La Universidad ORT forma arquitectos para un mercado en transformación, con visión global y mirada estratégica

La arquitectura atraviesa una transformación marcada por la innovación tecnológica, la rapidez de la construcción, el cuidado de los costos, la sostenibilidad y la globalización del trabajo. En este escenario, la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT Uruguay forma graduados para asumir los grandes desafíos del sector de la construcción, con una preparación que apuesta a la práctica desde el primer día, conecta al estudiante con el empleo y brinda una mirada internacional.

Hoy ser arquitecto implica mucho más que proyectar edificios, y por esto el modelo educativo de la institución permite a los estudiantes desarrollarse con visión global, dominar herramientas digitales, tener formación práctica y comprender el impacto ambiental de cada decisión.

El decano de la facultad, el arquitecto Gastón Boero, destacó que la institución cuenta con un 95 % de inserción laboral de sus egresados. “Modelamos nuestra educación para estar ajustándose a las demandas del mercado”, afirmó. Según explicó, esa tasa de empleabilidad elevada se sostiene no solo por la actividad de la industria local, sino también porque los graduados trabajan para otros países del mundo.

Casos como el estudio Slantis, que trabaja para la costa este de Estados Unidos, o Studio 4D, que trabaja con Amazon como principal cliente, muestran cómo los arquitectos formados en ORT logran destacarse a nivel internacional. A esto se suman la red de pasantías en empresas y en grandes estudios nacionales, los convenios con empresas, la doble titulación con Brasil y una política de becas accesibles que facilita el ingreso a la facultad. “Nuestras becas accesibles permiten que el talento no tenga barreras. Queremos que cada estudiante con ganas de proyectarse pueda hacerlo”, destacó Boero.

Uno de los diferenciales de la facultad es la formación práctica desde el inicio. “El vínculo entre teoría y práctica es vital; lo logramos con visitas a obra, prácticas en ONG y talleres en los que el estudiante construye con sus propias manos”, expresó Boero. La carrera apuesta a grupos reducidos, docentes que ejercen la profesión y clases interactivas, además de contar con materiales de estudio disponibles online.

Esta dinámica permite que los alumnos, además de incorporar conocimientos, desarrollen competencias como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la creatividad aplicada. La experiencia acumulada en proyectos reales les da seguridad y confianza para enfrentar los desafíos que encontrarán al graduarse.

La enseñanza se adapta a los cambios disruptivos que atraviesa la disciplina. El decano destacó hitos como la llegada de BIM en 2007 y el actual impacto de la inteligencia artificial. “Enseñamos a incorporar estas herramientas en el flujo de trabajo de manera crítica, consciente y creativa”, dijo. En la facultad se trabaja con software de última generación, realidad virtual y aumentada. Además se promueven los intercambios con universidades de Europa y Estados Unidos.

La apuesta tecnológica no solo busca familiarizar a los estudiantes con herramientas digitales, sino también entrenarlos para anticipar cambios en la industria y aprovechar las oportunidades que trae la transformación digital. Salones con cámaras robóticas y plataformas HyFlex® (cámaras con audio, que siguen a los docentes y estudiantes online y presentes) permiten estudiar desde cualquier lugar, consolidando la innovación como un valor transversal de la formación.

La sostenibilidad es uno de los pilares de la facultad. Boero resaltó que la carrera integra contenidos sobre construcción responsable y eficiencia energética, con especial foco en la madera como material del futuro. Además, la facultad ofrece el Diploma de Especialización en Arquitectura Sostenible y el Máster en Edificaciones en Madera. “Estas prácticas mejoran la calidad de vida de las personas y reducen los costos a lo largo del tiempo”, afirmó.

La formación busca que cada graduado incorpore una visión integral: pensar edificios y ciudades más amigables con el medioambiente, pero también con la vida cotidiana de quienes los habitan. Así, los arquitectos de ORT salen preparados para dar respuestas a los grandes desafíos globales sin perder de vista las necesidades locales.

Con una propuesta académica que combina empleabilidad, práctica constante e innovación tecnológica, y que además suma becas y un fuerte compromiso ambiental, la Facultad de Arquitectura de ORT se consolida como un espacio de referencia en Uruguay y la región. Para Boero, la clave está en que “cada estudiante sepa que está construyendo su futuro en un entorno que le abre puertas, lo conecta con el mundo y lo invita a transformar la realidad a través del diseño y la arquitectura”.