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El “dólar turista”, la fórmula argentina para frenar la expansión del “blue”

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Protestas en Argentina. Foto: AFP.
Social and trade union organizations protest on July 20, 2022 in Buenos Aires, in demand of a universal basic income, as the impoverished South American country struggles to repay its US 44 billion dollar debt with the International Monetary Fund (IMF) amid rampant inflation and social unrest. (Photo by Luis ROBAYO / AFP)
LUIS ROBAYO/AFP fotos

MEDIDA

Según informó el Banco Central de Argentina, los turistas podrán vender US$ 5.000 por mes casi a precio de mercado negro.

El Banco Central de Argentina (BCRA) dispuso ayer jueves que los turistas extranjeros puedan vender dólares en el mercado formal a un tipo de cambio mucho más conveniente a fin de frenar la expansión del llamado dólar blue.

Según informó el Banco Central, los turistas podrán vender divisas al valor de referencia del dólar en el mercado financiero por un monto máximo de 5.000 dólares (o su equivalente en otras monedas) mensuales en las entidades autorizadas a operar en el mercado de cambios.

La medida se adopta en un momento de altísima tensión en los mercados cambiarios de Argentina.

Así, el turista podrá cambiar sus divisas a precio de dólar MEP (mercado electrónico de pagos) que ayer jueves se ubica en 325 pesos por dólar, cercano al informal o ‘blue’ que cotiza en el mercado negro, mientras el llamado dólar oficial está en 136,33 pesos.

En Argentina coexisten varios tipos de cambio para distinto tipo de operaciones. El llamado dólar MEP corresponde a la cotización que arrojan las transacciones de bonos de deuda en la Bolsa de Buenos Aires.

En el mercado informal, el tipo de cambio alcanzó ayer jueves 338 pesos por dólar, 21 pesos más que el miércoles. El ‘blue’ subió casi 100 pesos desde la renuncia el 2 de julio del entonces ministro de Economía Martín Guzmán, cuando se vendía a 239 pesos.

La nueva medida busca que los dólares que traen los turistas puedan engrosar las alicaídas reservas del Banco Central, en lugar de que se queden en el mercado negro debido a la brecha cambiaria.

El gobierno estima que el mercado formal captó solo 16% de los 1.400 millones de dólares que ingresaron al país por turismo receptivo en lo que va de 2022.

Las reservas brutas del Banco Central se ubican en 39.736 millones de dólares, pero el nivel de las netas es muy inferior según analistas, si se descuentan encajes bancarios y un swap con China, entre otros elementos.

Efecto limitado

Con la medida para que los turistas vendan dólares anunciada ayer, el gobierno intenta enmendar un error que había cometido en octubre del año pasado. Agobiado por una situación cambiaria adversa, puso en marcha un mecanismo para que los turistas que llegaban al país abrieran una cuenta bancaria local donde se les liquidaba al valor del dólar MEP. La propuesta fue un fracaso, ya que casi nadie avanzó en la apertura de esas cuentas.

La lectura del mercado es que resultaba mucho más engorroso venir al país por un puñado de días e ir al banco a hacer el papeleo antes que acudir a un arbolito de la calle Florida y cambiar los billetes de afuera por un buen precio.

La medida del Gobierno se asimila a un desdoblamiento cambiario. Es un concepto peligroso en economía, una disciplina, se sabe, en la que es muy desaconsejado tener más de un precio para un determinado bien. En este caso, el dólar.

Para los analistas, el anuncio que dejó gusto a poco.

“Estamos con una dinámica muy vertiginosa y las medidas que tienen que tomarse deben tener un calibre similar. El anuncio de que los turistas van a liquidar dólares en el mercado formal es una medida muy en el margen. En esta situación se necesitan medidas de shock para contener la suba del dólar, porque estos eventos paralizan la economía: nadie vende porque no hay precio y eso genera más inflación, más pobreza y menos crecimiento económico”, opinó el economista Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Equilibra.

Gabriel Caamaño, analista económico de Ledesma, remarcó que hace más de dos años Argentina convive con una brecha muy alta y ya se conocen sus implicancias.

“Pero todavía no aprendimos que la brecha no es un problema en sí mismo, sino el resultado de este enfoque de política económica. Ergo, seguimos tomando medidas como si esto sólo fuera un problema cambiario. Esta medida en particular no va a reducir significativamente la brecha, porque pareciera que su único objetivo es sacarle oferta al blue y pasarla al MEP, cuando hay muchos jugadores que operan en ambos mercados en función del precio en uno y otro. Eso va a seguir pasando”, indicó el economista.

Aunque ahora no se le exige al turistas abrir una cuenta bancaria para cambiar dólares, igualmente es necesario que los turistas se acerquen a un banco o casa de cambio con su pasaporte y completen una declaración jurada para poder vender hasta 5.000 dólares cada 30 días al tipo de cambio financiero.

“No es tan sencillo que un turista entre a una sucursal bancaria, cuando el conserje de un hotel o un conocido le puede cambiar los dólares. Lo veo de difícil implementación. Además, ¿qué pasaría con el dólar blue? Porque los turistas son una fuerza importante para ese mercado. Entre turistas y comercio de frontera, calculo que hay 200 millones de dólares de oferta en el mercado informal. Si ofertan por otro lado, el precio del dólar blue aumentará”, opinó Andrés Borenstein, economista de Econviews.

Martín Vauthier, de la consultora Anker Latinoamérica, coincide en que las medidas que se adoptaron son “muy en el margen” y señala que no tendrán impacto en enfriar la presión que hay sobre el mercado de cambios. (AFP, EFE, La Nación/GDA)

Medidas para el pago de insumos del exterior

Además de las medidas sobre el dólar y los turistas, el gobierno argentino aprobó ayer otras para tratar de calmar las tensiones en el mercado cambiario.

En concreto, según informó el Ministerio de Economía, se decidieron “acciones tendientes a mejorar las condiciones de acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones de insumos para sectores estratégicos y así garantizar la continuidad de distintos procesos productivos”. Una medida que instrumentará el Banco Central y que permitirá el pago de “insumos en tránsito” que fueron embarcados en origen hasta el 27 de junio pasado y han llegado ya al país. Ya a fines de junio pasado, el Banco Central restringió el acceso a divisas por parte de las empresas para el pago de importaciones para encarar las limitadas reservas. Estas medidas fueron anunciadas al término de una reunión de la ministra de Economía, Silvina Batakis, con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.

Grabois a Fernández: “¿Para qué te pusimos?”

En medio de la inestabilidad política y económica, organizaciones sociales, sindicatos y parte del oficialismo kirchnerista siguen presionando para que el gobierno argentino establezca un “salario básico universal”.

“Estamos diciendo algo muy claro: nos estamos pegando una piña y necesitamos un paragolpe y ese paragolpe es el salario básico universal ya!”, afirmó Juan Marino, líder de la Unidad Piquetera.

El reclamo proviene de organizaciones sociales que integran o son cercanas a la coalición de gobierno Frente de Todos.

El “salario básico universal” que reclaman consiste en un monto mensual equivalente a dos canastas básicas alimentarias para un adulto, lo que en mayo hubiera sido de 28.200 pesos (211 dólares) para todos los bajos ingresos.

“Si no hay (fondos) para que salgamos de la pobreza, por lo menos que no haya indigentes, es una cosa tan elemental, no entiendo por qué no se dan cuenta que (este reclamo) no es política”, declaró fuera de sí Juan Grabois, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos, aliado del kirchnerismo. Y dirigiéndose al presidente Alberto Fernández, afirmó: “No nos salgas a decir que hay que calmar a los mercados: vení y calmanos a nosotros, porque hay algunos gauchos y gauchas acá que estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle para que no siga habiendo esta hambre en la Argentina”.

Grabois cerró su interpelación a Fernández sin bajar el tono, casi desencajado. “¿Para qué te pusimos ahí? ¡Para que haya menos pobreza, no para que haya más! ¡Es matemática, hermano! ¡Y si no te gusta el salario universal, inventá otra cosa, traé una propuesta mejor!”.

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