El Tribunal Supremo de Israel dictaminó ayer domingo, por unanimidad, que el Gobierno de Benjamín Netanyahu no tiene derecho a alterar el mecanismo existente a fin de destituir a la fiscal general, Gali Baharav-Miara, y determinó que puede seguir desempeñando su cargo legalmente.
“El Tribunal Supremo, por unanimidad y en un panel ampliado de siete jueces, ordenó hoy la anulación de dos resoluciones gubernamentales que decidían modificar el mecanismo de terminación del mandato de la fiscal general y, posteriormente, destituir a la asesora jurídica del Gobierno, la abogada Gali Baharav-Miara”, determina la sentencia.
El pasado 4 de agosto, el gabinete israelí votó por unanimidad la destitución de Baharav-Miara, intensificando un enfrentamiento prolongado entre el poder judicial y Netanyahu, quien la acusa de exceder sus poderes y bloquear algunas de sus políticas (entre ellas la destitución a dedo del jefe de la agencia de inteligencia doméstica, el Shin Bet).
El Tribunal Supremo congeló esta medida mientras considera su legalidad; sobre la que finalmente se ha pronunciado considerándola ilegítima. El Movimiento por la Calidad del Gobierno en Israel, un destacado grupo prodemocracia detrás de la apelación de emergencia ante el Supremo -firmada por más de 30.000 ciudadanos-, calificó el dictamen judicial de histórico. “Celebramos el histórico fallo del Tribunal Supremo que revoca la destitución de la fiscal general, determina que esta fue una decisión plagada de defectos fundamentales y preserva la democracia israelí”, dijo en un comunicado.
En Israel, donde no existe una Constitución escrita y el Parlamento es unicameral, la figura del fiscal general actúa como principal contrapeso al Ejecutivo. La imputación de Benjamín Netanyahu en 2019 por tres casos de corrupción -cuando aún era considerado en su partido como un defensor de la independencia judicial- generó una profunda tensión entre su oficina y la del fiscal general.
EFE