Argentina atraviesa un momento singular en su ciclo político y económico, según el análisis de Ricardo Dessy, economista de Citi Research para la Argentina, Paraguay y Uruguay. En una charla que dio ayer, Dessy planteó que, pese al escepticismo generalizado que se percibe en los mercados, el país vecino logró reordenar el escenario interno tras las elecciones legislativas de medio término de octubre, por lo que el gobierno de Javier Milei logró recuperar capacidad de acción. “Nosotros creemos que la elección fue muy fuerte en términos de reempoderar al gobierno”, señaló.
“Le permitió (al gobierno argentino) recobrar centralidad y reforzar ese vínculo con la sociedad que se construyó desde abajo hacia arriba”, agregó.
Además, el especialista remarcó que ese vínculo con la sociedad se está basando en la confianza. “Por primera vez un gobierno argentino construyó un mandato desde abajo, donde el driver principal era la confianza. La gente no sabe de economía, pero entendió que el problema central era la inflación, y el gobierno lo priorizó”, sostuvo.
Desde la visión de Dessy, ese fue el punto de partida para el nuevo escenario político de Argentina. “Hubo un acierto muy fuerte al priorizar el combate a la inflación, porque el impuesto inflacionario fue el principal factor de empobrecimiento en los últimos años, sobre todo para los trabajadores informales”, dijo.
A su vez, Dessy explicó que el gobierno logró conectar con ese segmento de la población, “el mayor mercado laboral del país”, compuesto por quienes se encuentran más afectados por efectos como la inflación.
“El puente dorado que se construyó con la sociedad se hizo en el mercado informal de empleo. Son los que más sufren la inflación, y fueron los que más valoraron la decisión de bajarla”, destacó.
Por otro lado, desde su posición en Citi Research New York, el economista defendió su postura de que el mercado internacional reaccionó con pesimismo frente a la situación de la Argentina, sin siquiera captar los cambios estructurales del gobierno de Milei que están en curso. “Nosotros veíamos un mispricing, una subvaloración de los activos argentinos. Había un exceso de pesimismo, pese a que el país atraviesa una coyuntura global muy favorable”, afirmó.
En este marco, entre los ejes que, a su juicio, explican este nuevo ciclo, Dessy identificó tres pilares: la construcción de un mandato de confianza, un diagnóstico correcto sobre los problemas estructurales y la capacidad de ejecución de acciones. “El problema de Argentina no era solo macroeconómico, sino microeconómico por nuestra baja productividad marginal, los costos de transporte y la falta de previsibilidad”, agregó.
Con respecto a la ejecución de acciones, dijo que en el pasado Argentina “tuvo gobiernos con buenos diagnósticos y equipos técnicos sólidos”, pero que “nunca ejecutaron”. En este sentido, opinó que este gobierno sí ejecutó, lo cual “generó credibilidad”, además de que el mercado “vio el resultado electoral como una señal muy positiva”.
En tanto, pese a que el oficialismo no cuenta con mayoría parlamentaria, Dessy consideró que esa situación puede llegar a ser beneficiosa para la sostenibilidad de las futuras reformas. “Las reformas impuestas son menos sostenibles. Las que surgen del consenso duran más. Si el gobierno tiene que negociar, mucho mejor, porque lo obliga a generar acuerdos más duraderos”, subrayó.
El analista sostuvo además que los gobernadores provinciales se convirtieron en “accionistas del modelo” debido a que la prosperidad esperada se concentrará en las economías del interior. “La prosperidad argentina va a venir del litio, del cobre, del gas, del petróleo, del agro y de la infraestructura. Todo eso se desarrolla en el interior. Por eso decimos que los gobernadores tienen acciones en este modelo”, explicó.
En ese contexto, Dessy destacó la oportunidad que representa el nuevo mapa global. “En un mundo que se desglobaliza, donde los países buscan garantizar su suministro de energía y alimentos, Argentina tiene una oportunidad extraordinaria. Pero hay que tornarse previsibles y confiables. Si una empresa invierte y enfrenta un juicio laboral que la puede quebrar, se corta el ciclo. No se trata solo de atraer inversiones, sino de mantenerlas”, sostuvo.
Sobre las tareas pendientes, el economista identificó tres prioridades: aprobar el presupuesto, recomponer reservas y avanzar con las reformas microeconómicas. “La principal debilidad de Argentina es la imprevisibilidad. Gobernar sin presupuesto solo alimenta esa sensación de discrecionalidad. Es urgente aprobarlo”, advirtió.
En cuanto a las reservas, señaló que “un Banco Central sin reservas configura una situación extremadamente vulnerable frente a un shock externo”. Sin embargo, justificó la prudencia oficial: “El gobierno está mirando la película completa. Hay una remonetización pendiente muy fuerte tras meses de desconfianza. No conviene tomar decisiones apresuradas. En política monetaria, incierto es peor que mal”.
Dessy consideró que el escenario global puede jugar a favor de la recuperación, ya que las tasas de interés tienden a bajar y el nivel de vencimientos de deuda es manejable. “El año que viene Argentina tiene vencimientos equivalentes al 2% del PBI, mientras que Estados Unidos enfrenta 30%. Es una ventaja relativa que le da aire financiero”, puntualizó
En su cierre, Dessy valoró la prudencia del equipo económico. “El gobierno parece haber aprendido la lección sobre la obstinación terapéutica: no se trata de tomar más medicinas, sino de elegir la dosis correcta. Hay que mirar todos los análisis antes de decidir la cirugía. Esa cautela es bien vista por los mercados”, concluyó.