Hay fecha para el inicio del cónclave: cuándo comenzará la reunión para elegir al sucesor del papa Francisco

El miércoles de la próxima semana los cardenales participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro del Vaticano y luego se reunirán en la Capilla Sixtina para una votación secreta.

Cardenales entrando en la Capilla Sixtina antes del inicio de un cónclave en el Vaticano.
Cardenales entrando en la Capilla Sixtina antes del inicio de un cónclave en el Vaticano.
Foto: archivo AFP

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Se definió la fecha del inicio del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco. Comenzará el 7 de mayo, según decidieron los cardenales de la Iglesia católica reunidos este lunes.

El portavoz del Vaticano informó la fecha, al tiempo que el Museo Vaticano anunció el cierre de la Capilla Sixtina, la majestuosa estancia adornada con los célebres frescos de Miguel Ángel, situada en el Palacio Apostólico.

El miércoles de la próxima semana, los cardenales participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro del Vaticano, tras la cual los que tengan derecho a voto —los menores de 80 años— se reunirán en la Capilla Sixtina para una votación secreta que puede durar varios días.

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Los 135 cardenales electores, que son quienes tienen menos de 80 años y entre ellos está el uruguayo Daniel Sturla, se trasladan a la residencia de Santa Marta en el Vaticano, donde se alojan durante todo el cónclave.

En la mañana del primer día, los purpurados participan en una misa solemne en la basílica de San Pedro.

Por la tarde, ataviados con el hábito coral, se reúnen en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y en procesión hacia la Capilla Sixtina invocan la asistencia del Espíritu Santo.

Bajo la bóveda pintada por Miguel Ángel, los cardenales prestan juramento con la mano sobre el Evangelio.

Cardenales asisten al funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro del Vaticano
Cardenales asisten al funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro del Vaticano
Foto: AFP

Según un ritual heredado de la Edad Media, el maestro de ceremonia pronuncia la frase "extra omnes" (todos fuera). Las personas que no participan en la elección abandonan la sala y, a continuación, se cierran las puertas. El objetivo es que los cardenales eviten las influencias exteriores.

Por sorteo, tres cardenales son designados "escrutadores", otros tres "infirmarii" como encargados de recoger el voto de los purpurados enfermos y tres más como revisores para comprobar el recuento.

Sentados juntos, los cardenales reciben papeletas rectangulares con la inscripción "Eligo in Summum Pontificem" ("Elijo como Sumo Pontífice") en la parte superior, con un espacio en blanco debajo.

Los votantes escriben el nombre de su candidato a mano, "con caligrafía lo más irreconocible posible", y doblan la papeleta. En teoría, está prohibido votarse a uno mismo.

Cada cardenal se dirige por turnos al altar, sosteniendo su papeleta en el aire para que sea bien visible y pronuncia en voz alta el siguiente juramento en latín: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido".

Deposita su papeleta en un plato y la desliza en la urna frente a los escrutadores, se inclina ante el altar y vuelve a su sitio.

Los cardenales cuyo estado de salud o edad avanzada les impide acercarse al altar entregan su voto a un escrutador, que lo deposita en la urna en su lugar.

Una vez recogidas todas las papeletas, un escrutador agita la urna para mezclarlas, las transfiere a un segundo recipiente y luego otro los cuenta.

Dos escrutadores anotan los nombres, mientras que un tercero los lee en voz alta y perfora las papeletas con una aguja en el punto en el que se encuentra la palabra "Eligo". Los revisores verifican a continuación que no se cometieron errores.

Si ningún cardenal obtuvo dos tercios de votos, los electores proceden a una nueva votación. Salvo el primer día, se prevén dos por la mañana y dos por la tarde hasta la proclamación de un papa.

Las papeletas y las notas tomadas por los cardenales se queman en una estufa cada dos rondas de votación. La chimenea, visible por los fieles desde la plaza de San Pedro, expulsa humo negro si no se logró escoger a ningún papa y humo blanco en caso de una elección.

Tras tres días sin lograrse el nombramiento de un pontífice, la votación se suspende para un día de oración.

"Habemus Papam"

El cardenal elegido deberá responder a dos preguntas del decano: "¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?" y "¿Cómo quieres ser llamado?". Si responde sí a la primera, se convierte en papa y obispo de Roma.

Uno por uno, los cardinales expresan un gesto de respeto y obediencia al nuevo papa, antes del anuncio a los fieles.

Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia "Habemus papam". A continuación, aparece el nuevo pontífice e imparte su bendición "urbi et orbi" (A la ciudad y al mundo).

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