la cabeza en Peñarol. El hincha mirasol se ilusiona y el lunes el salteño se sumará al plantel. “Es un gran desafío y un orgullo. Mi meta está en prepararme para rendir y estar a la altura de las circunstancias”.

Nicolás Mazzarino no necesita presentación. Ocho veces campeón uruguayo (cinco Federales y tres Ligas) forjaron una carrera tan respetable como envidiable que se mantiene hasta hoy, con 45 años.

“Recetas no hay. Yo he sido muy profesional. Siempre traté de cuidarme, entrenar mucho, dormir lo necesario. Viví siempre para esto y mi cuerpo me ha acompañado más allá de que en el último tiempo tuve alguna lesión”, contó.

Dejó Malvín tras siete años y medios y acerca de eso remarcó que “fue algo espectacular, pasé bárbaro dentro y fuera de la cancha. Entrar hoy al club es como entrar al patio de mi casa y estoy muy agradecido”.