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¿Qué dice uno de los más influyentes de América Latina que se reunió con Lacalle Pou?

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Mauricio Claver-Carone

ENTREVISTA AL PRESIDENTE DEL BID

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es uno de los cargos de mayor influencia en América Latina. El organismo aprobó financiamiento en 2020 por US$ 21.600 millones.

El 12 de septiembre de 2020, Mauricio Claver-Carone fue electo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de los cargos de mayor influencia para América Latina y el Caribe por la relevancia que tiene el organismo en el financiamiento a los países. Solo en 2020 aprobó créditos para la región por US$ 21.600 millones.

El presidente del Grupo BID, estuvo en Uruguay el pasado miércoles y jueves y mantuvo reuniones  con diversos miembros del gobierno, incluido el presidente de la República Luis Lacalle Pou, grupos de empresarios. entre otros.

En entrevista con El País, Claver-Carone se refirió a la situación de América Latina, el populismo, las oportunidades que deja la pandemia del COVID-19, cómo observa a Uruguay, los riesgos que implica la presencia de empresas chinas en la región, entre otros aspectos. Lo que sigue es la entrevista que el presidente del BID otorgó tras las reuniones.

-Tras la pandemia de COVID-19 que afectó fuertemente a América Latina, ¿qué países quedan mejor y cuáles peor?

-Me gusta resaltar los éxitos en países que han hecho las cosas bien, no me gusta y es muy fácil criticar, no nací para criticar, nací para ser productivo y ayudar. Fui primero a Paraguay porque es un país en el que las políticas públicas han sido muy buenas, particularmente para facilitar la recuperación. Si yo fuese un inversor, desde el punto de vista fiscal, macroeconómico, tributario, es uno de los primeros lugares donde iría. Tengo 26 países prestatarios y puedo comparar gestiones de un sitio y de otro y hay que decirlo, hay que partir de lo que ha hecho Uruguay bien y lo que ha hecho el gobierno bien es la gestión de las vacunas, la gestión de poder mantener una actividad económica que podría haber sido un riesgo y al fin y al cabo no fue el cierre de la economía brutal que vimos en otros países y que ha tenido un efecto que va a ser muy difícil sobrepasar. Hasta fue una oportunidad para abrir nuevos sectores, el sector audiovisual, la economía naranja, se puede escalar, Uruguay es de los pocos países que ha dado la facilidad de poder entrar y filmar. De esa reactivación partir y ver cómo podemos cerrar esas brechas que se abrieron durante la pandemia y si bien hicimos programas exitosos con el gobierno como el proyecto Ceibal, ver cómo podemos cerrar las brechas de género que se abrieron.

-¿Y qué otro país destacaría de América Latina?

-Obviamente, se habla de mucho de Chile y la gestión que ha hecho en salud, en vacunas. Hay que reconocer la gestión del presidente (Guillermo) Lasso en Ecuador, en sus primeros 100 días aceleró el proceso de vacunación y ha sido impresionante lo que ha hecho en ese sentido. En mis primeros 100 días (al frente del BID) priorizamos el tema de las vacunas, reasignamos US$ 1.000 millones precisamente para la adquisición de las vacunas, ayudamos a más de 15 países en esa adquisición, no solamente con el mecanismo Covax sino con las empresas privadas. Fuimos la única institución financiera internacional en apoyar y dar una garantía para apoyar y que se pudieran mitigar riesgos que algunas compañías veían en algunos países.

-¿Y qué dejó esto?

-Fuimos aprendiendo muchas cosas que ahora si Dios quiere, porque la pandemia no termina, ya hemos aprendido muchas lecciones todos los países, nosotros como banco, la propia Covax, las empresas (de vacunas), para que en 2022 y 2023 -porque recordemos hay que comprar vacunas para 2022 y 2023 porque esto no desaparece- sea más ágil el tema del financiamiento, de distribución y ojalá, para muchos de los países esto haya sido una gran lección en la falta de inversión que ha habido en la infraestructura de salud, en educación. Siempre veo las cosas positivas, no hubiera habido un Renacimiento sin la peste bubónica. Hoy en día hay que mirar las oportunidades que se crean por la pandemia, una de ellas es que se revelaron las décadas y décadas de falta de inversión en la región en infraestructura. Esta es la región del mundo que menos invierte en infraestructura. Eso va a ser un reto para nosotros. Porque si uno viajaba en la región hace dos años y visitaba los ministerios de Salud, daban pena, eran los ministerios menos atendidos, con menos recursos. Ya hoy en día creo que se aprendió una lección. En la educación, 170 millones de niños tuvieron problemas de acceso ya sea por la infraestructura digital, que no fue el problema de Uruguay, como el entrenamiento de maestros que no sabían cómo dar clase en forma virtual. Hoy en día la digitalización da unas oportunidades tremendas. Hablamos de las tres teles: teletrabajo, teleeducación, telemedicina. Jocosamente digo, si el BID en sus análisis, estudios, hubiese dicho de hacer un análisis sobre los beneficios económicos de la digitalización, lo hubiesen leído académicos, intelectuales, hubiésemos captado la imaginación de algunos. La pandemia lo dejó claro, no hay persona aquí en Uruguay, en Estados Unidos, en China, en Europa, en donde sea que no entienda la importancia que tiene la digitalización. Para nosotros es una gran oportunidad, al punto que hemos comenzado la digitalización del propio banco, para ser más ágiles, que los gobiernos puedan digitalizar y ser más ágiles, para que los servicios a los ciudadanos entonces puedan ser más ágiles y atacar la formalidad del empleo. Es la gran oportunidad. Acabo de venir de una reunión con empresarios, estaba Mercado Pago, son oportunidades tremendas de atacar la informalidad de la región, con la digitalización de los pagos. El gran mal de la región es la informalidad, pero ¿qué vamos a hacer? El BID ya no quiero que sea una agencia de síntomas, quiero que sea una agencia de resultados y de implementación. De la única manera que vamos a tener un impacto, verdadero, real, sobre la informalidad –la cual ha empeorado con la pandemia- es con la digitalización de pagos. Cuando la gente vea el beneficio, el incentivo, de tener un pago digital, ya es una vía a la formalidad y de ahí se crea un ecosistema porque ven que con la formalidad tienen acceso a hacer negocios con empresas más grandes. Como todo en la vida es generar incentivos.

-América Latina ya venía complicada previo al COVID-19, con crecimiento económico que se había desacelerado, incremento de los déficits fiscales en varios países, ¿hay riesgo de una década pérdida?

-Rechazo la posibilidad, rechazo el término, al punto que cuando creamos la Visión 2020-2025 que presentamos a los gobernadores (del BID) en marzo, le llamamos Reinvertir en las Américas: una década de oportunidades. Al fin y al cabo, estamos viendo en los nuevos análisis macroeconómicos que han mejorado los números. No creo que vayamos a tener una década pérdida a nivel macro. Ahora, ahora, y esto es un ejercicio muy interesante, ¿cuál ha sido el debate siempre entre los bancos multilaterales y Latinoamérica? Como todo se mide a nivel macro, esta es una región de ingresos medios. En nuestro BID solamente hay tres países que reciben préstamos concesionales ya: Honduras, Nicaragua y Haití. Guayana se graduó ahora con todos los yacimientos de petróleo. Así que aunque a nivel macroeconómico se puede decir que no va a ser una década pérdida, nosotros estamos enfocándonos en el impacto socioeconómico. Va a ser muy importante que cambiemos esa mentalidad y que también la ayudemos a cambiar en las instituciones financieras multilaterales porque si no eso crea limitaciones. Uruguay es un país que se lo considera de alto ingreso, Panamá es un país que se considera de alto ingreso a pesar de tener las desigualdades más grandes del mundo. Si bien es una región de medios ingresos, es la región que está peor posicionada en cuestiones socioeconómicas de desigualdades, de brechas de género, de brechas de pobreza, etc. y es la región que peor impacto tuvo con el COVID: tiene el 8% de la población mundial, pero el 30% de las muertes. Con lo cual tenemos que enfocarnos en las brechas socioeconómicas y en cómo cerramos esas brechas. Es una región de ingreso medio con enormes bolsones de pobreza y eso es problemático. Es donde tenemos que atacar y cambiar la mentalidad.

Perfil del presidente
Mauricio-Claver Carone. Foto: EFE
Un año en el BID
NombreMauricio Claver-Carone
NacionalidadEstadounidense
Cargo:presidente del Banco Interamericano de Desarrollo

Mauricio Claver-Carone fue elegido Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el 12 de septiembre del 2020. También, preside el Directorio Ejecutivo de BID Invest, el brazo del Grupo BID para el sector privado, y el Comité de Donantes de BID Lab, la incubadora del Banco para proyectos de desarrollo de carácter innovador.

Claver-Carone encabezó la creación y la aplicación de la estrategia Visión 2025 - Reinvertir en las Américas: Una Década de Oportunidades para impulsar la recuperación de la región y acelerar el crecimiento sostenible e inclusivo. Esta estrategia fue aprobada por la Asamblea de Gobernadores en marzo del 2021 e identifica cinco áreas claves para el desarrollo que guiarán los esfuerzos del Banco: integración y nearshoring; digitalización; apoyo a las pequeñas empresas; igualdad de género, y cambio climático.

Anteriormente a ser electo en el BID, fue asistente adjunto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump y Director Senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional. En esa calidad, fue el asesor principal del Presidente de los Estados Unidos en los temas relacionados con Canadá, América Latina y el Caribe.

Previo a ello fue director ejecutivo de los Estados Unidos ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde representó a su país como el mayor accionista en el Directorio Ejecutivo del FMI. También fue Asesor Senior de Asuntos Internacionales en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, donde fue asesor principal de políticas del Secretario del Tesoro y del Subsecretario de Relaciones Internacionales sobre temas geopolíticos, económicos y de seguridad nacional.

Claver-Carone obtuvo su licenciatura de Rollins College, un doctorado en Derecho de la Universidad Católica de América y una maestría en Derecho Internacional y Comparado del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown.

-La región ha estado bastante turbulenta en términos sociales en los últimos años, con problemas en Brasil, Chile, Colombia, Perú, ¿cómo ve esas situaciones?

-Voy por la inversa. Cuando hablo con inversores institucionales y la semana que viene voy a Nueva York a tener un roadshow. En la aprobación en la región el BID y Unicef son las mejores marcas, es una encuesta de Ipsos y las peores son ALBA y el FMI. El BID en Estados Unidos no era conocido y entre los propios inversores institucionales no era conocido como un socio confiable, en el sentido de que lo veían como muy burocrático y ahí ya hemos tenido un éxito. En ese sentido, cuando se habla con inversores institucionales y están mirando la región, siempre la primera pregunta es: riesgo político. Es en todos los países, con muy pocas excepciones, una excepción es Uruguay. Eso es una ventaja comparativa para el país y es parte de la razón por la que estoy aquí, por la que fui a Paraguay, creo que Ecuador va en ese rumbo, República Dominicana. Son países que están enfocados en políticas públicas buenas para incentivar la inversión. Creo que son países laboratorios de innovación, de trabajar y colaborar con el BID, porque podemos tener un enorme impacto. Si tenemos éxito en estos países que tienen las políticas públicas alineadas para poder incentivar, otros países van a querer replicarlas.

En algunos países hay reclamos, también hay que reconocer los avances que ha habido en cuestiones de crecimiento de la clase media, ahora claro con la pandemia hay 20 a 30 millones de personas que van a salirse de la clase media. Ese es otro reto socioeconómico. Pero lo que hemos visto, es una ciudadanía que demanda más de sus gobiernos. Y eso es importante. Ahora, los gobiernos tienen que tener los procesos democráticos y tienen que tener las oportunidades para poder atender esas demandas. Uruguay es una cuna en ese sentido de la democracia, lo cual es importante. También muchas de esas quejas las podemos trabajar con los países y por eso nosotros queremos crecer en nuestra cartera privada y hacer inversiones en equity, para poder trabajar temas de transparencia y gobernanza. Al fin y al cabo, el populismo que vimos en los últimos 20 o 30 años en la región, es raíz de un mal, que es la corrupción. Sea (Alfonso) López Obrador en la izquierda en México o (Jair) Bolsonaro en la derecha en Brasil, su plataforma fue combatir la corrupción. Entonces, lo que la gente busca es transparencia, vehículos para que se atiendan sus necesidades, demandas, esa falta de inversión en infraestructura que hace que la población quiera y demande más y mejores servicios: mejor transporte público, mejores servicios en educación, mejores servicios en salud, etc. Lo que estamos viendo ahora y lo que le ha dado raíz, y creo que el populismo no tiene ideología como le acabo de reflejar, es la falta histórica de inversión en infraestructura en la región es lo que le ha dado fruto a eso. Entonces, todos los niveles de burocracia, los trámites que se crean. Una empresa que quiere establecerse, el costo de ingreso es cuatro, cinco, seis, siete niveles. Cada nivel, es un nivel para alguien beneficiarse de corrupción. Hay que combatir la falta de inversión con las ineficiencias, que es lo que ha nutrido la corrupción y de ahí que entonces se puede atender los males de la población. Nuestro trabajo como BID es ayudar a esos países, para invertir en infraestructura, en la infraestructura que se necesita y empujar a los países en no gastar dinero en programas populistas para la próxima elección, sino en programas que son inversiones de mediano y largo plazo para su población. Y por otra parte, ser innovadores, ser creativos, en traer transparencia. Lo estamos haciendo con los gobiernos pero también con el sector privado: con Microsoft hicimos un mapa de inversiones, para básicamente crear un mapeo de a dónde va todo el gasto público y los ciudadanos lo puedan seguir. Todo eso va a traer un retorno en la inversión para los ciudadanos que es importante, y también va a generar confianza en los inversores y eso baja el riesgo político, crea estabilidad institucional.

Mauricio Claver-Carone
Mauricio Claver-Carone, presidente del BID. / Foto: Leonardo Mainé

-Cómo se conjuga ese trabajo del BID en momentos donde los países acceden a financiamiento a tasas de interés ultrabajas y no necesitan tanto de los organismos?

-Estamos viendo con el crecimiento de la economía de Estados Unidos y de los países desarrollados, que eventualmente, y no tome mi opinión como un influyente porque no soy el presidente de la Reserva Federal, los intereses se van a ajustar y obviamente se incrementa el costo (de financiamiento). Pero, hasta en la actualidad, el BID en particular somos la mejor inversión y la mejor opción de financiamiento para los países de la región. Se lo digo en este sentido, cuando se mide holísticamente, un financiamiento del BID no solo trae el dinero a un costo competitivo, trae el conocimiento, trae la cooperación técnica de implementación, trae un ahorro en pagos a intermediarios, consultores, etc. Es un paquete holístico que trabaja con el país, que trae un beneficio neto al país, por encima de simplemente el dinero. Algo que me siento orgulloso que hemos hecho en el último año es que países como Chile, Perú, que tienen acceso a los mercados, hemos hecho carteras más grandes con ellos en ocho, nueve meses que las que ha habido en los 61 años de historia del BID. Estamos mostrando el valor agregado que trae la institución a los países. Una discusión que tengo con Estados Unidos, los países europeos, de si hacen falta más recursos, una capitalización, etc. parte de la discusión es: a pesar del acceso a los mercados y los precios, si los países necesitan liquidez siempre pueden ir al Fondo, pero es diferente. Pero para un país va a ser mejor el BID porque somos la mejor marca, somos un paquete all-in, no trae el estigma que tiene el Fondo en la región. Ojalá se pudiera eliminar el estigma del Fondo en la región. Fui representante de EE.UU. en el Fondo y lo intenté, intenté vendiendo un nuevo FMI que quiere tener un mayor rol social, que no era con las condiciones, etc. Y lo intentamos en Argentina y no funcionó, se quedó el estigma y creo que es peor ahora. No es una alternativa. En ese sentido, los países en sus necesidades financieras van a ir primero al BID, y si el BID no puede, van a ir a la CAF u otras de las regionales, pero sino van a ir antes a China de lo que van a ir al Fondo. Es menos riesgoso políticamente ir a China (por financiamiento) que al Fondo, es más factible financieramente, más barato. Estamos entrando en una etapa en que nosotros como institución estamos mostrando el valor holístico que tiene nuestro financiamiento y que con los ajustes de tasas de interés va a ser más importante aún. Por eso también estamos abogando porque vamos a necesitar más recursos en el futuro.

El promedio de aprobación de un préstamo del BID era "desastroso", ya "lo hemos mejorado y va a mejorar más"

Ahora, la CAF tiene una ventaja que es que los socios son los propios países de la región y no dependen de los países europeos y EE.UU. (como en el BID) para tomar decisiones.

-Por eso nosotros no vemos a la CAF como competencia, lo vemos como complementariedad. Van a venir primero al BID siempre porque nosotros traemos conocimiento, instrumentos muy amplios. Si no podemos ejecutar, los países van a la CAF. La desventaja que es lo que hemos visto en los últimos 15 años, es que el BID pasó a ser muy lento, muy burocrático. Cuando entré el 1° de octubre del año pasado, el promedio para realizar una aprobación de un préstamo del BID era 287 días. Eso para un país pequeño es desastroso, no puede aguantar, no aguanta. En este primer año de gestión ya hemos cortado los tiempos, ya el promedio está (depende del programa) entre 118 y 178 días y lo vamos a mejorar mucho más. Eso nos va a agregar más habilidad de atender a los países. Esa fue la única razón por la que la CAF ha crecido en los últimos 15 años. Enrique García (N. de R.: presidente de la CAF durante 25 años) era muy sabio, el vio que los tiempos del BID iban peor, peor, peor y dijo: aquí está la ventaja nuestra, acelerar los tiempos. Estamos quitando esa ventaja. Ahora, el interés primordial es apoyar al país, a nuestros socios. Si el BID no puede, entra la CAF, es complementariedad, o sea Fonplata (N. de R.: banco que integran Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay).

¿Cómo ve la inestabilidad política en Argentina tras las elecciones primarias?

-Mi posición es apolítica, por lo cual trabajamos con las autoridades nacionales y subnacionales en Argentina los proyectos de desarrollo. Vamos a seguir trabajando, obviamente observamos porque es importante estar al tanto, pero vamos a seguir trabajando con las autoridades argentinas. Siempre me he mostrado, como presidente del BID o en mis etapas anteriores, con la mejor voluntad para apoyar a los gobiernos de Argentina, sea cual sea el gobierno y para ayudar a los ciudadanos en ese sentido.

-Se reunió con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, con la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche y su equipo, con el canciller Francisco Bustillo, ¿qué impresión se llevó de esas reuniones?

-Muy positiva, muy positiva. El presidente en su oficina tiene una pizarra con su visión holística de proyectos prioritarios en su gestión, de infraestructura física, temas digitales, educativos, etc. Esa organización nos ayuda mucho, prácticamente tenía ganas de agarrar un bolígrafo y poner: BID, BID, BID, aquí podemos ayudar. Hemos estado hablando con detalles del interés de Uruguay de ser sede en Punta del Este de la próxima asamblea del BID el año próximo. En este nuevo modelo híbrido, se pueden hacer las reuniones de manera muy eficientes, lo vimos en Barranquilla (Colombia) este año y en los tres o cuatro días antes nos enfocamos en resaltar la ciudad, las oportunidades y los proyectos que estamos haciendo con el país y la ciudad. Hay una visión muy buena y creo profundamente en ella, de poder presentar a Uruguay y a Punta del Este como un hub digital. Pensamos que Uruguay podría ser un Silicon Valley del Sur, podría ser líder en la región en cuestiones del sector digital. Lo que me encantaría ver, es un sueño que tengo, y ya tuve conversaciones en Miami, en Madrid, es crear un ecosistema digital. Hace tres meses hicimos un foro de inversión en Miami, la primera vez que el BID hacía un foro de inversión en Miami en 61 años, enfocado en inversiones digitales y en dos días movilizamos más de US$ 100 millones en inversiones para la región. Una de las cosas que escuchamos mucho de los inversores nuevos es que quieren invertir en Latinoamérica, pero quieren que haya un nexo con EE.UU. Si fomentamos un ecosistema -hay muchas de estas empresas que están en Madrid- un ecosistema digital que sea Miami, Madrid y América Latina y el Caribe, y Uruguay sería el centro excepcional para eso, debería ser la sede para América Latina y el Caribe en ese ecosistema: podría ser Montevideo y sería la iniciativa M3 (Madrid, Miami, Montevideo). Ese es mi sueño. Eso agilizaría mucha inversión hacia la región, más de la que estamos viendo, en temas digitales. Hay una enorme sintonía que tuvimos con el presidente Lacalle y su equipo en cuestiones de prioridades. Estamos viendo cómo hacer más bonos temáticos, algunos que puedan medir sostenibilidad. Uruguay es un país en el que si podemos innovar, crear cosas nuevas, de impacto, después se podrían replicar en otras partes de la región.

Mauricio Claver-Carone
Mauricio Claver-Carone, presidente del BID. / Foto: Leonardo Mainé

-¿Por qué ve la posibilidad de Uruguay como un Silicon Valley del Sur cuando es un país chico, con pocos habitantes?

-¿Por qué es que Mercado Libre está en Uruguay? Porque al fin y al cabo, hoy en día, lo que trae el mundo digital es que no hay fronteras. Es parte de crear ese ecosistema. Es cuestión de la infraestructura digital, que hay, políticas públicas buenas que faciliten, y un compromiso de parte de las autoridades. También hay un capital humano. Aquí lo que falta no son trabajadores, falta entrenamiento en algunos. Por eso una de nuestras prioridades está siendo en cuestiones de entrenamiento digitales. Uruguay como sede innovadora, el reto más grande que tiene es que no tiene suficiente gente para trabajar en esos sectores. Pero lo que sí tiene Uruguay es una capacidad de absorber talento de otros países de la región, sea de Argentina, de Brasil. No solamente podemos entrenar el talento aquí, sino atraerlo. El talento de Silicon Valley no viene de San Francisco, viene de todas partes del mundo. Es simplemente crear las condiciones para innovar y una cultura de innovación. De pronto, eso es como una aspiradora que absorbe y trae a la gente: el mejor talento de Asia, de Europa, de todas partes del mundo. Uruguay con esa convicción, con la infraestructura que se está creando, con las empresas digitales, con la estabilidad política que existe, con todas las ventajas comparativas que tiene, va a atraer talento.

-Mencionó varias oportunidades que tiene Uruguay, ahora, ¿qué desafíos ve?

-Hay desafíos de infraestructura. La infraestructura digital comparativamente con la región es muy buena, pero todavía se puede mejorar significativamente. El ecosistema. Hablamos de que Punta del Este puede ser un hub digital, pero hace falta un ecosistema que lo apoye. Hacen falta cosas tan fáciles como universidades, hospitales, crear un ecosistema a su alrededor que apoye a ese hub y ahí obviamente podemos ayudar. Como país, los vi todos en la pizarra del presidente, está agilizar el transporte en algunas vías para agilizar el comercio. El presidente muy apasionadamente está vendiendo a Uruguay como centro focalizado del comercio, quiere hacer un acuerdo de libre comercio con todos los países del mundo. Es una iniciativa fantástica, esa voluntad es importante. Ahora, de ahí van a venir beneficios, pero Uruguay necesita la infraestructura y la logística para poder crecer. Son todos retos, pero lo bueno es que todos los ingredientes para triunfar, para progresar, están sobre la mesa. Es cuestión de cocinarlos adecuadamente.

-Mencionaba lo de los acuerdos de libre comercio, ¿cómo ve esta iniciativa de Uruguay de intentar un acuerdo de libre comercio con China? ¿Hay un riesgo por el tema geopolítico?

-Nuevamente, tengo el lujo de estar en una posición apolítica y China es miembro del banco. Lo que el presidente Lacalle dejó muy claro que quiere un acuerdo con todos los países del mundo: quiere uno con China, quiere uno con Estados Unidos, quiere uno con Europa, quiere uno con India. Es cuestión de estar aprovechando las oportunidades cuando se presenten y es su visión. Ahora bien, veo una oportunidad enorme. Con este tema de nearshoring (N. de la R.: externalización de servicios y producción en un país cercano) y el realineamiento de las cadenas de valor es una realidad. China está atravesando graves problemas y son problemas que están afectando a todos los países que sobreinvirtieron sus cadenas de valor en China. Los costos de transporte, de logística, se han triplicado y quintuplicado en muchos casos. Están los contenedores estancados en los puertos chinos. Esa apuesta que hicieron muchas empresas norteamericanas y de todas partes del mundo, hoy en día están reevaluando y lo consideran un error, pusieron todos los huevos en la misma canasta. Todos los estudios que hemos visto, Gartner sacó uno muy interesante que marca que un tercio de las empresas norteamericanas que tienen presencia o manufactura en China están ya moviendo parte de esa manufactura fuera o lo están considerando. Eso es una enorme oportunidad. Las únicas dos entidades del mundo que financian el nearshoring son el BID y el gobierno de Japón. Si una empresa quiere mudarse de China a Uruguay, yo le financio la mudanza y el proyecto aquí. Eso no es una cuestión geopolítica, no es una cuestión anti-China, es cuestión de ser pro América Latina y el Caribe. Mi trabajo como presidente del BID es abogar porque todas las empresas escojan Latinoamérica y el Caribe antes de escoger a China, a Vietnam, a Malasia o a cualquier país de Asia.

Las inversiones de China y sus empresas en la región

"En cuestiones de las inversiones chinas, de los estándares…Hablamos antes de los problemas de la región, de la demanda de los ciudadanos y los temas de transparencia y corrupción, etc. Es indiscutible, y no es un juicio político, que las empresas chinas no suben los estándares de transparencia, pero lo bajan. Esa es otra razón por la que estamos financiando, empujando, incentivando, a empresas no solamente norteamericanas, europeas, japonesas, coreanas, a que vean a Latinoamérica como destino. Porque con ellas, traen mejores prácticas. En nuestra capitalización queremos hacer más inversiones de lo que es equity, porque cuando el BID tiene una silla en la parte directiva de una empresa, no solo trae conocimiento, trae buenas prácticas, trae transparencia, una buena gobernanza y eso ayuda. Otra lección importante con el tema de China en la región es que la corrupción y los casos de Odebrecht le hicieron mucho daño a la región por muchas razones. Obviamente la corrupción y lo que eso fomenta, pero la respuesta a la crisis de Odebrecht, fue una reacción instantánea en el cual cambió las percepciones en la región en particular en lo que son las licitaciones. Se creó una cultura como respuesta a lo de Odebrecht, en las licitaciones, en que todo era basado en precio contra calidad. ¿Qué ocurrió? Para no ser acusados de ser corruptos en una licitación, se escogía la que era más barata. Si no se escogía la más barata era como que tenía que haber una corrupción. Eso fue una respuesta inmediata hacia lo de Odebrecht. Ahí, el gobierno chino que subsidia y obviamente tiene prácticas no competitivas, tomó ventaja de ese cambio de mentalidad y ha podido subsidiar a sus empresas. Aunque a mediano y largo plazo sea más caro, ha sido una manera en la que ha bajado también no estándares de transparencia, pero de calidad en la región. Esas son todas observaciones. Lo que estamos trabajando con los países es que la cultura de licitaciones, de inversiones que vengan, sean basadas en calidad y pueda haber un escrutinio", afirmó Claver-Carone.

"Para sobrevivir (como presidente del BID) anteriormente había que regalar posiciones de personas ni calificadas"
"Puedo enorgullecerme de decirle no a la política de patronaje"
Mauricio Claver-Carone

-Hay una regla no escrita que dice que el director gerente del FMI debe ser un europeo, el presidente del Banco Mundial un estadounidense y el del BID un latinoamericano. En su caso se rompió eso, ¿siente que hay un resquemor por venir de EE.UU.?

-No he sentido y particularmente ya hace un año (que asumí), se ha visto la gestión, no creo. Rechazo un poco la premisa de la pregunta porque no europeos aspiraron a la presidencia del Fondo Monetario, casi fue un mexicano en un momento dado. No americanos siempre aspiraron a la presidencia del BM y yo terminé ganando una elección con el apoyo de 23 de los 28 países de la región, gané con el porcentaje más alto de todos, salvo Enrique Iglesias que vino en un momento de consenso. A ver, creo que fui elegido para hacer algunas cosas muy importantes, que van a dejar una mejor institución. No tengo la menor duda que el presidente que me siga va a ser de nacionalidad de un país de Latinoamérica, no lo va a hacer más latinoamericano que yo. Al punto que han salido el censo en EE.UU. y hay 62 millones de hispanoparlantes, sería el segundo país hispanoparlante más grande del mundo. Si creemos en las ventajas que trae este panamericanismo y que los EE.UU. verdaderamente puedan ver estos beneficios, tenemos una gran oportunidad. A mí se me eligió para ver si podía lograr acaparar el interés de EE.UU., que al fin y al cabo es el accionista de 30% del banco, que por 30 años no hay apoyado una capitalización del BID y lo ha ignorado de una manera bipartidista, un error enorme. En ese sentido, la última vez que el Congreso de EE.UU. aprobó una capitalización para el BID fue en 1994. Ya en mi primer año de gestión, ya antes de haber una resolución de gobernadores (del BID), el Senado de EE.UU. autorizó una capitalización de US$ 80.000 millones de una manera bipartidista, liderada por el senador (Robert) Menéndez (demócrata) y el senador (Marco) Rubio (republicano), etc. Es la primera vez en la historia que el Congreso de EE.UU. autoriza una capitalización de una institución financiera internacional antes de haber una resolución. Los EE.UU. deben a otras instituciones y el Congreso dice no nos interesa, no vamos a pagar y de pronto la única institución que le interesa al Congreso de EE.UU. y que apoya es el BID. Es un proceso de mucho trabajo, de crear conciencia, me dicen muchos senadores que han aprendido más del BID en los últimos siete meses que en 20 o 30 años anteriores.

-Eso es lo que puede mostrar a los países.

-El BID es la mejor marca en la región, pero en EE.UU. dentro de los inversores, no conocían al BID. Estamos haciendo roadshows presentando al BID como socio en inversiones. Esta semana en las Naciones Unidas vamos a aprovechar el viaje a Nueva York voy a hacer un roadshow a Citi, a Goldman (Sachs), a todos, para presentarles al nuevo BID y ver cómo podemos movilizar más recursos. Veinte de los 26 países prestatarios del BID, son países pequeños. Sin embargo, con la excepción de Enrique Iglesias que llegó en un momento de consenso por la salida forzada de (Antonio) Ortiz Mena, nunca habían tenido un vicepresidente de un país pequeño, porque los países grandes controlaban. Hoy en día todos los vicepresidentes son de países pequeños. La mujer de más alto rango del BID, la vicepresidenta ejecutiva, que es Irene Mejía (que era presidente de Citigroup en Centroamérica) está liderando nuestra iniciativa de excelencia operativa. La primera jefa de gabinete mujer en la historia del banco (N. de R.: Jessica Bedoya). Estamos cambiando la cara del banco. Cuando entré, en las representaciones que son la cara nuestra en los países, menos del 15% eran mujeres. En menos un año ya son 42% y van a ser más. Así que es un organismo más diverso. Anteriormente para sobrevivir, un presidente del BID de un país latinoamericano, tenía que crear patronaje. Yo puedo enorgullecerme de decirle no a la política de patronaje, me han caído arriba, me han dado golpes. Lo he podido aguantar porque tengo espalda, y en eso me ha servido obviamente que soy americano. Pero entiendo que para sobrevivir anteriormente había que regalar posiciones de personas ni calificadas y entonces se creaban minibancos en cada parte del banco. Era completamente ineficiente. Hoy el banco trabaja como grupo, lo cual nos ayudó a ser más eficientes.

Hoy en día no hay ningún país, ni ningún gobernador, que hable que me perciba como norteamericano y creo que es la experiencia más bonita. Porque sí, nací en Miami, mi padre español, mi madre cubana, pero soy profundamente latinoamericano. No hay ningún presidente, ningún gobernador que pueda usted conocer, y que pueda decir: “no siento que Mauricio sea latinoamericano”. Eso para mí es un gran orgullo. Al principio me decían que la iniciativa del nearshoring era porque yo era americano y quería beneficiar a los EE.UU. Y yo les decía: “señores, EE.UU. va a recibir el producto de un sitio u otro, es cuestión de generar empleo, de crecimiento, de inversión, es cuestión de promocionar a la región”. Hasta esos que me acusaban, ya entienden que es para el beneficio de Latinoamérica.

Una de las iniciativas que impulsó Claver-Carone: el capital humano del BID

"Una iniciativa es la estrategia en capital humano. Cuando entramos al banco, era obvio que tenía incentivos perversos. Es la entidad con más talento que he visto en mi vida: gente joven, dinámica, ideas, es lo mejor de la región. Pero, con una estructura de recursos humanos que no permite o permitía, porque lo estamos cambiando, que pueda resaltar, sentirse incentivado. Había una cultura hasta cierto punto de miedo, de no cometer errores, etc. Traemos una cultura nueva, de innovar, de tomar riesgos. Se va a errar, pero ahí vamos a aprender", afirmó Claver-Carone.

Colaboración y financiamiento al sector productivo

"Externamente, la iniciativa que nos enorgullece es la del sector privado. En febrero lanzamos la sociedad con el sector privado, la más grande en la historia del banco. Las 40 empresas más grandes: Microsoft, Amazon, Google, Mercado Libre, Walmart, JP Morgan, Pimco. Ya hoy seis meses después son 125. Lo que hemos hecho es incorporarlos a nuestras líneas de trabajo para ver oportunidades, ejecutar proyectos juntos, etc. En este año, es el año récord en movilización de financiamiento al sector privado por parte del banco y ya hemos duplicado el que era récord anterior y a lo mejor lo triplicamos antes de fin de año", aseguró Claver-Carone.

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