El pasado 9 de abril, cerca de las ocho de la tarde, cuatro miembros de una banda de narcotraficantes dispararon al menos 25 veces contra la casa de la madre del líder de una banda rival. Algunas de las balas impactaron las ventanas de la vivienda de al lado, en la que se encontraban menores de edad. El ataque, que no dejó heridos, ocurrió en la población Los Jazmines, en la ciudad de Valdivia, a unos 850 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Cuando agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) llegaron al lugar, los atacantes huyeron. Uno de ellos, de 15 años, lanzó una pistola a un patio cuando echó a correr. Al día siguiente, un vecino llamó a la policía para informar que había encontrado dicha arma en su terreno. Era una pistola marca Pietro Beretta, calibre 380, con empuñadura marrón que tenía escrito un nombre: Augusto Pinochet U.

Con el número de serie del arma, la Dirección General de Movilización Nacional confirmó que la pistola estaba inscrita a nombre de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, el dictador chileno fallecido en 2006. El sistema también arrojó que tenía un encargo vigente de extravío.

¿Cómo llegó esa pistola a manos de un adolescente vinculado a una banda criminal en el sur del país? La familia Pinochet le perdió el rastro al arma una década atrás. En abril de 2014, Marco Antonio Pinochet Hiriart, hijo del dictador, denunció que se había extraviado la pistola. También otras 17 armas, entre las que figuraba un fusil y varias pistolas y revólveres. En Chile hay unas 770.000 armas inscritas. De las oficializadas en los últimos tres años, al menos un 60% se ha dado por extraviada, hurtada o robada, informó en pasado noviembre la fiscal jefe de la Región Metropolitana Centro Norte, Tania Sironvalle.

Marco Antonio Pinochet cayó en la cuenta de las ausencias cuando decidió hacer un inventario de los objetos de su padre en la que había sido su residencia los úl- timos días, en Los Flamen- cos 3796, en el municipio de Lo Barnechea, una de las zonas más acomodadas de la capital chilena.

A finales de 2014, Lucía Hiriart, la viuda de Pinochet, vendió la casona por 1,6 millones de dólares. Al año siguiente, los nuevos dueños demolieron la propiedad de 1.500 metros cuadrados para construir un condominio.

Casi tres meses después de la denuncia realizada por Marco Antonio Pinochet, la Fiscalía Metropolitana Oriente descartó investigar el caso por falta de evidencias. Hoy la ruta de la pistola de Pinochet y las otras 17 armas extraviadas del dictador vuelven a ser material de investigación. Con la certeza de que la pistola se ha utilizado para cometer delitos, la Fiscalía Regional de Los Ríos ha decidido separar en dos la investigación del ataque a la casa de Los Jazmines: un caso abordará las dos bandas rivales de narcotraficantes, por el cual ya se ha detenido a 10 personas, y el otro trabajará en esclarecer el robo a las 17 armas de Pinochet en 2014.

Entre los cargos que enfrenta el adolescente de 15 años que tenía la pistola de Pinochet figura el de porte ilegal de armas. La Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado de la PDI lo detuvo casi un mes después del ataque, al igual que a otros nueve miembros de su banda y del grupo criminal llamado Población Libertad. A esta pertenecía el hijo de la dueña de la casa que recibió los disparos. Él se encuentra en prisión en una cárcel de Valdivia por delitos vinculados a la comercialización ilegal de drogas.

Con infomración de El País de Madrid