Redacción El País
El ejército sirio inició anoche su retirada de la ciudad de Sweida, en el sur del país, donde la población es en su mayoría drusa, tras el anuncio de un cese el fuego para poner fin a la violencia intercomunitaria.
“Las fuerzas del ejército comenzaron a retirarse de la ciudad de Sweida en aplicación de los términos del acuerdo logrado después del fin de las operaciones contra grupos fuera de la ley”, indicó el ministerio de Defensa sirio en un comunicado.
El anuncio del retiro del ejército sirio se conoció luego de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, informara de un acuerdo con las partes para detener el conflicto entre Israel y Siria, agravado por los bombardeos sobre Damasco.
“Hemos contactado con todas las partes implicadas en los enfrentamientos en Siria. Hemos acordado medidas específicas que pondrán fin a esta preocupante y aterradora situación esta noche”, detalló Rubio en redes sociales.
Rubio, que no reveló más detalles, agregó que el acuerdo “requerirá que todas las partes cumplan con los compromisos asumidos, y eso es lo que esperamos”.
Previamente, el secretario de Estado se había mostrado “muy preocupado” por el bombardeo a Damasco y había atribuido el enfrentamiento a un “malentendido entre el lado israelí y el lado sirio”.
“En las próximas horas, esperamos ver un progreso real para poner fin a lo que está pasando”, dijo Rubio desde el Despacho Oval, junto al presidente, Donald Trump.
Israel lanzó ayer miércoles una fuerte oleada de bombardeos contra las inmediaciones del cuartel general del Estado Mayor y del Palacio Presidencial en Damasco, lo que causó la muerte de tres personas y heridas a otras 34, según el último balance oficial sirio.
Además, volvió a atacar por tercer día consecutivo la provincia siria de Al Sueida, donde tienen lugar intensos enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y facciones de la minoría drusa, a la que Israel dice defender.
“Estas son rivalidades históricas y condujeron a una situación lamentable y a un malentendido entre el lado israelí y el lado sirio”, dijo Rubio.
Por su parte, Israel afirmó ayer miércoles actuar “de forma responsable” y con “moderación” en Siria, después de que su ejército bombardeara emplazamientos del gobierno en Damasco.
“Los comandantes y los soldados actúan de forma responsable y con moderación”, declaró el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, durante una visita a la meseta de los Altos del Golán.
Los enfrentamientos en el sur de Siria comenzaron el domingo entre combatientes drusos y tribus beduinas sunitas, después del secuestro de un comerciante de verduras druso, que desencadenó una serie de raptos en represalia, según la versión del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las fuerzas del gobierno sirio fueron desplegadas el martes en la ciudad de Sueida, hasta entonces en manos de combatientes drusos. Y ayer miércoles Israel bombardeó el cuartel general del ejército sirio en Damasco.
Más de 350 personas murieron desde el domingo en los combates en Sueida, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) en su último balance. Del total, al menos 79 son combatientes drusos, 55 civiles, 189 miembros de las fuerzas gubernamentales y 18 combatientes beduinos, detalló el OSDH anoche.
El balance previo era de 300 muertos. Además el reporte incluyó a 15 soldados y miembros de las fuerzas del orden abatidos en bombardeos de Israel en el sur del país y en Damasco.
Israel afirma que busca evitar la militarización de la región sur de Siria no muy lejos de su frontera y defender a la comunidad drusa, miles de cuyos miembros residen en los Altos del Golán.
Sin embargo, el Ministerio de Exteriores sirio consideró en un comunicado que las acciones de ayer miércoles son en realidad parte de una política “sistemática” que Israel aplica de forma más amplia con la intención de “aumentar la tensión, crear caos y socavar la seguridad en Siria”.
“Siria considera a Israel plenamente responsable de esta peligrosa escalada y de sus repercusiones, y afirma que se reservará todo el derecho legítimo a defender su territorio y a su pueblo por todos los medios que garantiza el derecho internacional”, zanjó el departamento gubernamental.
En medio de estas tensiones, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, llamó a los drusos israelíes que protestan en la frontera con Siria, e intentan cruzar, que no lo hagan.
“Son ciudadanos de Israel. No crucen la frontera”, afirmó.
“Están arriesgando sus vidas: pueden ser asesinados, pueden ser secuestrados y están perjudicando los esfuerzos del Ejército. Por lo tanto, les pido: vuelvan a sus hogares, dejen que las fuerzas armadas actúen”, advirtió en un comunicado. AFP, EFE
Se va un socio de Netanyahu
Miembros del partido ultraortodoxo Shass anunciaron ayer miércoles su dimisión en cargos del gobierno en protesta porque no se aprobó una ley para eximir a su comunidad del servicio militar. Aún así, la formación no retiró su apoyo a la coalición gubernamental en el Parlamento y señaló que no apoyará ninguna eventual moción de censura. El anuncio se produjo dos días después de que otro partido ultraortodoxo, “Judaísmo Unificado de la Torá”, saliera del gobierno, también a raíz del debate sobre el reclutamiento militar. Su partida deja a la coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu con una estrecha mayoría de 61 escaños, de los 120 que tiene el Parlamento.
Comunidad entre Líbano, Siria e Israel
Los drusos, cuya religión surgió de una secta del chiísmo e incorpora otras creencias, entre ellas el hinduismo, se concentran en la actualidad en Siria, el Líbano e Israel, aunque también están presentes en menor medida en Jordania. En Siria, representan alrededor del 3% de la población, con un número estimado en alrededor de medio millón de personas. Al igual que ocurre con grupos armados que se identifican con otras comunidades religiosas, en Siria existen una serie de milicias drusas, aunque sus filas son relativamente pequeñas y su actividad militar ha sido muy reducida en los últimos años.
Desde el derrocamiento del régimen de Bachar al Asad el pasado diciembre, algunas de ellas han optado por colaborar en términos de seguridad con las nuevas autoridades, vinculadas a la rama suní del islam, mientras que otras se han negado a ello y rehúsan deponer las armas.
A diferencia de los palestinos musulmanes y cristianos que residen en territorio de Israel, la población drusa, conformada por unas 150.000 personas según la Oficina Central de Estadística nacional, no está exenta de acudir al Ejército Israelí. Del total, unos 24.000 residen en los Altos del Golán, territorio bajo control de Israel desde 1967, y entre estos en torno al 20% tienen el pasaporte israelí, según la Autoridad de Población e Inmigración.
La incorporación de los drusos a la economía y al sistema laboral y educativo israelí ha acercado a los drusos, especialmente a los más jóvenes, a Israel. EFE
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