Redacción El País
El gran duque Guillermo de Luxemburgo prestó juramento ayer viernes al frente de esta pequeña monarquía europea, justo después de la abdicación de su padre, Enrique.
“Juro respetar la Constitución y las leyes”, declaró desde la Cámara de Diputados de Luxemburgo, rodeado de parejas reales y dirigentes de las instituciones europeas.
Guillermo sucede a Enrique, quien, visiblemente emocionado, abdicó instantes antes a sus 70 años y después de un cuarto de siglo de reinado.
La nueva pareja gran ducal -Guillermo y su esposa Estefanía- saludó a la población en una plaza del barrio histórico de la capital de este Estado de poco más de 670.000 habitantes. Por la noche hubo una cena de gala, en la que participarán especialmente el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo alemán, Frank Walter Steinmeier.
Hasta el domingo están previstas festividades en todo el país para conmemorar el Trounwiessel (Cambio en el trono en luxemburgués).
Guillermo, de 43 años, será el séptimo soberano de la dinastía Nassau Weilbourg, que reina en Luxemburgo desde 1890 y comparte orígenes comunes con la monarquía neerlandesa.
Aunque representará a una nueva generación al frente del Estado, no debería alterar la práctica del poder en una democracia parlamentaria considerada estable, donde el monarca asume sobre todo funciones de representación además de promulgar las leyes.
Guillermo de Luxemburgo tiene raíces cubanas y españolas, por lo que habla un español fluido, además de inglés, alemán, francés y luxemburgués.
El nuevo jefe de Estado pertenece a la dinastía de los Nassau y los Borbón-Parma por parte de padre y tiene orígenes plebeyos por el lado de la madre, que nació en La Habana en el seno de una adinerada familia cubana que tuvo que exiliarse tras la Revolución de Fidel Castro. Así, la madre de Guillermo es cubana de nacimiento, suiza de adopción y luxemburguesa tras su matrimonio con el Gran Duque Enrique de Luxemburgo. AFP, EFE