MEDIO ORIENTE
Al aludir a una serie de acontecimientos “trágicos”, Rohani declaró que esto debería conducir a “una gran decisión” dentro del sistema político.
Un llamado a la “unidad nacional” realizó el presidente de Irán, Hasan Rohani, y pidió un cambio importante en la forma de gobernar en su país, admitiendo implícitamente que la catástrofe del avión ucraniano derribado en Teherán provocó una crisis de confianza en las autoridades.
El derribo del Boeing 737, provocado por un misil iraníel 8 de enero causó 176 muertos. Las autoridades no reconocieron de inmediato su responsabilidad en la tragedia, lo que provocó manifestaciones de ira contra el ejecutivo y una ola de indignación. Las protestas tuvieron lugar en las calles de Teherán y de otras ciudades.
Por su parte, el guía supremo iraní, Alí Jamenei, anunció que dirigirá la gran oración del viernes en Teherán. Aunque él es el imán oficial de la oración de Teherán, suele delegar la tarea en otros, y la última vez que la ofició fue el 3 de febrero de 2012, con ocasión del 33º aniversario de la Revolución Islámica y en plena crisis internacional en torno al programa nuclear iraní.
La tragedia del avión tuvo lugar en un contexto de alta tensión entre la República Islámica y Estados Unidos, que tocaron máximos con la eliminación, el 3 de enero en Bagdad, del general Qasem Soleimani, artífice de la estrategia iraní en Medio Oriente, en el ataque de un dron estadounidense.
Al aludir a una serie de acontecimientos “trágicos”, Rohani declaró que esto debería conducir a “una gran decisión” dentro del sistema político. “Y esta decisión importante es la reconciliación nacional”.
Las elecciones legislativas, previstas para el 21 de febrero, “deben ser la primera etapa”, declaró el presidente, en un discurso ofrecido después de un consejo de ministros.