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Las tensiones entre China y Estados Unidos en Asia y el Pacífico generan temor en la región

La rápida militarización de la región provoca temores de enfrentamientos.

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China y Estados Unidos realizan maniobras militares en el Pacífico.

Paloma Almoguera / EFE
La rápida militarización de Asia-Pacífico suscita el temor en laregión de que un error de cálculo o un accidente deriven en un conflicto, en medio de la falta de comunicación de alto nivel en Defensa entre China y Estados Unidos.

Aunque la reciente visita a Pekín del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha servido como punto de partida para destensar los lazos diplomáticos entre las superpotencias, en su punto más bajo en décadas, las relaciones militares continúan estancadas.

El propio Blinken admitió en Pekín que China no acepta desbloquear los canales de comunicación entre sus Ejércitos, con el trasfondo de las sanciones estadounidenses de 2018 sobre el ministro de Defensa chino, Li Shangfu, por la compra de armamento a la empresa estatal rusa Rosoboronexport.

“Es un aspecto crítico. Existen algunas vías de contención desde hace años, pero la renuencia de China a participar en conversaciones más cercanas preocupa”, dice a EFE Sam Roggeveen, director del Programa Internacional de Seguridad del Instituto Lowy.

Una falta de diálogo que inquieta más ante la militarización del Indopacífico, escenario de avances en armamento nuclear, pactos de seguridad, maniobras multilaterales y travesías en zonas de riesgo, con el telón de fondo de puntos calientes como Taiwán, el mar de China Meridional y Corea del Norte.

La militarización regional ha ido de la mano del auge de China: el gasto en defensa en Asia creció un 52,7% entre 2010 y 2020, en contraste con la subida del 14,4% en Europa y la caída del 10,6% en Norteamérica en ese periodo, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

La misma organización señaló la pasada semana que el arsenal nuclear de China aumentó un 17% en 2022, hasta 410 cabezas nucleares, si bien permanece muy por detrás de las dos grandes potencias nucleares, Rusia y EE.UU. (4.489 y 3.708, respectivamente).

China lleva años aumentando en general su presupuesto militar, pero no es el único en la región: India anunció en febrero una subida interanual del 13% en gasto militar para 2023-2024, y Filipinas lo ha aumentado un 15% para el mismo periodo.

Japón emprendió a finales de 2022 su mayor giro en materia de Defensa desde la II Guerra Mundial, que incluye un incremento del gasto del 50% durante el próximo lustro, con el objetivo principal de contener a China.

El poderío de China radica sobre todo en su Armada, la más grande del mundo, mientras la tendencia reciente de militarizar sus guardacostas ha causado incidentes: en febrero Filipinas acusó a una patrulla costera china de escalar sus métodos atacando con un láser cegador “militar” uno de sus barcos en el mar de China Meridional.

China, por su parte, denuncia que EE.UU. construye una suerte de OTAN regional en lo que considera su zona de dominio natural, mientras Washington fortalece las relaciones con nuevos y viejos socios en el Indopacífico.

EE.UU. ha impulsado acuerdos bilaterales, como la ampliación este año del número de bases filipinas a las que tiene acceso y un pacto de seguridad con Papúa Nueva Guinea, y también multilaterales, entre ellos el AUKUS (con Reino Unido y Australia) y el resurgimiento del Quad (con Australia, India y Japón). En paralelo, se celebran ejercicios de mayor alcance en la región; EE.UU y Filipinas sacaron adelante en abril sus mayores maniobras militares, y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) realizará sus primeros ejercicios navales conjuntos en septiembre.

La militarización del Indopacífico y las tensiones entre China y EE.UU. generan alarma en la zona. Una encuesta reciente de Eurasia indica que más del 90% de los entrevistados en Corea del Sur, Filipinas y Singapur están “preocupados” por una confrontación entre las dos superpotencias.

Ha habido amagos de accidente: a comienzos de junio, mientras los jefes de Defensa de EE.UU. y China evitaban reunirse en un foro de seguridad en Singapur, un buque de guerra chino interceptaba el paso a un destructor estadounidense en el estrecho de Taiwán.

Taiwán, la isla autogobernada que China no descarta invadir y que Washington en principio defendería, sigue siendo el mayor foco de tensión, al que se suman el mar de China Meridional, que Pekín reclama casi en su totalidad, y la amenaza nuclear de Corea del Norte, que acabó 2022 con una cifra récord de test armamentísticos.

“La clave para evitar una crisis está en la transparencia y en la elaboración de estrategias efectivas de comunicación a todos los niveles”, dice a EFE Ja-Ian, experto de Política Exterior de la Universidad Nacional de Singapur.

Por su parte, Rosoboronexport considera que es poco probable que los Ejércitos de China y EE.UU. mejoren sustancialmente la comunicación.

“China cree que los canales existentes están diseñados para proteger el estatus quo regional y el liderazgo de EE.UU.”, dice.

“Desde el final de la guerra fría, EE.UU. ha mantenido esencialmente el mismo nivel de tropas (en Asia-Pacífico). A largo plazo, habrá que ver si está preparado realmente para retar militarmente a China”, añade.

Taiwán: aviones chinos en la “línea media”

El ministerio de Defensa taiwanés denunció ayer sábado que ocho aviones militares chinos cruzaron la “línea media” del estrecho de Taiwán, que separa la isla del continente, y se acercaron a sus aguas.

Taiwán vive bajo la amenaza constante de una invasión de China, que considera a la isla como una provincia que todavía no logró reunificar con el resto de su territorio desde el final de la guerra civil china en 1949.

El ministerio de Defensa de Taiwán afirmó ayer que 19 aviones, incluyendo cazas J-10 y J-16, fueron detectados alrededor de su territorio. Ocho cruzaron la “línea media del estrecho de Taiwán”, una frontera invisible que separa la isla del continente, aproximándose hasta 44 km de las costas taiwanesas, indicó en un comunicado.

“Además, cinco buques de la marina china realizaron una patrulla de combate conjunta”, continuó, afirmando vigilar de cerca la situación y haber desplegado sus aviones y buques de patrulla en respuesta a este incidente.

En respuesta a las maniobras del gigante asiático, Taipéi desplegó aviones, barcos y activó sus sistemas de misiles terrestres, un procedimiento habitual en estas situaciones.

Las relaciones entre Pekín y Taipei se deterioraron en los últimos años y China multiplica las incursiones aéreas en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.

Los cruces de la línea media son generalmente menos frecuentes que las incursiones en la ADIZ (área definida unilateralmente por los países y en la que piden que las aeronaves extranjeras se identifiquen por razones de seguridad).

A principios de junio, más de 30 aviones de guerra chinos habían penetrado en la ADIZ de Taiwán en solo seis horas.

La isla autogobernada de es uno de los principales motivos de fricción entre China y EE.UU., ya que el país norteamericano es el principal proveedor de armas de Taiwán y lo defendería en caso de conflicto.

Régimen norcoreano molesto con Blinken

Corea del Norte criticó ayer sábado la reciente visita del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, a China y advirtió sobre una respuesta “contundente” a cualquier acción militar de Washington. Kwon Jong-gun, director general del Departamento de Asuntos Estadounidenses de la cancillería norcoreana, lanzó esta advertencia ante los esfuerzos de EE.UU. por reforzar su compromiso de “disuasión ampliada” con Corea del Sur.

“Advertimos seriamente que la escala y el alcance de nuestras medidas se extenderá de forma más contundente y ofensiva en caso de que se detecte una escalada de la acción militar y la provocación de EE.UU. en la península coreana y en la región”, dijo Kwon en un texto publicado por la agencia norcorena, KCNA.

Kwon arremetió también contra Blinken y su reciente visita a Pekín y la petición de que ésta ejerza presión sobre Corea del Norte para que establezca diálogo con Corea del Sur. Durante el viaje que Blinken realizó el domingo 18 y lunes 19 a Pekín, el primero a China de un secretario de Estado de EE.UU. en cinco años, Washington y Pekín acordaron encauzar sus relaciones.

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