La Clave
La nueva gestión municipal en Montevideo ha anunciado una serie de medidas con el supuesto fin de facilitar la movilidad en la capital. Pero, todo lo expuesto parece tener un fin más recaudatorio que facilitador. Por ejemplo, uno de los principales problemas en el tránsito es la presencia a toda hora, y de forma prepotente, de proveedores de todo tipo y color, que cortan calles en horas pico. Cosa que no se ve en ninguna otra capital del mundo. ¿Con eso no se hace nada?
En los últimos días, el mundo biempensante ha mostrado su furia porque un canal estadounidense había suspendido el programa de un cómico medio pelo por hacer chistes inapropiados sobre el asesinato del activista Charlie Kirk. Ayer se supo que las plataformas Google y Youtube aceptaron la presión de la presidencia de Biden para censurar a miles de cuentas que difundían información que no gustaba a ese gobierno. ¿Reacciones de los paladines de la libertad de expresión?
El presidente Orsi ha decidido radicalizar la postura de su gobierno respecto al conflicto en Medio Oriente, con mayores críticas a Israel. Se trata de una claudicación inaceptable a los sectores más extremistas de su partido, que denuncian un genocidio desde el día mismo que comenzó la contraofensiva israelí, Más grave aún, coincide con un aumento de actos antisemitas contra la comunidad judía uruguaya. Lo que pueda pasar a futuro, será su responsabilidad exclusiva.
El hecho de que un grupito de enfermos mentales haya acudido a la puerta de un colegio judío a amenazar niños, y cantar consignas antisemitas, es algo que no tiene antecedentes, ni puede volver a ocurrir en el país. Pero no hay que equivocarse, estos grupos de delirantes siempre han existido. Simplemente que ahora se sienten validados para hacer estas cosas, porque muchos militantes de izquierda racional están propagando discursos antisemitas. Eso no puede seguir.
La medida que el gobierno incluyó en el Presupuesto, con la supuesta idea de mejorar la competitividad de los comercios locales frente a la china Temu, no deja a nadie contento. Los consumidores se quejan de que les pongan un impuesto similar al IVA a sus compras. Los importadores dicen que eso no cambia nada, y que el aumento a 800 dólares del límite será la muerte de buena parte de ese sector. Y las recaudación extra del estado durará poco ante la debacle general.
Esta semana se supo que una importante empresa que producía adhesivos cierra su sede en Uruguay. La semana pasada fue un call center con cientos de empleados. Y así, cada pocos días tenemos noticias de este tipo que muestran que el clima de negocios en el país está dejando de ser atractivo para algunas compañías. Todavía no es un fenómeno que encienda luces rojas. Pero los indicios apuntan a un problema complejo que el gobierno debería asumir pronto.
En las últimas horas se ha comentado mucho la realización de un muy pobre show de “drag queens” en Presidencia. El tema ha generado la polarización esperable, con gente indignada por el uso de un edificio de todos, para algo que solo gusta a una minoría. Otros, posan de superados, y alegan que es algo que reivindica la libertad sexual. El problema es que el show sólo busca irritar a 3/4 del país. ¿Es eso algo que vaya en línea con el espíritu de este gobierno?
No hay día en que las noticias no narren algún episodio de violencia irracional en Uruguay. Tan solo en la última semana vimos el asesinato de un popular cantante a manos de un vecino, otro muerto por una pelea de mascotas, una mujer asesinada en Maldonado en un aparente intento de robo, y así todos los días. Más allá del esperado plan de seguridad del ministro Negro, que no llega nunca, la sociedad debería preguntarse ¿qué nos pasa para mostrar tanta violencia?
Se está dando algo muy extraño en Uruguay: el gobierno del Frente Amplio, el mismo partido que pese a duplicar los ingresos del estado, nunca logró equilibrar las finanzas públicas, se dedica todos los días a quejarse de la “herencia maldita” en materia fiscal. Resulta asombroso el nivel de “caradepiedrismo” de algunos de sus dirigentes. Sobre todo cuando el propio viceministro Vallcorba dejó en evidencia que los datos fiscales no cambian lo vacío de sus promesas electorales.
Acaba de finalizar una edición memorable de la Expo Prado. Allí, el sector agropecuario mostró tanto su dinamismo y avance, como su capacidad de adaptación tecnológica. Ya casi no se escuchan voces como las de antes, que ninguneaban el peso del agro en la economía del país. La clave debería ser encontrar nuevas formas de facilitar que esa pujanza del mundo rural, contagie y “derrame” sobre otras áreas de la economía. Allí está el secreto de la prosperidad del país.
Hoy domingo 14 de setiembre, el diario El País está cumpliendo 107 años de vida. Se trata de una cifra que se puede decir ligeramente, pero que representa un mojón ineludible de una institución que ha acompañado al país, a Uruguay, durante más de la mitad de su vida independiente. Quienes hoy estamos circunstancialmente al timón de este medio, sentimos el peso de mantener la trayectoria de verdaderos gigantes que pasaron antes. Un orgullo y una responsabilidad.
Cada semana que pasa queda más claro que Carlos Negro no era la persona adecuada para el Ministerio del Interior. Días atrás en una reunión con militantes frentistas dijo estar “harto” de los reclamos de la oposición. Mientras tanto, sigue diletando con un gran plan de seguridad nacional, que recién estaría pronto el año próximo. Negro se equivoca: su misión es atender la seguridad del país ahora. Y la de la oposición es controlar su trabajo. Si no le gusta, se equivocó de trabajo.