El temor de que Irán, además de las acciones bélicas contra Estados Unidos o Israel, bloqueé el estrecho de Ormuz está preocupando cada vez más a las grandes potencias, por los efectos que esta medida podría tener sobre el precio del petróleo por todo lo que dispararía.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, reconoció ayer lunes que un posible cierre del estrecho de Ormuz tendría consecuencias sobre la inflación incluso más allá de los precios de la energía.
Lagarde se pronunció en este sentido durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, ante la que apuntó que la guerra en Medio Oriente, dadas las “partes implicadas” y la geografía de la región, podría afectar al tránsito de una parte “significativa” de petróleo y gas por el estrecho de Ormuz.
“Si este fuera el caso, tendría un impacto en el precio del petróleo y el gas que, aunque sea un shock de oferta, podría tener efectos secundarios y tener un efecto más amplio que en el comportamiento de los precios de la energía”, advirtió.
La presidenta del BCE pidió a las partes implicadas que se “sienten en la mesa a negociar” y a “lograr un acuerdo que no desencadene las consecuencias” económicas que ha descrito.
Lagarde añadió que, aunque si se materializara un escenario como el descrito, este tendría “consecuencias inflacionarias” en el corto plazo pero su impacto en el medio plazo sería “más ambiguo” porque el aumento de los precios podría verse compensado por una caída de la demanda.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Kaja Kallas, también habló ayer de este asunto. “El cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán sería extremadamente peligroso, y no es bueno para nadie”, dijo Kallas al llegar a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores en Bruselas.
La crisis desatada a raíz de los bombardeos de Israel y Estados Unidos contra posiciones estratégicas en Irán es uno de los puntos sobresalientes de la reunión de ministros de la UE. El Parlamento iraní ha exigido el cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del crudo mundial transportado por mar, aunque la decisión final depende del Consejo Supremo de Seguridad Nacional del país persa.
China alerta. El domingo, el secretario de Estado estadounidense de Estado, Marco Rubio, instó a China a ayudar a disuadir a Irán de cerrar el estrecho Ormuz.
“Insto al gobierno chino a que hable con ellos sobre este tema, ya que dependen en gran medida del estrecho de Ormuz para su suministro de petróleo”, aseguró Rubio a Fox News.
China, además de su relación con Irán, también tiene interés de que el estrecho de Ormuz se mantenga abierto a los buques petroleros.
Es que el cierre de este paso plantea riesgos significativos para China, considerado principal destino del petróleo que sale de Irán.
El Gobierno chino instó ayer lunes “a intensificar los esfuerzos” para “evitar un impacto en el desarrollo económico mundial” y para “promover la distensión de los conflictos”.
El vocero de la Cancillería china Guo Jiakun se limitó a describir el Golfo Pérsico “y sus aguas circundantes” como “importantes canales de comercio internacional de bienes y energía”, sin pronunciarse acerca del efecto que tendría el cierre de la vía sobre la segunda economía del mundo.
Sin embargo, diversos expertos han aseverado que Asia en general y China en particular estarían entre los más afectados por un posible bloqueo del estrecho de Ormuz. No en vano, Arabia Saudí, Irak y Emiratos Árabes Unidos, que figuraron entre los principales proveedores de crudo a China en 2024, envían gran parte de sus cargamentos a través de este paso estratégico.
En cambio, las exportaciones de petróleo iraní hacia China son más difíciles de cuantificar. Debido a las sanciones estadounidenses contra Teherán, las exportaciones de crudo iraní con destino a China se realizan a través de terceros países, como Malasia, por lo que se desconoce la cantidad exacta de petróleo iraní que consume el gigante asiático.
Sin embargo, datos citados por la prensa china indican que el petróleo iraní representa alrededor del 10% del total importado por China, país que está considerado como el mayor comprador de crudo de Irán al absorber alrededor del 90 % de su producción, según algunos analistas.
China e Irán han reforzado sus relaciones en los últimos años, con los líderes de las dos naciones proclamando una “amistad inquebrantable” entre Teherán y Pekín.
Ambos países firmaron en 2021 un acuerdo de cooperación económica que contempla una inversión china de unos 400.000 millones de dólares en los sectores iraníes de energía e infraestructuras.
A cambio, Irán, uno de los principales productores de hidrocarburos del mundo, garantiza a China un suministro estable de petróleo y gas a precios competitivos.
Petróleo a la baja
El presidente estadounidense, Donald Trump, instó ayer lunes a mantener bajos los precios del petróleo cuando el mercado da muestras de inestabilidad la guerra en Medio Oriente.
“TODOS, MANTENGAN LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO BAJOS. ¡ESTOY VIGILANDO!”, escribió Trump en su plataforma Truth Social minutos después de que Wall Street comenzara a operar, con los principales índices estadounidenses estancados.
Trump dijo que permitir que los precios del petróleo se disparen sería “hacerle el juego al enemigo”.
El presidente republicano escribió otro mensaje dirigido al Departamento de Energía: “¡PERFORA, BABY, PERFORA!!! ¡AHORA!!!”.
Los precios internacionales del petróleo cayeron ayer lunes tras el ataque de Irán contra una base militar de Estados Unidos en Catar, una reacción que los analistas atribuyeron al alivio de los operadores, que temían represalias más graves.
El barril de WTI bajó un 7,22% a 68,51 dólares, volviendo a los niveles a los que cotizaba antes de los primeros ataques israelíes a Irán, el 13 de junio. Y el barril de Brent del mar del Norte perdió un 7,18% a 72,07 dólares, regresando también a precios no vistos en 10 días.
Clave para el comercio de gas y petróleo
El estrecho de Ormuz es un punto de paso clave para el comercio mundial de petróleo, que Irán ha amenazado con bloquear en múltiples ocasiones durante situaciones de crisis. Los diputados iraníes volvieron a esgrimir esta amenaza tras los bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares en Irán, aunque la decisión final recae en el consejo de seguridad nacional, instancia de seguridad más alta de Irán.
El estrecho de Ormuz está ubicado entre Irán y el sultanato de Omán. Es particularmente vulnerable debido a su escaso ancho -unos 50 kilómetros- y su profundidad, que no supera los 60 metros.
Está salpicado de islas desiertas o escasamente habitadas, pero de gran importancia estratégica: las islas iraníes de Ormuz, Qeshm y Larak, frente a la costa iraní de Bandar Abás.
La costa omaní, la península de Musandam, forma un índice que apunta hacia Irán, separada del resto del sultanato por territorios pertenecientes a los Emiratos Árabes Unidos.
Frente a los Emiratos las tres “islas estratégicas” -la Gran Tomb, la Pequeña Tomb y Abu Musa- constituyen un puesto de observación privilegiado sobre todas las costas de los países del Golfo: Emiratos, Catar, Baréin, Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Irán y Omán.
Estas islas están ocupadas por Irán desde 1971, tras la retirada de las fuerzas británicas de la región.
El estrecho de Ormuz es la principal vía de navegación que conecta a los ricos países petroleros de Medio Oriente con el resto del mundo. En 2024 alrededor de 20 millones de barriles de crudo transitaban diariamente por él, lo que representa cerca del 20% del consumo mundial de petróleo, según la Agencia de Información Energética de EE.UU. Aproximadamente una quinta parte del comercio mundial de gas natural licuado también pasaba por esta ruta, principalmente desde Catar.
Más del 80% del petróleo y gas que transita por el estrecho tiene como destino los mercados asiáticos.
AFP, EFE