Con la palabra libertad como eje para referirse a todos los temas que tocó en su discurso ante la Asamblea General, el presidente de la República Luis Lacalle Pou dedico la segunda mitad de su alocución a repasar los logros de su gobierno en materia económica. No obstante, evitó entrar en temas polémicos o en aquellos indicadores que generan preocupación.

A modo de resumen de lo que ha sido la gestión económica, Lacalle Pou dijo que “hay un fuerte crecimiento del empleo, que hay un avance en la agenda de reformas, que hay más recursos volcados a la sociedad, que tenemos el menor riesgo país de nuestra historia, que ha habido baja de impuestos, que se cumplen las metas fiscales y que tenemos la inflación más baja de los últimos 18 años”.

Antes de eso, mencionó cifras y las comparó con las de fin de 2019 o febrero de 2020 (antes de asumir el actual gobierno) según el caso. Allí se refirió al aumento del poder de compra de los salarios de “casi 2%” frente a 2019, a que entre 2015 y 2020 se destruyeron 50.000 puestos de trabajo y que entre 2020 y 2023 se crearon 80.000 empleos, a que subió fuertemente la inversión extranjera directa (sin mencionar que buena parte se debió a la segunda planta de celulosa de UPM).

Por otro lado, destacó el cambio de reglamentación de la ley de Vivienda Promovida (que da exoneraciones fiscales) y que ello trajo aparejado mayores inversión en el sector, la reforma de la seguridad social, los programas de apoyo a pequeñas y medianas empresas, además de la rebaja de impuestos a estas y del Impuestos a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS).

Por otro lado, recordó el camino de la reforma de la seguridad social en la que se discutió a la interna de la coalición, “y con quien quisiera”. Aludiendo al plebiscito que promueve el Pit-Cnt en su contra (con el apoyo de algunos sectores del Frente Amplio), aunque sin mencionarlo, el mandatario señaló: “No me corresponde la arena política, pero acá hay que dar certidumbres porque el futuro de las jubilaciones está en juego".

La única autocrítica en materia económica fue cuando dijo que los avances en acuerdos comerciales con otros países o bloques, “no son lo que uno hubiera querido”, aunque enseguida aludió a que “Argentina y Brasil trancaron”, particularmente en la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio con China.

En el caso del puerto de Montevideo, mencionó que se ha discutido en el Parlamento (aunque sin entrar en detalles de la polémica por extender la concesión de Katoen Natie hasta el año 2081) y que hay inversión, pero lo que más recalcó fue el hecho de haber conseguido la autorización de Argentina para dragar a 14 metros el canal de acceso. Es “un antes y un después” para el puerto como hub, dijo.

Si el discurso de Lacalle Pou en la parte económica se centró en los números que lucen bien, los logros y las reformas, dejó de lado los aspectos negativos o los desafíos que impone el mundo.

Por ejemplo, no hubo ninguna alusión a la pérdida de competitividad de los productos uruguayos en el exterior (el Tipo de Cambio Real lleva 24 meses consecutivos de caída en la comparación interanual). Esto es algo en donde los exportadores reclaman medidas.

Tampoco se refirió a la actividad económica que en 2023 (los datos finales se conocerán el próximo 21 de marzo) estuvo prácticamente estancada.

Es claro que en un discurso de poco más de una hora no se pueden abarcar todos los temas, no obstante no hubo menciones a los desafíos -y también oportunidades- que para Uruguay representa la nueva normalidad global como por ejemplo la inteligencia artificial, la fragmentación geopolítica (conflictos, guerras, tensiones comerciales) o la (des)globalización (sustituida por el near-shoring o friend-shoring, (que es la re-localización de la producción de las grandes empresas cercana al país de origen o en países “amigos”, es decir no autoritarios).

En definitiva, el presidente de la República (con la presencia en el Parlamento de todos sus ministros y subsecretarios y varios precandidatos de la coalición) defendió la gestión de su gobierno, mostró sus mejores números y en algún punto (sin hacerlo directamente dado que la Constitución se lo impide) ingresó en la campaña electoral de cara a octubre.