En los primeros nueve meses del año, Ancap perdió US$ 22 millones en el negocio del pórtland y la cal, y se encamina a que esa cifra ascienda a entre US$ 25 millones y US$ 30 millones al cierre del año. Sin embargo, el directorio de la estatal descartó el cierre de esta unidad de negocios y también dejó de lado la idea de asociarse con una o más empresas privadas, una posibilidad que había manejado luego de que la licitación quedara desierta.
La decisión de no continuar con la búsqueda de un socio privado, se tomó luego de que el directorio hiciera una “ronda rápida” con las empresas que mostraron mayor interés en la asociación y constatara que había múltiples impedimentos para avanzar.
Por un lado, el sistema de asociación directa presentaba rigideces porque la oferta debía mantener las exigencias establecidas en el pliego de licitación, sin posibilidad de realizar modificaciones. Y por otro lado, por cuestiones corporativas de los propios interesados.
Según explicaron días atrás autoridades de Ancap, una de las empresas con mayor interés estratégico en la asociación informó que tuvo que apartarse de la licitación porque se había embarcado en otro proyecto y sus políticas corporativas medioambientales no le permitían incorporar dos plantas que quemaran combustibles fósiles.
¿Cuál es entonces la alternativa que analiza Ancap para resolver la situación deficitaria del pórtland? Según explicaron las autoridades, a partir de enero del próximo año el foco estará puesto en la reducción de gastos, principalmente en lo que refiere a la plantilla laboral.
Para hacerlo, Ancap buscará implementar el plan de incentivos laborales que elaboró meses atrás, cuando aún estaba vigente la posibilidad de conseguir un socio privado que reflotara el negocio. Ese plan -que tendrá un costo de unos US$ 20 millones aproximadamente- está incluido dentro del presupuesto de la estatal, el cual aún debe ser aprobado por el Tribunal de Cuentas.
Según indicó el presidente de la estatal, Alejandro Stipanicic, la solución en relación al negocio del pórtland y la cal “nunca va a ser tan drástica como para que sea rechazada”, tampoco contemplará el cierre de ninguna planta ni el despido de los alrededor de 500 trabajadores involucrados.
“Nunca fue intención de este gobierno ni de esta administración, dejar a alguien en la calle arbitrariamente. Tenemos que trabajar en reducir costos y por eso, a partir del año que viene vamos a ver si podemos usar el plan de incentivos de forma inteligente y lo menos traumática posible para lograrlo”, señaló Stipanicic en alusión al fuerte conflicto que mantuvo con el sindicato por este tema.
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