En 2022 en promedio 23.624 personas dejaron de ser pobres según cálculos de El País a partir del informe Estimación de la pobreza por el método del ingreso para el segundo semestre, que divulgó ayer el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

En 2022 la cantidad de personas bajo la línea de pobreza se ubicó en 9,9% frente al 10,6% de 2021 y al 11,6% de 2020 (en plena pandemia de covid-19). La baja por segundo año consecutivo, todavía no permite alcanzar los guarismos prepandemia (había sido 8,8% en 2019 y 8,1% en 2018).

Ese 9,9% implica que en 2022 había 351.937 personas en Uruguay cuyos ingresos no alcanzaban a cubrir una canasta básica total que determina la línea de pobreza. La misma, se ubicaba en diciembre pasado en $ 18.759 per cápita en Montevideo, en $ 12.244 en el Interior urbano y en $ 8.353 en el Interior rural.

Hubo diferencias entre los semestres, ya que en el primero de 2022 había 10,7% de la población bajo la línea de pobreza y en el segundo se redujo a 9,1% de la población.

Por su parte, las personas en la indigencia fueron el 0,3% de la población en 2022, mismo guarismo que en 2021 (en 2020 habían sido 0,4% y en 2019 0,2%). Eso implica que en 2022 había 10.665 personas cuyos ingresos no alcanzaban a cubrir una canasta básica alimentaria. Esta canasta se ubicaba en diciembre pasado en $ 4.984 per cápita en Montevideo, en $ 4.626 en el Interior urbano y en $ 4.156 en el Interior rural.

El total de personas bajo la línea de indigencia se ubicó en 0,2% en el segundo semestre de 2022, mientras que había sido 0,4% en el primero.

Entre las causas de la mejora en el indicador de pobreza, el gerente de Análisis Económico de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski dijo a El País que el factor clave fue la recuperación del ingreso de los hogares hacia el cierre de 2022. “Los salarios reales mejoraron en toda la población y eso sacó de la pobreza a la gente que estaba en el límite. Con la caída de la inflación, casi toda la población subió un escalón”, afirmó.

Por su parte, la gerente de Consultoría Económica de Grant Thornton, Sofía Harguindeguy, dijo a El País que “la mejora es por la recuperación y el mayor dinamismo del empleo. También el gobierno destinó más recursos a la extrema pobreza infantil”.

A su entender, las políticas públicas están teniendo su efecto a nivel de empleo y salarios, lo que derrama en toda la economía. No obstante, reparó en que se necesitan más esfuerzos en ese sentido, en especial en relación a los niños en la pobreza y a los indigentes en general.

En un documento del gobierno que circuló ayer se destacó que “en perspectiva, es clara la tendencia de reversión del impacto de la pandemia. Si bien es cierto que aún falta camino por recorrer para la reversión total, la realidad es que el camino es consistente y sólido”.

En 2022, el 0,2% de los hogares del país estaba bajo la línea de indigencia y el 6,9% bajo la línea de pobreza.

Pero, las diferencias son grandes entre regiones. En Montevideo los hogares en situación de indigencia eran el 0,3% del total y los que estaban en la pobreza el 8,8%.

En cambio, San José, Colonia, Flores, Florida y Durazno registran guarismos inferiores al 3,9% según el INE.

Del otro lado, supera el 8% de los hogares (además de en la capital del país) en Artigas, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo.

En cuanto a las edades, la pobreza es un fenómeno que se concentra en los niños y es muy bajo entre los adultos mayores a 65 años.

En 2022 el 19,7% de los niños menores a seis años era pobre (frente al 9,9% de la población en general), entre seis y 12 años la pobreza alcanza al 18% de los niños, entre 13 y 17 años llega al 16,2% de esa población, entre 18 y 64 años la pobreza es del 8,7% de ese segmento y solamente el 2% de las personas de 65 años o más es pobre.

En un análisis realizado por el director nacional de Transferencias y Análisis de Datos del Ministerio de Desarrollo Social, Antonio Manzi (que circuló ayer el gobierno) se destacó que entre semestres, la pobreza para los menores de seis años bajó de 22,5% (en el primero) a 16,5% (en el segundo).

Manzi lo adjudicó a las medidas tomadas por el gobierno que hicieron foco en la primera infancia, entre las que mencionó el Bono Crianza (brinda una prestación de $ 2.232 mensuales por beneficiarios para ar- tículos de primera necesidad a 30.000 embarazadas y niños hasta tres años en situación de vulnerabilidad), los complementos a las Asignaciones Familiares Plan de Equidad (suponen $ 1.600 más al mes para 145.000 beneficiarios de hasta seis años), bono social de UTE, entre otros.

Consultado al respecto por El País, Cichevski señaló que “la pobreza de los menores de edad depende de los hogares. Si mejora la condición de los hogares, también lo hace la situación de los niños y jóvenes, que es lo que ocurrió”.

El economista mencionó que esas políticas públicas focalizadas del gobierno que actuaron a favor, como algunos planes orientados a la primera infancia que tuvieron más peso en el segundo semestre de 2022.

“Pero aún no sabemos el impacto que esto tuvo realmente”, añadió, al aclarar que faltaban datos sobre el efecto de esas medidas mencionadas.

Según su lectura, “mucha gente que había caído en la pobreza durante la pandemia, ha logrado salir de esa categoría”.