Redacción El País
El descontento estudiantil crece en Cuba ante las nuevas tarifas de internet móvil impuestas por la empresa estatal de telecomunicaciones. Algunos sectores universitarios hicieron ayer un paro de actividades como protesta.
Las nuevas tarifas implican una fuerte alza para los clientes que excedan un paquete básico, drásticamente limitado, y una dolarización parcial del servicio. Su entrada en vigor el 30 de mayo ha desatado una ola de indignación entre los cubanos, especialmente entre los estudiantes.
Esta decisión de “ETECSA (la compañía de telecomunicaciones) no nos conviene para nada a ninguno de nosotros los estudiantes y a ninguno en la población”, declaró la AFP Rafael Gómez, de 18 años, frente a la Universidad de La Habana, adonde llegó para hacer trámites de matrícula.
“Estábamos acostumbrados a un cierto sistema” que permitía recargar el teléfono con saldo prepago tantas veces como quisiera y “ahora estamos limitados (a un paquete básico mensual) de 360 pesos (tres dólares) y eso es complicado”, añadió. “Con 6 GB uno no resuelve nada y, si quieres comprar más, son más de 3.000 pesos y un sueldo normal en Cuba no te da”, detalló Gómez.
En la isla el salario medio es de 5.700 pesos (47 dólares).
Desde que empezaron a regir las medidas, sin aviso previo y que luego ETECSA justificó por la urgencia de obtener divisas para inversiones y operaciones, las organizaciones estudiantiles expresaron su insatisfacción.
Ante el clamor, el presidente Miguel Díaz-Canel escribió el domingo en X que estaba “al tanto de las opiniones, críticas e insatisfacciones” y adelantó que se estudian “opciones para los sectores más vulnerables”, entre ellos los estudiantes.
Se han celebrado múltiples reuniones entre representantes estudiantiles y responsables de ETECSA, cuyos directivos también han participado en programas de la televisión local para explicar las razones de las nuevas tarifas.
El lunes por la noche, la empresa anunció que los universitarios tendrían finalmente derecho a dos recargas mensuales en moneda nacional, frente a una para el resto de la población, pero esa propuesta no logró calmar el descontento.
“Los estudiantes universitarios demostraron que reconocían el avance en las negociaciones, en el diálogo (...), en la búsqueda de soluciones, pero pedíamos más”, dijo a la AFP José Almeida, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU, organización oficial) en la Universidad de La Habana.
Filiales de la FEU en algunas facultades llamaron a un paro para reclamar la “revocación” de las nuevas medidas.
“Convocamos, a partir del miércoles 4 de junio, a los estudiantes a no asistir a las actividades docentes en forma de protesta”, señaló la FEU de la Facultad de Matemática y Computación en un comunicado divulgado la noche del martes en su canal de Telegram. Asimismo, instó a la dirección de Universidad de La Habana “a reconocer legítima esta protesta” para “evitar la tergiversación en nuestras revolucionarias y honestas intenciones”.
También la FEU de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología, calificó de “legítima” la convocatoria, y los estudiantes de la Facultad de Artes y Letras dijeron que se sumaban a la medida.
Según un universitario que pidió no ser identificado, “muy pocos estudiantes” habían asistido a clases en la Facultad de Artes y Letras.
De su lado, la dirección de la Universidad de La Habana cuestionó la paralización de actividades. “Nada ni nadie interrumpirá nuestros procesos docentes con convocatorias totalmente alejadas del espíritu que ha animado los intercambios con las organizaciones estudiantiles y juveniles”, advirtió en Facebook.
Almeida mostró su desacuerdo con el paro universitario, pero dijo que la FEU respeta esa “posición” y que “nunca habrá un enfrentamiento entre estudiantes”.
Brian Gámez, que cursa el primer año de Historia y Marxismo Leninismo, defendió la “protesta pacífica”, pero advierte contra las que puedan degenerar en un acto “vandálico”.
“Trabajo forzado” de médicos cubanos
Estados Unidos impuso restricciones de visas a funcionarios centroamericanos por la “explotación” de médicos cubanos mediante el “trabajo forzoso”, informó el secretario de Estado, Marco Rubio. El régimen cubano vende servicios a terceros países a través de las llamadas “misiones internacionalistas” que incluyen actividades médicas, las cuales según analistas representan la principal fuente de entrada de divisas para la isla.
EE.UU. tomó medidas “para imponer restricciones de visado a varios funcionarios de países centroamericanos y a sus familiares por su vinculación con el programa de trabajos forzados del régimen cubano”, afirmó Rubio el pasado martes en un comunicado sin especificar a qué países se refería.
“Los funcionarios son responsables de los programas de misiones médicas cubanas que incluyen elementos de trabajo forzado y explotación de trabajadores cubanos”, precisa.
El programa de exportación de mano de obra “enriquece al corrupto régimen cubano y priva a los cubanos ordinarios de la atención médica esencial”, añade.