Trump afirma que seguir el “debido proceso” legal retrasaría las deportaciones de inmigrantes

Ante una pregunta sobre si, como presidente, debía respetar la Constitución, el mandatario respondió “no lo sé”. En otro orden, dijo que, llegado el momento, no buscará su reelección.

presidente. Donald Trump arremete contra la legalidad de las políticas de migración buscando cumplir sus promesas de campaña.
Presidente. Donald Trump arremete contra la legalidad de las políticas de migración buscando cumplir sus promesas de campaña.
Foto: AFP.

El presidente Donald Trump hizo ayer domingo una férrea defensa de las criticadas políticas que ha puesto en marcha en su segundo mandato en la Casa Blanca, entre ellas la de deportaciones masivas de inmigrantes sin estatus legal, sin que se cumpla con el debido proceso de la ley como establece la Constitución del país de Estados Unidos.

En una entrevista con ‘Meet the Press’ de la cadena NBC, realizada en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, Trump se distanció de las críticas de violación a los derechos de los detenidos al señalar que no está involucrado “en la legalidad ni en la ilegalidad” porque el asunto está en manos del Departamento de Justicia.

“Tengo abogados que se encargan de eso y por eso tengo un excelente Departamento de Justicia”, afirmó, y recordó que él no es abogado al ser cuestionado con la afirmación de su secretario de Estado, Marco Rubio, quien recientemente indicó en ese mismo programa que toda persona en este país tiene derecho al debido proceso. El mandatario contestó que de adherirse a ello implicaría que tendrían que realizar una gran cantidad de juicios que retrasarían las deportaciones, que fue una de sus principales promesas de campaña.

“Tendríamos que tener un millón, dos millones o tres millones de juicios. Tenemos miles de personas, algunos asesinos, otros traficantes de drogas y algunas de las peores personas del mundo y más peligrosas de la Tierra, y fui elegido para sacarlos de aquí, y los tribunales me impiden hacerlo”, reiteró Trump, que ha justificado esas deportaciones alegando que estos inmigrantes tienen récord criminal, pero muchos lo han rechazado.

Las deportaciones rápidas han llevado a muchos inmigrantes a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, incluso al ciudadano Kilmar Ábrego García, a quien un tribunal ordenó que fuera regresado a EE.UU., lo que aún no ha ocurrido.

A Trump se le preguntó si como presidente debía respetar la Constitución de EE.UU, a lo que el mandatario contestó con un “no lo sé” y nuevamente refirió el tema a su Departamento de Justicia, al frente del cual nombró a Pam Bondi.

“No lo sé, debo responder diciendo, repito, que tengo abogados brillantes que trabajan para mí y que obviamente van a seguir lo que dictamine la Corte Suprema”, insistió el líder republicano, que ha basado sus deportaciones rápidas al invocar la antigua Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar del país a presuntos pandilleros venezolanos de la banda criminal Tren de Aragua y a otros inmigrantes alegando que han cometido delitos.

Sector automotor

En otro orden de temas vinculados a Trump, el mandatario observó que en las carreteras de Japón es muy raro ver vehículos nuevos de fabricación en EE.UU..

El líder de la industria estadounidense, General Motors, apenas vendió 587 Chevrolets y 449 Cadillacs en Japón. Ford, otro gigante norteamericano, decidió hace casi una década retirarse del complicado mercado nipón. “Ellos no compran nuestros coches, pero nosotros tenemos MILLONES de los suyos”, protestó Trump, quien acusó a Japón de tratarlos “muy mal en el comercio”.

Para intentar revitalizar la industria automotora del país, Trump impuso un arancel del 25% a los vehículos importados, en un duro revés para las empresas japonesas. Ahora Japón podría ofrecer ampliar el acceso a un proceso de control simplificado que se aplica a 5.000 vehículos por modelo al año, según medios.

Los aranceles de Trump a la industria automovilística ya han provocado cambios. Nissan, por ejemplo, revisó el mes pasado sus planes de reducir la producción en EE.UU.. Honda está trasladando la producción de su modelo híbrido Civic de Japón a EE.UU.. Pero los fabricantes estadounidenses siguen enfrentándose al problema de la escasa demanda entre los consumidores japoneses.

Afirmó que no buscará una reelección

El presidente Trump, que ha tenido su mirada puesta en un tercer mandato, en 2028, aunque la Constitución lo prohíbe, descartó ayer domingo esa idea y respaldó a su vicepresidente, JD Vance, y al secretario de Estado, Marco Rubio, como posibles candidatos a sustituirlo.

Aunque dijo que no quería entrar ahora en ese debate, considera que Vance es “un tipo fantástico y brillante”, y Rubio “genial” para estar al frente del movimiento “Make America Great Again” (Hagamos EE.UU. grande otra vez), que le llevó dos veces a la Casa Blanca. No obstante, considera que JD Vance podría tener ventaja por la posición que ahora ocupa: “Ciertamente, dirías que alguien es el vicepresidente, si esa persona es sobresaliente, supongo que tendrá una ventaja”.

Recordó, en la entrevista trasmitida ayer en ‘Meet the Press’, de la cadena NBC, que mucha gente le ha pedido que busque un nuevo término. “Mucha gente quiere que lo haga. Es algo que, hasta donde sé, no está permitido. No sé si es constitucional. Pero no es algo que pretendo hacer”, afirmó. Trump ha dicho en el pasado que, aunque la Constitución de EE.UU. no permite sumar más de dos cuatrienios, “hay métodos” para conseguirlo y evadir así la Enmienda 22, que señala que “nadie podrá ser elegido presidente más de dos veces,“ ni tampoco “nadie que haya ocupado el cargo o lo haya ejercido durante más de dos años de un mandato para el cual otra persona haya sido elegida”. EFE

EFE, AFP/ Nueva York, Fukaya

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