EFE, AFP
Lejos de una desescalada, la situación en la frontera del Líbano e Israel es cada vez más tensa y el fuego cruzado aumenta. Israel bombardeó ayer viernes un edificio en los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión el grupo chií libanés. A su vez, el ejército israelí indicó que unos sesenta cohetes fueron lanzados ayer hacia Israel desde Líbano.
En uno de los bombardeos al Líbano, Israel “eliminó” a un jefe militar de Hezbolá, anunció ayer el ejército. Según el Ministerio libanés de Salud, ese ataque en los suburbios de la capital dejó 14 muertos y decenas de heridos.
“Los aviones de combate de la Fuerza Aérea de Israel llevaron a cabo un ataque selectivo en la zona de Beirut, eliminando a Ibrahim Aqil, comandante de la unidad Radwan”, y a otras “figuras de primer plano de la red de operaciones y la cadena de mando” de ese cuerpo de élite de Hezbolá, indicó un portavoz del ejército en un comunicado.
Los mandos eliminados se hallaban reunidos “bajo tierra en el corazón de un barrio residencial”, precisó posteriormente el portavoz del ejército, Daniel Hagari, añadiendo que “unos 10 comandantes murieron allí”.
Estados Unidos ofrecía una recompensa de 7 millones de dólares por información sobre Aqil, considerado como un “miembro principal” de la organización que reivindicó el atentado contra la embajada estadounidense en Beirut en 1983, que dejó 63 muertos.
Hezbolá indicó por su lado que había bombardeado con cohetes Katiusha “el principal cuartel de inteligencia de la región norte (de Israel), responsable de asesinatos”, “en respuesta a los ataques del enemigo israelí” en el sur de Líbano.
Retorno de evacuados
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo ayer que los objetivos militares de Israel “son claros”, tras el ataque de ayer en Beirut.
“Nuestros objetivos son claros y nuestras acciones hablan por sí solas”, dijo Netanyahu, en una declaración poco después de que el Ejército israelí confirmase la muerte de Ibrahim Aqil.
Entre los objetivos de la guerra en Gaza, Israel incluye también el retorno de los alrededor de 60.000 evacuados del norte del país, que dejaron sus casas en octubre debido al fuego cruzado diario que Hezbolá e Israel mantienen cerca de la divisoria, y que Hezbolá ha reiterado no detener hasta que no se ponga fin a la guerra en Gaza.
En un tono similar, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, advirtió ayer que Israel seguirá atacando a Hezbolá hasta que ese objetivo sea una realidad.
“La serie de operaciones en la nueva fase de la guerra continuará hasta que logremos nuestro objetivo: garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares”, dijo Gallant en un comunicado.
“Seguiremos persiguiendo a nuestros enemigos para defender a nuestros ciudadanos, incluso en (los suburbios de) Dahyeh, en Beirut”, advirtió Gallant, sobre un ataque que calificó de “preciso”.
Preocupación
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rompió ayer su silencio sobre la situación en Líbano y aseguró estar “trabajando” para el retorno de las poblaciones desplazadas a ambos lados de la frontera.
El mandatario demócrata dijo que pretende “garantizar que las poblaciones del norte de Israel y del sur del Líbano puedan regresar a sus hogares”.
“El secretario de Estado, el secretario de Defensa, todos nuestros equipos están trabajando, con la comunidad de inteligencia, para hacer que esto suceda”, añadió.
Este es el tercer bombardeo del suburbio sur de Beirut desde el inicio de la guerra entre Israel y el movimiento terrorista Hamás en Gaza, hace casi un año, pero los duelos de artillería entre los dos países son casi diarios desde entonces y provocaron evacuaciones de miles de habitantes a ambos lados de la frontera. En las operaciones anteriores en la zona de Beirut, atribuidas a Israel, murieron un mando militar de Hezbolá, Fuad Shukr, y un líder de Hamás, Saleh al Aruri.
La operación de ayer se produce tras dos oleadas de explosiones de bípers y walkie-talkies, que entre el martes y el miércoles dejaron 37 muertos y unos 3.000 heridos en bastiones de Hezbolá en Líbano. El jefe del grupo terrorista, Hasan Nasralá, acusó el jueves a Israel de esas explosiones y prometió un “justo castigo”.
Mientras tanto, la ONU, Estados Unidos y varias potencias hicieron un llamado a la moderación ante el temor de una escalada en Medio Oriente. El ejército israelí aseguró ayer que no tenía como objetivo aumentar las tensiones regionales.
Netanyahu aplazó un día su partida a Estados Unidos, inicialmente prevista el 24 de septiembre, debido a la situación de seguridad en la frontera norte de su país.
EE.UU. dice que la guerra es “evitable”
La Casa Blanca aseguró ayer que la guerra es evitable entre Israel y Hezbolá, pese al aumento de la tensión y los ataques en las últimas horas. En una llamada con la prensa, el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró: “Todavía creemos que hay tiempo y espacio para una solución diplomática y estamos confiados de que es la mejor manera de avanzar. La guerra no es inevitable en la Línea Azul (que demarca la división entre Líbano e Israel)”. El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró en una reunión de su gabinete que todo su equipo sigue trabajando para conseguir un alto el fuego en Gaza y para que los residentes del norte de Israel y el sur del Líbano vuelvan a sus casas. “Muchas cosas no parecen realistas hasta que las conseguimos”, indicó Biden en relación a los frustrados intentos por mediar para que Israel y Hamás alcance un acuerdo de cese de hostilidades en Gaza y la milicia palestina libere a los rehenes. Kirby se refirió a una información publicada el jueves por The Wall Street Journal que asegura que después del reciente aumento de la tensión con Hezbolá, la Casa Blanca da por muerta la posibilidad de un alto el fuego en Gaza, el principal frente en el conflicto entre Israel y diversas milicias vinculadas a Irán en la región, antes de las elecciones presidenciales de noviembre. “No vamos a perder la esperanza y no vamos a dejar de trabajar por ello (un alto el fuego que incluya la liberación de rehenes en manos de Hamás en Gaza), indicó Kirby.
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