Cuando Peter Lamelas, el embajador para la Argentina designado por Donald Trump, se presentó el mes pasado ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, este médico y millonario donante del Partido Republicano en Florida volvió a presentarse con su habitual latiguillo, que hace referencia a sus orígenes: “Cubano de nacimiento, estadounidense por la gracia de Dios, he tenido la suerte de vivir el sueño americano”.
Empresario y con una vida acomodada en West Palm Beach, muy cerca del resort del presidente convertido en un cuartel político, Mar-a-Lago, Lamelas dejará -en caso de ser confirmado- el “estado del sol” para instalarse en Buenos Aires y, desde allí, ser un nexo clave que fortalezca aún más la relación entre los gobiernos de Trump y de Javier Milei.
Catapultado desde Florida al mundo diplomático, la nominación de Lamelas no es un caso aislado. En esta segunda gestión del líder republicano, un tercio de los designados para embajadores son originarios, residen o tienen fuertes lazos empresariales y políticos con el lugar que Trump ha abrazado como su estado adoptivo. En total, son 18 de las 52 nominaciones (34%) que están en distintas etapas del proceso de confirmación, un porcentaje más alto que el de cualquier otro estado en las últimas dos décadas, según un relevamiento del Miami Herald.
Las designaciones consolidan a Florida, un bastión conservador, como un nuevo centro de poder en Estados Unidos, con varios funcionarios en puestos claves del gobierno, como el secretario de Estado, Marco Rubio, de ascendencia cubana. De esa lista, el politólogo Daniel Pedreira, de la Universidad Internacional de Florida (FIU), destaca los casos de tres cubano-norteamericanos. “Kevin Marino Cabrera, nombrado embajador de Estados Unidos en Panamá, fue consultor y operador político de la campaña de Trump antes de ser elegido comisionado del condado de Miami-Dade. Benjamin Leon Jr., designado para dirigir la embajada en España, es presidente y director ejecutivo de Leon Medical Centers, donante republicano desde hace mucho tiempo y pilar de la comunidad del sur de Florida. Y Lamelas es fundador y exdirector ejecutivo de MD Now Urgent Care, una de las redes de atención médica urgente más grandes de Florida”, señala.
“Las declaraciones del presidente sobre la devolución del Canal de Panamá a manos estadounidenses centrarán especialmente la atención en el nuevo embajador [que ya entregó sus cartas credenciales]. Del mismo modo, Lamelas desempeñará un papel importante en el fortalecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y la Argentina, dada la estrecha relación ideológica y personal de Trump con Milei”, explica Pedreira.
Cabrera fue quien impulsó con éxito la imposición del nombre de una importante arteria vial en Hialeah, localidad en el condado de Miami-Dade, como “Avenida presidente Donald J. Trump”. Y Leon Jr., empresario del sector sanitario del sur de Florida, aportó el año pasado 3 millones de dólares a comités políticos que apoyaban al entonces candidato republicano.
La exposición de Lamelas en una comisión del Senado, el 23 de julio, desató un fuerte revuelo en la Argentina, donde la oposición a Milei lo acusó de intromisión en la política doméstica por sus polémicos dichos sobre la situación judicial de Cristina Kirchner, la injerencia de China en las provincias y el respaldo al Presidente de cara a las elecciones de medio término. También hubo reclamos al líder libertario para que rechace su designación como embajador.
La nominación de Lamelas -junto a otros dos designados- avanzó el 30 de julio con la aprobación del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. “Espero que mis colegas me apoyen cuando sus nominaciones se presenten ante el pleno”, señaló en X el republicano Jim Risch, presidente del comité.
Además de su carrera empresarial, Lamelas participó activamente en la gestión médica del estado. Formó parte de la Junta Médica de Florida, nombrado por el entonces gobernador Jeb Bush (1999-2007), y fue miembro de la mesa directiva de la Asociación Americana de Urgencias Médicas. Donó más de 700.000 dólares a comités de campaña trumpistas el año pasado y otros 250.000 al comité inaugural de Trump.
Otras designaciones “por la lealtad”
Otra particularidad de las nominaciones para embajadores es que Trump hizo una fuerte apuesta a la lealtad por sobre la diplomacia: dejó de dar prioridad a los funcionarios de carrera, lo que supuso una remodelación radical del aparato de política exterior del país bajo la gestión de Rubio.
El 95% de las designaciones son políticas, contra el 76% de la primera administración del magnate, entre 2017 y 2021. En la gestión de Joe Biden fueron el 57,5%. Según el relevamiento del Miami Herald, la Casa Blanca, en esta gestión, solo nombró a tres diplomáticos de carrera para ocupar embajadas, mucho menos que lo hecho por cualquier otra administración en los últimos 25 años. Y a los candidatos de Florida, que tienen distintos niveles de experiencia, se les asignaron algunos de los destinos más delicados, como Panamá, México y Colombia.
Para la embajada en México, el elegido fue Ronald Johnson, quien se desempeñaba como enlace de ciencia y tecnología de la CIA con el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU, con sede en Tampa, Florida.En tanto, para la legación diplomática en Colombia el designado fue el abogado, empresario y exdetective Dan Newlin, quien donó más de US$ 5 millones a comités pro-Trump en la campaña electoral de 2024. El abogado, empresario y exdetective Dan Newlin fue nombrado para liderar la embajada de EE.UU. en Colombia.
Guillermo Idiart, La Nación/GDA