Redacción El País
Sébastien Lecornu, nombrado ayer martes primer ministro francés, ha sido el titular de la cartera de Defensa durante más de tres años, marcados por la invasión rusa de Ucrania y está considerado un aliado leal y discreto del presidente Emmanuel Macron.
El político de 39 años ha sido uno de los pocos rostros de continuidad en el gobierno de Francia desde la elección de Macron en 2017, pese a los múltiples cambios provocados por la inestabilidad política actual.
En diciembre de 2024, fue candidato para primer ministro, pero entonces François Bayrou, un viejo aliado de Macron de 74 años, persuadió al presidente de que él era la mejor opción para el puesto. El Parlamento forzó la caída de Bayrou el lunes.
Oriundo de la región noroccidental de Normandía, Lecornu pensó durante un tiempo estudiar en la escuela militar de Saint Cyr, pero muy joven se lanzó en política, en las filas del tradicional partido de derecha de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy.
Tras unos inicios en los que batió récords de precocidad -asistente parlamentario con 19 años, consejero de un ministro en 2008 y presidente de un departamento en 2015-, su consagración vino cuando se unió a Macron en 2017.
En junio de 2017 aterrizó en el gobierno, con 31 años. Desde entonces, se ha mantenido en carteras como Transición Ecológica, Territorios, Ultramar y Defensa, bajo la dirección de hasta seis primeros ministros diferentes.
El también exalcalde de Vernon sumó puntos con Macron al organizar el Gran Debate, una gira de discusiones que el presidente realizó con políticos locales para desactivar las protestas de los “chalecos amarillos” (2018-2019).
Pese a su discreción en los medios de comunicación, Lecornu, aficionado a la Historia, se destacó con la guerra en Ucrania, ejecutando la política de “rearme” ordenada por el jefe de Estado.
Su experiencia sobre los “chalecos amarillos” podría serle útil, cuando Francia enfrenta una nueva serie de protestas y en plena preocupación en los mercados sobre el elevado nivel de deuda pública: alrededor del 114% del PIB. Además, goza de buena imagen en la Asamblea Nacional, donde logró un apoyo casi unánime a la Ley de Programación Militar 2024-2030, pese a la fragmentación política que vuelve casi imposible lograr mayorías estables.
Último cartucho
Pero ¿logrará convencer a las oposiciones de izquierdas y de ultraderecha para que no lo saquen? Cuando los contactos con la ultraderecha ha sido un tabú durante años, la prensa reveló que Lecornu cenó en varias ocasiones con su líder Marine Le Pen.
Ayer martes, Le Pen, líder de la Agrupación Nacional (RN), afirmó que Lecornu es el “último cartucho” del macronismo y vaticinó que las elecciones legislativas anticipadas son “inevitables”.
“El presidente dispara el último cartucho del macronismo, atrincherado en su pequeño círculo de leales”, arremetió Le Pen, en un mensaje en redes sociales en el que criticó la elección de Macron.
La líder ultraderechista mantuvo que unas elecciones legislativas anticipadas, que lleva pidiendo en los últimos días, son “inevitables” y aseguró que, tras esos comicios, “el primer ministro se llamará Jordan Bardella”, su delfín.
Lecornu asumirá su nuevas funciones hoy miércoles al mediodía. AFP, EFE