La caída del valor del dólar en Uruguay ya empieza a ser alarmante. No se trata de que esto afecte solo a exportadores y al sector agropecuario, cuyos altos precios les permiten sostener por ahora esta sangría. El problema ya empieza a afectar a la inversión. Es difícil explicar a una casa matriz en Europa o EE.UU. el sistemático aumento de costos que implican consejos de salarios, más dólar en caída. El dolor en pérdida de fuentes de trabajo ya se empieza a sentir.