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Rusia y Turquía, los dos actores clave en conflicto armenio-azerí

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Miembros de las fuerzas armadas azeríes disparando artillería en un lugar no identificado. Foto: Reuters
A still image from a video released by the Azerbaijan's Defence Ministry shows members of Azeri armed forces firing artillery during clashes between Armenia and Azerbaijan over the territory of Nagorno-Karabakh in an unidentified location, in this still image from footage released September 28, 2020. Defence Ministry of Azerbaijan/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES. MANDATORY CREDIT.
DEFENCE MINISTRY OF AZERBAIJAN/via REUTERS

TENSIÓN

Desde los enfrentamientos del domingo los bandos han reportado decenas de muertes.

El conflicto entre Azerbaiyán y Armenia por la región de Nagorno Karabaj amenaza con convertirse en una guerra a gran escala que podría arrastrar a Turquía y Rusia: los turcos con los azeríes y los rusos con los armenios.

Desde el domingo, separatistas de Nagorno Karabaj, apoyados por Armenia, se enfrentan con las tropas de Azerbaiyán. Este nuevo capítulo en la disputa por Nagorno Karabaj, en el que se emplean drones, tanques, helicópteros y artillería, va camino a superar en magnitud a la Guerra de los Cuatro Días de 2016, que dejó centenares de muertos.

El conflicto en torno a Nagorno Karabaj es el más antiguo en el espacio postsoviético, y se da en la región del Cáucaso Sur, importante corredor para el tránsito de gas y petróleo.

Al menos 69 personas, entre civiles y militares en ambos bandos, murieron, han muerto desde el domingo.

Azerbaiyán, país de habla turca de mayoría chiita, reclama el control de Nagorno Karabaj, de mayoría armenia, cristiana, que declaró su independencia en 1991.

Una guerra abierta entre Azerbaiyán y Armenia podría desestabilizar el Cáucaso sur, sobre todo si Turquía y Rusia intervienen.

Rusia ha adoptado por ahora una postura de espera y sólo ha llamado al cese de hostilidades. El presidente ruso, Vladímir Putin, de hecho suministra armas a los dos países, pero tiene una base militar en Armenia y es aliado de este país en la alianza político-militar Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).

Enfrentamientos en Naborno Karabaj. Foto: AFP

Turquía, enemigo acérrimo de Armenia, se ha posicionado claramente del lado de Azerbaiyán. “Llegó la hora de que esta crisis que comenzó con la ocupación de Nagorno Karabaj llegue a su fin. Cuando Armenia haya abandonado el territorio que ocupa, la región reencontrará la paz y la armonía”, declaró el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

Armenia presentó ayer lunes una solicitud ante la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH), brazo jurídico del Consejo Europeo.

“El gobierno armenio demanda a la CEDH que indique al gobierno azerbaiyano que cese sus ataques militares contra poblaciones civiles”, dice la solicitud armenia.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá hoy martes a puerta cerrada, a instancias de Francia y Alemania, para abordar la situación.

Armenia y Nagorno Karabaj denuncian la “injerencia” turca, y acusan a Turquía de suministrar armas, especialistas militares, pilotos de drones y aviones a Azerbaiyán. Armenia también afirmó que Turquía había desplegado miles de mercenarios, traídos de Siria.

Convocan al Consejo de Seguridad

El Consejo de Seguridad de la ONU convocó para hoy martes una reunión a puerta cerrada sobre la región separatista de Nagorno Karabaj, a petición de países europeos. Alemania y Francia impulsaron esa reunión, pero otros países europeos -Estonia, Bélgica y Reino Unido- la respaldan. Los combates que estallaron el domingo, los más mortíferos desde 2016, causaron inquietud internacional y llevaron a la ONU, a Rusia, Francia y Estados Unidos a pedir un alto el fuego inmediato. De su lado, Turquía había expresado su apoyo total a Azerbaiyán, gesto que generó de inmediato una protesta de Armenia por la tentativa de injerencia ruca en el conflicto.

El ministerio azerbaiyano de Defensa rechazó estas acusaciones y señaló que “mercenarios étnicamente armenios” de Oriente Medio combatían junto a los separatistas.

El embajador armenio en Rusia, Vardan Toganyan, dijo a la agencia rusa Ria Novosti que su país no dudaría en utilizar misiles balísticos Iskander, proporcionados por Moscú, si Turquía recurría a los F-16 turcos.

El balance actual podría ser más grave ya que los dos bandos afirman haber infligido centenas de pérdidas al adversario, difundiendo en particular imágenes de blindados destruidos. Azerbaiyán afirma haber matado a 550 soldados enemigos y Armenia dice haber eliminado a más de 200.

El ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj afirmó por otra parte que había reconquistado posiciones perdidas el domingo. Por su parte, Azerbaiyán afirmó que había conquistado más territorios.

En los últimos años, Azerbaiyán destinó una parte importantes de sus ingresos petroleros a la compra de armamento.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, acusó a su enemigo histórico de haber “declarado la guerra al pueblo armenio”, mientras que el presidente azerí, Ilham Aliyev, prometió “vencer”.

El presidente de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, Arayik Harutyunyan, afirmó de su lado que “Turquía, no Azerbaiyán” combate contra el territorio secesionista. “Hay helicópteros, (aviones) F-16 y tropas y mercenarios de diferentes países”, afirmó.

Todos los esfuerzos de mediación para resolver este conflicto han fracasado y Armenia y Azerbaiyán ya se enfrentaron en su frontera norte el pasado mes de julio en los combates más graves desde 2016 y que hicieron temer la desestabilización de la región.

Los dos Estados decretaron la ley marcial y Armenia la movilización general. Azerbaiyán impuso un toque de queda en parte del país, incluyendo la capital Bakú.

El escenario en el Cáucaso sur
¿Existe riesgo de guerra?
Una vista interior muestra una casa, que según los lugareños fue dañada durante un reciente bombardeo de las fuerzas azeríes, en la ciudad de Martuni. Foto: Reuters

El repunte de violencia en la región de Nagorno Karabaj hace temer una guerra de gran envergadura entre Azerbaiyán y Armenia en el Cáucaso sur, zona donde compiten Rusia y Turquía.

Nagorno Karabaj es una región de mayoría armenia que se separó de Azerbaiyán, que intenta recuperarla desde la guerra de 1988-1994, que causó 30.000 muertos.

Según la experta Olesya Vartanyan, del International Crisis Group, el aumento de las hostilidades se explica esta vez por la ausencia de mediación internacional, y esto a pesar de la escalada que representaron los enfrentamientos armados en julio entre Armenia y Azerbaiyán. “Estos combates causaron mucha emoción y llamados a la guerra que desgraciadamente no fueron contenidos por una mediación internacional”, lamenta.

La reactivación del conflicto se caracteriza por una intervención militar de mayor envergadura. Azerbaiyán realizó bombardeos aéreos, usó artillería y tanques.

Estos enfrentamientos están menos localizados que los anteriores de abril de 2016, en Nagorno Karabaj. “En 2016, principalmente fueron combates entre soldados de reconocimiento. Ahora vemos intervenciones completas con grandes medios”, dice Gela Vasadze, experto instalado en Tiflis, capital de Georgia.

Solo una profunda incursión militar en Armenia o en Azerbaiyán, podría provocar la intervención directa de Rusia o Turquía, según Gela Vasadze. Turquía podría salir en ayuda de Azerbaiyán a través de sus acuerdos militares. De igual manera, Rusia lo haría mediante la alianza militar que le une a Armenia.

Para Olesya Vatanyan, únicamente la movilización del grupo de Minsk, el mediador tradicional que reúne desde 1992 a Estados Unidos, Francia y Rusia, puede parar una guerra.

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