Las oficinas de la empresa Conaprole ubicadas en el barrio Aguada de Montevideo fueron el espacio para dialogar sobre las dificultades que atraviesa la industria láctea, la participación de inversores extranjeros y la situación de la planta 14 del departamento de Rivera que la marca tiene previsto cerrar el próximo 31 de octubre. El gerente general de Conaprole, Gabriel Valdés, destacó la importante caída de venta de leche en bolsa en todo el territorio nacional y el trabajo que se planea desarrollar para reubicar al personal. Valdés cuenta con 22 años de trayectoria dentro de la empresa, además de su rol como presidente de la Cámara de Industrias Lácteas del Uruguay (CILU). A continuación un resumen de la entrevista que mantuvo con El País.
—¿Cuál es la situación actual de la planta de Rivera?
—No es un tema nuevo ni es una decisión que es muy difícil que se tome en forma intempestiva. La verdad que veíamos hace tres o cuatro años estos cambios de consumo fuertes y de caída del producto. La no sustitución por leche en caja también influyó porque es mucho más caro, capaz que en un 20%, pero un 80% corresponde a una caída de hábitos del consumidor y de alguna forma nos ponía un desafío para competir. Conaprole tiene que competir en Uruguay y en el mundo con un montón de variables que no manejamos, como el tipo de cambio, pero también guerras, no tener tratados comerciales, problemas logísticos, no llegan los barcos al puerto, no tenemos los contenedores. Tenemos que tratar de ser eficientes y es lo que estamos explicando a las autoridades: que es una decisión compleja y difícil, que quizás se difirió un tiempo pensando que podía haber algunas soluciones. Las soluciones no han llegado. Hay un sobrecosto importante, en la medida que tenemos otro centro de producción que podría ser el mismo producto de forma más eficiente. No es una decisión que surja de un día para el otro, se venía hace dos o tres años conversando con el sindicato. Se deriva una situación comercial, baja el consumo y nosotros de alguna forma tenemos dos lugares que podemos producir el mismo producto y la idea es concentrarlo y hacerlo de la forma más responsable posible. La fecha que inicialmente se maneja es el 31 de octubre.
—¿Cómo se trabaja con los empleados?
—Nosotros ofrecemos estabilidad laboral en otras plantas y estamos planteando un periodo de transición en el cual pueda haber un seguro de paro extendido. Conaprole tiene una rotación de unas 40 o 50 personas por año y en la planta de Rivera trabajan 22 personas efectivas. Entendemos que podemos reubicarlas a todas y seguir ofreciendo las condiciones laborales que tenían en su planta en otras localidades. Estamos priorizando a las personas y el respeto que esta situación merece. El final es cómo defender la producción de lácteos en Uruguay en una cooperativa que tiene que sí o sí salir con el 80% de la leche al mundo y que tiene que ser muy eficiente para competir. Estamos planteando una transición, no un cierre inmediatamente. Sabemos que es un golpe, pero también sabemos que hoy podemos estar garantizando la estabilidad de todos en otras plantas de Conaprole. El seguro de paro normal son cuatro meses y nosotros ofrecimos complementarlo con una caja de auxilio.
—¿A qué planta se trasladaría la producción?
—Tenemos el Complejo Industrial de Montevideo en ruta 5, que es una planta de unas 650 personas, que tiene la expedición de los productos para el mercado interno y en la cual hoy se produce casi 10 veces más de lo que estaba produciendo Rivera. La caída en el hábito del consumidor afectó a las dos plantas. En Montevideo se producen yogures, postres, helados y leche chocolatada. Nuestra idea es juntar la producción. La caída de los niveles de producción de la planta de ruta 5 superó durante el 2024 todo lo que producía Rivera en un año. Entendemos que se puede perfectamente producir y asegurar el suministro del producto que para Conaprole es esencial. La empresa ha defendido y va a defender siempre la leche en sachet. Hoy tenemos el 80% del mercado y ante la caída de otros colegas, nosotros hemos asumido siempre el rol de que ese producto básico y con un precio económico esté en las góndolas de todo el país. (...) Vamos a seguir produciendo y vendiendo lo mismo. El tema es que lo vamos a estar concentrando en un solo lugar para generar las eficiencias y determinados ahorros que entendemos que lo vamos a volcar para seguir compitiendo en el mercado interno y en el mundo. Ese es el objetivo frente a una caída que depende de hábitos de consumo y no fue nuestra.
—¿Cómo fue la última reunión con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS)?
—La instancia nos permitió de primera mano explicarle al ministro la lo que viene pasando los últimos años con el consumo del producto (N de R: leche en sachet) y los fundamentos de la decisión. Presentamos cifras al Instituto Cuesta Duarte para ser transparentes con los valores que estaban sobre la sobre la mesa y de alguna forma explicándole el desafío de la sostenibilidad de la producción de lácteos en Uruguay. Lamentablemente se han ido empresas lácteas en los últimos años de Uruguay, empresas grandes. También ha habido movimientos en el mercado; Lactalis compró Granja Pocha; Froneri, una empresa inglesa compró Crufi, los principales portadores de lácteos Uruguay después de Conaprole son dos empresas argentinas, Alimentos Fray Bentos y Estancia del Lago. El número tres es Lactalis. De alguna forma lo que hemos visto en el sector lácteo, capaz que en otros sectores se ha visto como la carne, la celulosa, granos o arroz, donde se empiezan a hacer exportaciones desde Uruguay pero en manos de empresas o inversiones extranjeras. De alguna forma nosotros tratamos de explicar ese desafío de sostenibilidad, el desafío de cómo seguir compitiendo en Uruguay y en el mundo. Que dentro de un plan de muchas iniciativas, esta fue una decisión difícil que capaz que diferimos lo máximo que pudimos, pero que la demanda comercial nos está obligando y queríamos hacer un cierre responsable. Las autoridades estarán conversando con todas las partes en este caso. Nosotros vamos a seguir apostando a un diálogo responsable, pero entendemos que la demanda hoy nos está obligando a tomar esta decisión y que lamentablemente por muchos esfuerzos que se han dado no se ha revertido.
—¿Cómo influye para Conaprole la participación de estas empresas?
— Bienvenidas todas las inversiones que vengan al país. Nosotros tenemos que trabajar en nuestros planes en el mercado interno y cómo presentarnos en el mundo donde le vendemos a grandes industrias que elaboran productos para consumidores finales. Son dos estrategias distintas.
—Crece el consumo de leche en el exterior y cierran cooperativas locales. ¿Cómo es esto para Conaprole que se encarga de exportar?
—Para decir si es un buen negocio o no para Conaprole, hay que sumar un balance de la empresa y los productores. Para salir al mundo necesitas cierta escala. No voy a hablar de qué pasó con otras industrias pero lo que está claro es que el mercado interno está muy competitivo. No ha caído el consumo de lácteos y hoy vienen más importaciones de Argentina y Brasil para consumo interno. Cayó la leche en sachet por un tema de hábitos pero cuando mirás otros lácteos capaz que el consumo no ha caído. Empezamos a tener que competir con productos que vienen de Argentina o Brasil y otras empresas grandes lácteas que instalaron en Uruguay dejaron el país. Gloria es la empresa más grande de Perú y también está muy fuerte en Chile. Lactalis también cerró una planta importante. Cuando digo que a mediano plazo la demanda del producto parecería que va a estar es una realidad, eso no tiene que ver con el mercado interno. Tiene que ver con dónde se va a producir, qué países van a ser más competitivos, cuáles van a ser más eficientes para que cuando salgas al mundo, incluso sin tratados comerciales como nosotros, te terminen comprando o terminen confiando en vos. Hoy si queremos venderle a China tenemos que pagar un 10% de arancel para la leche en polvo y Nueva Zelanda paga cero y Australia va a pagar cero a partir de enero del 2026.
—Continúa aumentando la participación de Argentina y Brasil en los productos lácteos del mercado local. ¿Se le plantea esta problemática a las autoridades?
—Sí, esos son datos públicos, las importaciones que vienen de de Argentina y Brasil. Las autoridades están al tanto. Nuestro desafío es cómo ser sostenible y cómo seguir compitiendo. Para eso hay que tener muchos planes y hacer muchas cosas bien a la vez, y ser lo más eficiente posible. Hay cosas que no podemos manejar nosotros.
—¿Conaprole planea cambiar su oferta?
—Nuestro negocio central es la leche, vamos a tratar de seguir cubriendo necesidades específicas como pueden ser productos sin lactosa o con mayor cantidad de proteína para deportistas o para personas adultas.