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El fin de ETA, derrotada y sin lograr ninguno de sus objetivos

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Sin resquicio: el gobierno español ya advirtió a la organización ETA que no debe esperar ningún trato especial. resquicio

LA NUEVA ESPAÑA

Deja atrás décadas de terrorismo; el 92% de sus asesinatos los cometió en democracia.

Seis años y medio después de declarar el cese definitivo del terrorismo, ETA anunció su desaparición como organización. La fórmula que ha utilizado para expresar su disolución ha sido "el desmantelamiento total del conjunto de sus estructuras" y "el final de su trayectoria y su actividad política".

El comunicado, publicado por los medios vascos Gara y Berria, ha sido leído en español por Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, y Soledad Iparraguirre, Amboto, dirigentes históricos de ETA. Josu Ternera participó en el proceso de diálogo que mantuvieron el gobierno de Zapatero y ETA en 2006 y actualmente está en paradero desconocido al estar perseguido por la justicia española. Por su parte, Amboto está encarcelada en Francia.

El texto, titulado Declaración final de ETA al pueblo vasco, de 378 palabras —una extensión similar al comunicado de octubre de 2011 en el que decretó su cese definitivo—, no hace ninguna alusión a las víctimas que ha causado su acción terrorista. Asimismo, trata de justificar su trayectoria criminal durante los últimos 59 años.

Así, habla de "los y las exmilitantes" de quienes señala que continuarán con "la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal en otros ámbitos, cada cual donde lo considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre".

En la parte final de texto señala: "Esta última decisión la adoptamos para favorecer una nueva fase histórica. ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él". Señala, también, como reto "construir un proceso como pueblo que tenga como ejes la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes, tanto para abordar las consecuencias del conflicto como para abordar su raíz política e histórica". Lo hace antes de reivindicar el derecho a decidir y el independentismo de izquierdas: "Materializar el derecho a decidir para lograr el reconocimiento nacional será clave. El independentismo de izquierdas trabajará para que ello conduzca a la constitución del Estado Vasco", indica el último comunicado de la banda.

Las instituciones y los partidos consideran que el comunicado de ETA corrobora la disolución. Fuentes del gobierno vasco valoran que "cumple las condiciones exigidas", si bien "falta un reconocimiento del daño causado a todas las víctimas y pretende justificar su trayectoria terrorista".

Hoy al mediodía, una representación internacional, en la que participarán, entre otros, el abogado surafricano Brian Currin y el alcalde de Baiona, Jean René Etchegaray, levantará acta notarial de su desaparición como organización en un acto celebrado en Cambó (Francia) en las cercanías de la frontera. A la cita no acudirán los gobiernos del País Vasco y Navarra. Pero sí lo harán representantes de los partidos vascos, con excepción del PP y PSE.

El comunicado final de ETA tiene el visto bueno inicial de los miembros de la Fundación Henri Dunant, una organización suiza con sede en Ginebra especializada en la resolución de conflictos, que participó en el fallido proceso de diálogo que en 2006 mantuvieron el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la banda terrorista.

En realidad, ETA desapareció de la vida el 20 de octubre de 2011 cuando cesó definitivamente el terrorismo y terminaron sus asesinatos, sus secuestros, sus extorsiones y sus amenazas. Su obstinación por intervenir en el futuro de sus presos ha alargado en seis años y medio su existencia ya meramente nominal. ETA fue derrotada en 2011 al cesar el terrorismo sin lograr ninguno de sus objetivos políticos: el derecho a la autodeterminación y la unión del País Vasco y Navarra. Ahora desaparece como organización sin lograr, como pretendía, algún acuerdo de paz por presos.

Deja detrás una historia sangrienta con 853 asesinados —según la web del Ministerio del Interior—, la mayoría vascos; 79 secuestrados, 12 de ellos asesinados, y 6.389 heridos. Desaparece quedando pendientes de esclarecer 197 casos; 170 sobreseídos y 27 archivados.

Nació en 1959, pero no fue una organización nacida para combatir la dictadura de Franco. Su carrera de asesinatos empezó en los estertores del franquismo, en 1968, y se prolongó 43 años más, hasta 2011. ETA practicó el terrorismo solo siete años durante la dictadura y 36 entre la Transición y la democracia. Fue una organización terrorista que, en su pretensión de imponer un proyecto totalitario en Euskadi, trató de desestabilizar la democracia española y el autogobierno vasco, a los que atacó con más saña en los momentos más difíciles de la Transición. Concretamente, entre 1979 y 1980 —años del referéndum constitucional, de la votación del Estatuto de Gernika y de la creación del primer gobierno vasco, tras la Guerra Civil— asesinó a 244 personas, cerca de la tercera parte de sus crímenes. ETA, que en 1977 se benefició de una amnistía que excarceló a todos sus presos, le sirvió al teniente coronel Tejero como excusa para justificar su intentona golpista el 23-F de 1981. Su balance terrorista y desestabilizador es nítido: el 93% de sus 829 asesinatos los cometió entre la Transición y la democracia; sólo el 7%, durante la dictadura.

La historia de ETA fue un absurdo. Aunque inspirada en el IRA y los movimientos de liberación nacional —Cuba, Argelia, etc.—, a diferencia de ellos, hizo la inmensa mayoría de su recorrido terrorista contra una España que inauguraba democracia y una Euskadi que estrenaba autogobierno, con el amparo de la Unión Europea. En esas condiciones, estaba destinada a desaparecer sin lograr sus objetivos, tal y como ha sucedido.

Sin resquicio

El gobierno español ya advirtió a la organización ETA que no debe esperar ningún trato especial. "Haga lo que haga ETA no va a encontrar ningún resquicio para la impunidad de sus crímenes", dijo el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, tras el anuncio de disolución. "No consiguió nada cuando dejó de matar (...) y tampoco va a conseguir nada ahora", insistió.

Coalición Bildu, la voz del independentismo vasco

A nivel político, la gran pregunta tras la disolución de ETA es qué pasará con el independentismo vasco, que tiene su expresión en la coalición Bildu, segunda fuerza del Parlamento regional con un 21% de votos en los comicios de 2016.

Horas después del anuncio de disolución de ETA, la coalición Bildu se comprometió por boca de su líder, Arnaldo Otegi, a proseguir la lucha política por la secesión.

"Seguimos siendo un pueblo que todavía no conoce ni la paz ni la libertad. No cejaremos en buscarlas hasta alcanzarlas, con nuestro trabajo y nuestra actividad diaria", declaró.

Bildu y el partido nacionalista gobernante, el PNV, reclaman por otro lado que los alrededor de 300 presos de ETA que cumplen sus condenas en España y Francia sean acercados a sus familiares. Madrid ha negado cualquier contrapartida a la disolución de ETA.

Durante los años de ETA, el Estado español también hizo su "guerra sucia" y al menos 62 personas del entorno independentista murieron a manos de grupos parapoliciales y de ultraderecha, según el informe Foronda de la Universidad del País Vasco. Aparte existen más de 4.100 denuncias por presuntas torturas policiales entre 1960 y 2014, según otro estudio del gobierno vasco.

Estas víctimas piden reconocimiento.

Actualmente entre 85 y 100 miembros de ETA siguen en fuga en España, Francia y otros países, según el Foro Social, una organización próxima a las f(amilias de los presos. AFP

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