Director de Claldy asegura que la situación de la empresa "es comprometida" y da detalles de la reestructura

La firma denuncia falta de eficiencia en los procesos productivos, busca aumentar productividad y asegura haber perdido el negocio con el grupo Lactalis como resultado del conflicto sindical.

Daniel Reimer
Daniel Reimer. Foto: Ignacio Sánchez.

A semanas del comienzo de la zafra en el sector lácteo, la empresa Claldy anunció que llevará a cabo un proceso de reestructuración que implica el despido de 50 trabajadores de un total de 204 (entre permanentes y zafrales). La empresa busca aumentar la productividad a través de un proceso de reestructura basado en tres pilares: laboral, comercial y financiero, según explicó Daniel Reimer; director de la empresa láctea desde 2023. A continuación un resumen de la entrevista que mantuvo con El País.

—¿Cómo es la situación de la empresa?

—Hace tiempo que ya venimos viendo problemáticas más generales, La rentabilidad de este año fue muy mala de la empresa. Tenemos fragilidad patrimonial, no tenemos acceso al crédito. Es una situación un poco delicada a nivel de activos y pasivos y nuestra situación patrimonial tiene desafíos y necesitamos hacer reestructuras. La implementación de las máquinas obviamente ayuda a la reestructura. Pero necesitamos empezar a ser eficientes. Entonces así, nosotros tenemos un plan de reestructura.

—En un comunicado difundido hace unos días, la empresa sostuvo que está atravesando una situación crítica, ¿desde hace cuánto tiempo?

—Hace mucho tiempo que es la primera vez que no pudimos pagar los sueldos en fecha. Los seguros de junio, en julio los pagamos en tres jornadas, hace tiempo que no nos pasaba. Le pagamos tarde la leche a los productores, creo que cuatro o cinco días. Las deudas fiscales hasta hoy no las terminamos de pagar. Estamos en un momento donde la caja está bastante apretada y ahora se viene la zafra con más leche para procesar y pagar. Estamos en una situación realmente comprometida que no estamos pudiendo pagar las cosas.

—¿En qué consiste el plan de reestructura?

—La reestructura tiene tres pilares. Uno es el laboral productivo y es el que incluye la pérdida de fuentes de trabajo. Ese es el gran tema por el que hoy nos estamos juntando cada tres o cuatro días en el Ministerio. (...) El segundo es financiero y el tercero es comercial. Quizás no puedo entrar en detalles porque es uno de los factores de negociación. No los puedo adelantar y tampoco puedo decir por qué.

—¿Cambiará algo la forma de producción?

—La reestructura laboral productiva obviamente implica en sí misma reorganizar el trabajo y que cada sector probablemente esté dotado con menos personas y estamos evaluando cerrar algún sector de la fábrica.

—¿Cuál es el sector más comprometido?

—Tenemos varios sectores comprometidos. Cuando digo sectores comprometidos me refiero a sectores poco rentables, tenemos varios y estamos evaluando cuál de esos debiéramos cerrar. No podemos cerrar todos los sectores no rentables porque en alguno hay que procesar la leche. (...) No puedo ahondar en qué sectores en este momento porque es el tema que estamos conversando en el Ministerio.

Claldy.
Planta industrial de Claldy.
Foto: Ignacio Sánchez.

—¿Cómo fue la última reunión tripartita?

—Las posturas siguen bastante distanciadas, muy distanciadas. Si bien el equipo de negociadores del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) está intentando hacer esfuerzos, la verdad no nos estamos acercando mucho. Nosotros entendemos que hemos cedido bastante y no vimos esa actitud de la contraparte (el sindicato), esa es nuestra lectura. Ellos tendrán su propia lectura, pero nosotros entendemos que la contraparte no está cediendo y por eso no estamos teniendo un ánimo de entendimiento. Necesitamos tener algunas señales para ver que realmente hay intención de diálogo y de negociación y no solo de estar perdiendo tiempo.

—¿Cómo se desató el conflicto?

—Hoy no estamos en una situación de medidas, la planta está funcionando con normalidad. Lo que pasa es que el problema tuvo una derivación por aquel tema de la no aceptación de supervisión. La empresa arrancó (a recorrer) caminos de necesidad de crecer e invertir. El gobierno ayudó a la empresa para hacer inversiones en maquinaria, pero no tuvieron o no están teniendo la eficiencia que nosotros pretendemos. Hay máquinas que son nuevas, o casi nuevas. Son nuevas para Claldy y están funcionando el 25% de su capacidad operativa. Por eso nosotros nos basamos y decimos, acá hay un boicot, nos están boicoteando la implementación de la nueva maquinaria. ¿Qué hicimos? Pusimos un supervisor a los pies de la planta y dijimos, en cada minuto que la máquina esté parada, (se debe) anotar cuál es la razón. (...) Cuando el personal tiene algo totalmente razonable, pero hay otras que no lo son tanto. Entonces hicimos eso durante todo el horario laboral. Al sindicato no le gustó, entendió que eso es hostigamiento, acoso laboral y nosotros como empresa decimos, tenemos el derecho de supervisión y dirección en la empresa y si entendemos que así tenemos que supervisar, lo tenemos que hacer. Tenemos la responsabilidad de hacer que las máquinas funcionen. Entonces, ahí arrancaron las medidas sindicales. Primero una asamblea permanente, después trabajo a reglamento y luego las fueron achicando.

—¿Le hicieron alguna observación a los planteos del sindicato?

—Los planteos del sindicato son históricos pero desde la lógica de ellos debe tener toda la razonabilidad. Desde nuestro punto de vista, realmente ninguna propuesta resuelve el tema de la productividad (...) En las propuestas que hoy recibimos no vemos una solución al problema central que estamos teniendo, necesitamos producir más con menos y a menor costo.

—La planilla total de la empresa ronda los 204 trabajadores y los despidos corresponden casi un 25% del personal, ¿cómo se llegó a ese número?

—Hicimos una reorganización del trabajo y dijimos, bueno, este (sector) ya podría funcionar con esta cantidad. (...) Vimos ineficiencias en algunos sectores y nosotros necesitamos aumentar la productividad. (...) Tenemos tres criterios de elección de personas en los despidos. El primero es rentabilidad y es el análisis de margen por sector. El segundo aspecto tiene que ver con la productividad. Para nosotros es fundamental hoy en una situación de ineficiencia, necesitamos ser más productivos. Hace casi 20 años que usamos la herramienta de evaluación de desempeño para nuestro personal y claramente, necesitamos quedarnos con los más productivos. El tercer pilar tiene que ver con protección social; las personas que tienen más de 57 o 58 tienen algunos beneficios por estar cercanos a la jubilación. También vamos a tener una consideración particular para quienes se encargan de menores, hogares monoparentales y jefes de hogar. Esos son los tres pilares que estamos evaluando para pensar en quiénes son las personas de las que vamos a prescindir.

Daniel Reimer.
Daniel Reimer. Foto: Ignacio Sánchez.

—En 2023 Claldy atravesó otro proyecto de reestructuración. ¿Cómo fue?

—Ese año hicimos varias cosas. Pasamos por un Acuerdo Privado de Reorganización (APR) que tenía un fuerte énfasis en lo financiero. Eso tenía que ver con temas de endeudamiento, quitas, negociación de tasas, plazos, gracia. (...) También pasamos por una instancia de reestructura laboral. El camino que usamos fue no despedir a nadie. Quienes estaban cercanos a la jubilación y tener un incentivo para quienes voluntariamente querían dar un paso al costado. Primero hicimos un acuerdo general con el sindicato y después acuerdos individuales.

Pérdida de negocios

—¿De cuánto fue la rentabilidad el año pasado?

—Prefiero que no sean números públicos, pero no fue bueno. (...) En mayo cerramos y tuvimos una pérdida importante.

—¿Cuál fue el motivo? 

—Son varias cosas, hay algunas que son más de carácter general. Hubo un aumento considerable del precio al productor y tenemos una situación donde el mercado interno está siendo bastante competitivo y no fue posible en todos los productos trasladar ese aumento del costo de la materia prima. Después tuvimos un montón de temas que nos complicaron internamente, una conflictividad enorme en febrero, marzo, y perdimos a nuestro cliente más grande. Nos compraba arriba de US$ 300.000 por mes y después constantes incumplimientos al plan de producción, que están vinculados sobre todo a dos factores. Uno es la ruptura de una máquina, y la segunda tiene que ver con problemas con el personal. La conflictividad laboral, sea por una situación de conflicto o porque en el día a día tenemos muchos desafíos con el personal, el nivel de pérdida por perder clientes o por perder ventas, es una pérdida monstruosa para nosotros.

—¿Quién es ese cliente que perdieron?

El cliente más importante que teníamos. No puedo compartir el nombre de la empresa.

—¿Claldy continúa trabajando con Lactalis?

No. Estábamos recibiendo de Lactalis. Hubo un tiempo pero muy corto creo que fueron 10 o 15 días en los que recibíamos tres cisternas de suero por día y una de leche y por el último conflicto tuvimos que suspenderlo por no poder procesar eso porque no teníamos el personal y hasta hoy no lo tenemos. Es otra pérdida que hemos tenido. (...) Perdimos a Lactalis en los últimos 10 días de conflicto.

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