El despliegue de tropas que el gobierno de Donald Trump prevé en la ciudad de Chicago, en principio para combatir la delincuencia, constituye una “invasión”, afirmó ayer domingo el gobernador del estado de Illinois, JB Pritzker.
El dirigente demócrata, que se perfila como uno de los principales opositores a Trump, acusó también al magnate, a quien ya ha llamado “dictador”, de querer “tomar el control” de las elecciones legislativas de mitad de mandato de noviembre de 2026.
Después de Los Ángeles, en junio, y Washington, desde mediados de agosto, la megaurbe de Chicago surge como el nuevo escenario del despliegue de policías federales y fuerzas militares anunciado por Trump. Seguirían Nueva York, Baltimore y Boston. Todas estas ciudades están gobernadas por demócratas.
Refiriéndose a la delincuencia en Chicago, Trump atacó al “débil y atroz gobernador de Illinois”. “Dice que no necesita ayuda para detener la delincuencia. ¡¡¡Está loco!!! ¡Más le vale que vuelva a encarrilar esto, y RÁPIDO”, escribió en la noche del sábado en su cuenta de la red Truth Social.
“Nadie en el gobierno, ni el presidente, ni nadie bajo su autoridad, me ha llamado a mí ni a nadie de mi administración, ni a la ciudad de Chicago”, aseguró Pritzker, quien, al igual que los otros 49 gobernadores estaduales, tiene autoridad sobre la Guardia Nacional estacionada en Illinois.
“Está claro que están planeando, en secreto, una invasión con tropas”, advirtió, y añadió que emprenderá acciones legales si ese personal militar es desplegado.
Otro demócrata, el alcalde de Chicago Brandon Johnson, firmó una orden ejecutiva destinada a limitar la autoridad de las fuerzas federales en caso de que lleguen a ser desplegadas en su ciudad.
“Nos vemos obligados a tomar medidas drásticas para proteger a nuestra gente de la expansión del poder federal”, sostuvo.
Pritzker, como su homólogo par Wes Moore, gobernador de Maryland (este), cuya capital es Baltimore, también en la mira de Trump, acusó en la última semana al jefe de Estado de “fabricar crisis” para justificar, llegado el caso, el despliegue de militares.
“Alegaría que hay problemas en unas elecciones y luego enviaría tropas al terreno para tomar el control”, advirtió sobre las intenciones del presidente republicano.
Alcalde
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, firmó el fin de semana una orden ejecutiva que instruye a todos los departamentos de la ciudad a no colaborar con el Gobierno federal, adelantándose a una posible militarización de la urbe, con la que ha amenazado la Administración de Donald Trump, para combatir el crimen.
“Hoy firmo una orden ejecutiva que lanzará la iniciativa ‘Protegiendo a Chicago’”, afirmó el alcalde demócrata en una rueda de prensa, en la que explicó que la medida ordena que “el Departamento de Policía de Chicago no colaborará con el personal militar en patrullas policiales o en la aplicación de la ley de inmigración civil”. Esta estrategia podría venir acompañada de un aumento de las redadas contra migrantes indocumentados.
“No queremos ver tanques en nuestras calles. No queremos ver familias destrozadas. No queremos que las abuelas sean arrojadas a la parte trasera de furgonetas sin identificar. No queremos ver a los habitantes de Chicago sin hogar acosados o desaparecidos por agentes federales”, subrayó Johnson.
Inmigración contra una tienda en Los Ángeles
El estacionamiento de una tienda Home Depot en Los Ángeles se ha convertido en menos de tres meses en el símbolo de la crudeza de las redadas migratorias del Gobierno Trump, con cuatro operativos que han dejado decenas de detenidos y las críticas de activistas por el exceso de fuerza y las tácticas inusuales usadas por los agentes. El popular negocio de artículos de construcción en Westlake, un vecindario tradicionalmente inmigrante, ha sido el escenario de varios operativos en los que decenas de agentes migratorios llegaron en camionetas, cerraron las calles y lanzaron gases lacrimógenos contra los inmigrantes que intentaban arrestar. Los operativos fueron liderados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
AFP, EFE/ Chicago, Miami