El gobierno de Yamandú Orsi comenzó a dar pasos para evaluar la posibilidad de ser miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de hecho hace un mes llevó a cabo -junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- el foro “Uruguay y la OCDE: Diálogo estratégico sobre inserción internacional y reformas”. En ese sentido, el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone habló, en diálogo con El País, sobre los aspectos a favor y en contra de integrarse al organismo, de la "invitación no oficial" que recibió el gobierno y de las reformas que el país debe encarar, pero "suponen pegarle a la línea de flotación de los intereses consolidados en Uruguay", por lo que se requiere de un fuerte liderazgo político.
Cuando El País consultó a Oddone sobre si Uruguay debería ser miembro de la OCDE -un organismo que integran 34 países, entre ellos Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Australia, Chile, Colombia, Costa Rica-, el ministro respondió: “Si me hubieras preguntado esto hace 10 años, te habría dicho absolutamente sí, pero ahora digo que depende”.
El ministro comentó cómo ha sido el acercamiento al organismo. “Tuve la visita de una persona de alto, alto nivel, que no es funcionaria en la OCDE, pero que lo fue y que tiene un vínculo estrecho con la OCDE, haciéndome la pregunta de si Uruguay estaría interesado en ingresar en ese proceso. Por lo que me dijo esta persona, no de manera oficial, es la OCDE la que tendría una vocación" de que Uruguay ingrese y "por lo tanto, estudiémoslo", comentó.
Para Oddone, en lo personal, "ingresar a la OCDE supone, a favor, el poder 'comprar' un conjunto de reformas microeconómicas que Uruguay tiene que hacer, que por el solo hecho de aspirar a pertenecer a la OCDE, uno lo tiene que hacer y eso sería extraordinariamente modernizador. Por tanto, esa es la parte que me gusta, es un enforcement a la reforma. Como contras (a ingresar), diría tres".
La primera de esas contras, es que "son cosas muy caras, fiscalmente pueden ser muy caras", indicó.
"Segundo, supone un avance en la reivindicación de soberanía y por lo tanto el Uruguay tiene que discutir esto. Estar adherido a hacer reformas porque la OCDE lo exige al ser miembro, es una discusión bien interesante para el Parlamento, donde me consta que tanto en el Frente Amplio como en la coalición habrá gente que tenga miradas muy críticas. Pero, me parece que es un buen debate", agregó.
"Y lo tercero es que tengo la sensación de que pertenecer al 'club de la OCDE' de hoy, pero esto tal vez sea una aproximación más intuitiva que fundada, no tiene los beneficios tan claros que parecía tener en relación a sus costos hace 10 años", explicó Oddone.
El ministro resumió: "este gobierno ha recibido de manera informal la inquietud de la OCDE de acercarnos, lo vamos a estudiar. En el caso de que lo vayamos a impulsar, lo vamos a comunicar, lo vamos a debatir. Creo que es un debate que el solo hecho de hacerlo está bueno, porque nos va a permitir hacer un ejercicio intelectual de qué supone, qué no supone, qué reformas nos piden, si vale la pena embarcarnos y cuánto nos cuesta".
"Eso forma parte de un debate en el sistema político uruguayo, que tiene que ser más proclive a reformar cosas y avanzar en cosas de lo que es", añadió.
Las reformas que Uruguay debería encarar
Previo a ser ministro de Economía y Finanzas, Oddone planteaba una serie de reformas que el país debe encarar y ahora las vuelve a plantear. "En energía, tenemos que avanzar. En empresas públicas, tenemos que avanzar. En reformas de competencia, tenemos que avanzar. En regulación del sector eléctrico, tenemos que avanzar. Estamos atrasados en muchas de esas cosas. En gobernanza de empresas públicas y en relacionamiento de empresas públicas con el sector estatal, tenemos que avanzar. En materia de regulación bancocentralista, tenemos que avanzar. En mercado de valores, tenemos que avanzar", apuntó.
"Eso, la OCDE, (por el) solo el hecho de estar en ella, te da el paquete, te da la hoja de ruta: 'tenés que hacer esto, tenés que hacer eso'. Te quita libertad, te quita iniciativa, pero te da una hoja de ruta y te da un enforcement. Eso es lo que el país tiene que discutir", planteó.
Según Oddone, "la otra opción es: nosotros somos soberanos, vamos a hacer otra reforma. El problema es que Uruguay tiene una tendencia a una reforma demasiado parsimoniosa".
El ministro volvió a enfatizar que "el modelo de convivencia que tenemos no lo podemos sostener sino crecemos al 3% y para poder crecer al 3% tenemos que hacer reformas que están en el corazón del sector no transable (el que no comercia con el exterior): energía, transporte, obra pública. Eso está en el corazón y el problema es que esas reformas son costosísimas desde el punto de vista político porque supone pegarle a la línea de flotación de los intereses consolidados en Uruguay".
Puso como ejemplo las pautas salariales que promueve el gobierno con mecanismos distintos como incrementos nominales diferenciados según franjas de ingresos y la no indexación a la inflación.
"Creemos que es simplemente un pequeño paso al que hay que seguir avanzando", dijo Oddone.
Para Oddone "los sindicatos están absolutamente dispuestos a hablar de productividad. La pregunta es, ¿las empresas también? Creo que tenemos que trabajar en negociación colectiva y reforma del mercado laboral para potenciar la negociación colectiva, fortaleciendo los Consejos de Salarios. Es algo que los uruguayos nos debemos dar, pero no discutiendo si la ocupación, si la jornada de seis horas, (sino) una reforma de la mirada global, discutiendo productividad como los sindicatos quieren, discutiendo mecanismos de descuelgue como las empresas quieren, eso es una agenda que tenemos que abordar".
"¿Estamos preparados? Pero, ya no el movimiento sindical, que creo que está más preparado de lo que todo el mundo piensa, ¿está preparado el sistema empresarial uruguayo para discutir esto? Porque las resistencias a cambiar estas cosas las he encontrado mucho del ámbito empresarial, no tanto de los empresarios, pero sí de las comunidades que reúnen a los empresarios", expresó el ministro.
Recordó que como consultor privado hizo un trabajo en esa línea -junto a los economistas de CPA Ferrere Alfonso Capurro y Nicolás Cichevski- para CAF-Banco de Desarrollo de América Latina que fue entregado al ministro de Trabajo del periodo anterior, Pablo Mieres. Ese informe analizaba el esquema de negociación colectiva vigente en Uruguay y se hacían una serie de recomendaciones orientadas a mejorar el funcionamiento del mercado laboral.
El comentario que le llegó de las comunidades de empresarios fue: "'lo que está, está muy mal. Pero, todo lo que vos pensás, eso es peor. El equilibrio este que conocemos, por lo menos lo conocemos, el que viene no'", relató.
"Uruguay necesita una agenda de reformas con un liderazgo político muy grande. ¿La OCDE nos lo puede dar? Tal vez. Hay que evaluarlo. Esa es mi postura. Ahora, creo que es un tema polémico", concluyó.
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