EFE, AFP
El presidente francés, Emmanuel Macron, criticó con dureza a la oposición por haber votado el miércoles la censura que hizo caer a su primer ministro Michel Barnier. Macrón acusó a la oposición de “crear el desorden”. En una intervención televisada al país, Macron explicó ayer jueves que anunciará un primer ministro “en los próximos días” y que le encargará formar un Gobierno que represente a todas las fuerzas políticas dispuestas a “participar en él” o que “al menos se comprometan” a no someterle a una moción de censura.
Es la misma táctica que planteó en septiembre pasado y que le llevó a nombrar a Barnier, procedente de la derecha, con el apoyo del centro macronista y los conservadores y bajo la tutela vigilante de la extrema derecha de Marine Le Pen, que al contrario que la izquierda radical se comprometió a no intentar voltearlo de entrada.
Pero en tres meses ese frágil equilibrio se rompió ante la primera prueba de fuego: la preparación de unos presupuestos austeros que permitan en 2025 reducir el disparado déficit francés (6,1% del PIB proyectado para este año).
“Ha sido sometido a una moción de censura porque la extrema derecha y la extrema izquierda se han unido en un frente antirrepublicano”, lamentó el presidente, sin dejar de cargar contra el resto de fuerzas de la izquierda que también sumaron sus diputados para hacer caer a Barnier.
Votaron “para deshacer, para crear el desorden”, dijo.
La moción ha dejado a Francia sin Gobierno y sin presupuestos “a pocos días de las fiestas de Navidad” y en medio de los preparativos para la reinauguración de la catedral Notre Dame mañana sábado tras cinco años de obras.
“No piensan en ustedes, sino en la elección presidencial” de 2027, aseguró Macron.
Pese al descontento social y a las peticiones opositoras de dimisión que se han redoblado en los últimos días, Macron aseguró que cumplirá “plenamente” su mandato como jefe del Estado “hasta el final”, en 2027. “El mandato que ustedes me confiaron democráticamente es un mandato de 5 años y lo ejerceré cabalmente hasta el final”, subrayó.
Además matizó que la actual crisis fuese consecuencia de su propia decisión de disolver la Asamblea Nacional en junio pasado para convocar elecciones anticipadas.
Macron argumentó que él consideró “necesario” convocar aquellas elecciones y recordó que por mandato constitucional no puede haber otras hasta que se cumpla un año.
Eso hace necesario que los partidos políticos se entiendan en una Asamblea Nacional más fragmentada que nunca, con tres bloques aparentemente irreconciliables (izquierda, centro y derecha y extrema derecha) y sin mayorías absolutas claras.
Francia y Europa “necesitan un Gobierno”, insistió, y por ello “desde hoy debe comenzar una nueva época” en la que “todos tenemos que trabajar por Francia”, para lo que “harán falta nuevos compromisos”, resaltó.
Se busca primer ministro
El discurso de Macron sorprendió poco a la oposición, que inmediatamente criticó la postura presidencial de no asumir responsabilidades y apuntar contra el resto.
“Un recordatorio al presidente Macron, que se supone garante de la Constitución: la moción de censura no es antirrepublicana, está prevista en la Constitución de nuestra V República”, lanzó Marine Le Pen a través de la red social X.
El líder del partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, afirmó poco después del discurso televisado que Macron “es la causa del problema” y que “partirá por la fuerza de los hechos”.
Para la izquierda, el discurso del presidente dejó claro que, como ya hizo en septiembre, no se plantea designar a un nombre propuesto por la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP, que reúne a los socialistas, los insumisos, los ecologistas y los comunistas), a pesar de haber sido la fuerza que quedó en cabeza en número de diputados en las legislativas de julio.
“Siento que tenemos ante nosotros a un presidente de la República que es jefe de todo pero no es responsable de nada”, manifestó Lucie Castets, que fue la candidata propuesta por el NFP para el cargo de primer ministro.
Por el momento, los nombres que más han sonado para el puesto de primer ministro van del centro a la derecha.
Es el caso del macronista Sébastien Lecornu, ministro de Defensa desde 2017, del centrista François Bayrou, o el ministro de Interior, Bruno Retailleau, perteneciente a la derecha tradicional y no tan lejano en muchas posturas a la extrema derecha.
La búsqueda del nuevo primer ministro continuará hoy en el Elíseo, donde Macron recibirá a los líderes de los grupos parlamentarios del centro, del socialismo y de los conservadores.
De momento no hay indicios de cuánto tardará Macron en designar al sucesor de Barnier o cuál será su orientación política.
Tanto la izquierda, como el centro o la derecha parecen lejos de entenderse sobre un nuevo gobierno de coalición.
Para los centristas y la derecha, trabajar con los socialistas y ecologistas implica que estos últimos se distancien de LFI, con la cual forman el Nuevo Frente Popular (NFP), primera fuerza en la Asamblea.
LFI advirtió que su formación censuraría cualquier primer ministro que no saliese de la alianza de izquierda.
Pero la izquierda radical reclama sobre todo la dimisión del jefe del Estado y unas elecciones “presidenciales anticipadas”.
Socialistas y ecologistas, por su parte, se dicen dispuestos a hacer compromisos con el bloque central, que se comprometería a cambio a no censurar un gobierno de izquierda.
La extrema derecha, que tiene un rol de árbitro y precipitó la censura de Barnier, asegura que dejará “trabajar” al futuro jefe del gobierno para “reconstruir un presupuesto aceptable para todos”.
La agencia de calificación financiera Moody’s advirtió que la caída de Barnier “profundiza el estancamiento político” y “reduce la posibilidad de consolidar las finanzas públicas”.
Ayer los mercados estaban en calma, con la Bolsa de París en ligero ascenso.
Marine Le Pen - Líder de la extrema derecha
Alertó que si Macron nombra un primer ministro de izquierda “aumentarán los llamamientos” a su dimisión. “No creo que ni siquiera se le ocurra (nombrar un primer ministro de izquierda), porque no va a querer una segunda moción de censura de un segundo Gobierno. Y además, los llamamientos que se escuchan en favor de su dimisión (de Macron) van a empezar a subir”, advirtió Le Pen.
Oliver Faure - Primer secretario socialista
“Quiero que el jefe del Estado convoque al conjunto de los jefes de los partidos y presidentes de los grupos (parlamentarios) que participaron en el frente republicano (...) para discutir las condiciones para avanzar”, dijo Faure. Por su parte, el jefe del grupo socialista en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, señaló que “hace falta un primer ministro salido de la izquierda que esté abierto a compromisos”.
Jean-Luc Mélenchon - Líder de la izquierda radical
La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon quiere que el presidente dimita. Afirmó poco después del discurso televisado que Macron “es la causa del problema” y que “partirá por la fuerza de los hechos”. El partido La Francia Insumisa sigue reclamando el puesto de primer ministro, al considerar que fue el ganador de las pasadas elecciones legislativas.
La renuncia de Michel Barnier
El primer ministro francés, Michel Barnier, presentó ayer su dimisión al presidente Emmanuel Macron, que le pidió que siga ocupándose de los asuntos corrientes hasta el nombramiento de un sustituto. La dimisión de Barnier fue consecuencia de la derrota el miércoles de su Gobierno en una moción de censura presentada por el bloque de partidos de izquierda y que fue apoyada por la extrema derecha de Marine Le Pen. “Michel Barnier garantiza, con los miembros de su Gobierno, el tratamiento de los asuntos corrientes hasta la designación de un nuevo Gobierno”, indicó el Elíseo en un comunicado. El ahora primer ministro en funciones mantuvo un encuentro de una hora con el presidente francés en el que le presentó su dimisión.