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EE.UU. prepara su “Día D” para la vacunación masiva contra el COVID-19

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Almacenadas en cofres con hielo, las dosis de vacunas son cargadas en el aeropuerto de Chicago. Foto: Reuters

LA LUCHA CONTRA EL VIRUS

Comenzó el operativo para llevar las primeras dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech a hospitales y centros de salud.

Estados Unidos comenzó a preparar las primeras dosis de la vacuna contra el COVID de Pfizer y BioNTech, un día después de que el regulador de medicamentos aprobara su uso de emergencia, con lo que se da paso a una fase compleja que intentará realizar las primeras inoculaciones a varios millones de personas a partir de mañana.

La vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech llegará primero a hospitales y otros lugares de inoculación en Estados Unidos, “lista para ser inyectada a millones de personas de los sectores más vulnerables”, anunció un alto funcionario.

Las dosis comenzarán a salir hoy de la fábrica de Pfizer en Kalamazoo, Michigan (norte), almacenadas en cajas con hielo seco capaces de mantenerse a -70 grados centígrados.

El general Gus Perna, que supervisa la masiva operación logística como parte de la estrategia antipandemia del gobierno, comparó el momento con el Día D, el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial.

“Estoy absolutamente 100% seguro de que vamos a distribuir de forma segura este precioso producto, esta vacuna necesaria para derrotar al enemigo”, dijo a periodistas.

La noticia llega cuando la pandemia embiste con más fuerza al país. En las últimas dos semanas, Estados Unidos ha superado varias veces las 2.000 muertes diarias relacionadas al nuevo coronavirus, cifras similares a los peores picos de los primeros días.

Perna dijo que cientos de sitios, incluyendo hospitales y otros centros de distribución, recibirán las vacunas entre mañana y el miércoles, lo que cubriría la primera fase de la vacunación, con unos tres millones de personas inmunizadas.

Las autoridades sanitarias del país recomendaron que los trabajadores de la salud y los residentes de asilos tengan prioridad, pero las decisiones se dejarán en manos de los gobiernos estatales.

Una enfermera se prepara para administrar la vacuna de Pfizer-BioNTech en un hospital de Londres el 8 de diciembre. Foto: Reuters
Una enfermera se prepara para administrar la vacuna de Pfizer-BioNTech en un hospital de Londres el 8 de diciembre. Foto: Reuters

Sexto país.

Estados Unidos es el sexto país, tras Arabia Saudí, Baréin, Canadá, México y Reino Unido, que autoriza el uso de la vacuna de Pfizer y la alemana BioNTech, que ha demostrado en pruebas clínicas con 44.000 voluntarios una efectividad del 95% contra la COVID-19.

Bajo el acuerdo entre Pfizer y el gobierno estadounidense, dentro de la Operación Warp Speed para obtención de terapias contra la COVID en tiempo récord y que ha dedicado más de 10.000 millones de dólares a la vacuna anti-COVID, la farmacéutica proveerá 100 millones de dosis de su vacuna hasta marzo libre de coste para los estadounidenses.

Operativa de logística.

Hospitales en los 50 estados ya han preparado los gélidos arcones donde almacenarán parte de las 2,9 millones de dosis que se espera que se distribuyan en la primera semana.

El complejo proceso fue delineado a grandes rasgos en un mensaje del presidente, Donald Trump a la nación y requiere la colaboración entre Pfizer -que ha creado unas cajas ultrafrías con tecnología de seguimiento GPS y control de temperatura-, los grandes operadores logísticos estadounidenses Fedex y UPS, las Fuerzas Armadas, los responsables estatales de sanidad y finalmente de hospitales y farmacias que administrarán las inyecciones.

El desafío logístico es aún más grande si se tiene en cuenta que tras tres semanas se debe administrar una segunda inyección para garantizar la inmunidad que se ha registrado en los ensayos clínicos.

La semana que viene la FDA examinará la solicitud de autorización de la vacuna de Moderna. Si esa farmacéutica se suma a la operación de distribución las cantidades de dosis disponibles para hacer frente a la pandemia y la facilidad para transportarlas aumentarán significativamente.

Controversia.

Aunque ya se esperaba la aprobación de la vacuna, se dio en medio de la controversia.

Medios estadounidenses informaron que el presidente Donald Trump llamó al jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para amenazarle con despedirlo si no daba a la vacuna la aprobación de emergencia el viernes.

Donald Trump en conferencia de prensa. Foto: AFP
Donald Trump en conferencia de prensa. Foto: AFP

Ayer, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, desmintió esta información ante periodistas: “Las declaraciones en la prensa de que amenazaron con despedirme si no lo hacíamos antes de cierta fecha son inexactas”.

En un ensayo clínico con 44.000 voluntarios, la vacuna demostró ser 95% efectiva en la prevención del COVID-19, y no se tiene evidencia de efectos secundarios serios.

Pero después de dos casos de alergias graves reportados en Reino Unido esta semana, la FDA desaconsejó la vacuna a los pacientes que ya han tenido “reacciones alérgicas graves” a sus componentes o a vacunas similares.

Embarazadas.

La FDA no ha tomado ninguna decisión definitiva sobre si las mujeres embarazadas o los inmunocomprometidos deben recibir las inyecciones, invitando a la gente en estas condiciones a tomar la decisión con sus médicos.

“No hubo suficientes mujeres embarazadas en los ensayos, o mujeres que se embarazaron en los ensayos para saber realmente, y hacer alguna declaración al respecto”, dijo el científico de la FDA Peter Marks.

Marks también expresó su apoyo al plan de Pfizer de permitir a las personas que participaron en el ensayo clínico averiguar si han recibido la vacuna o el placebo. Según esta propuesta, si recibieron el placebo pueden solicitar la vacuna cuando llegue el turno de su grupo demográfico.

Justo antes de Estados Unidos, México aprobó la comercialización de la vacuna de Pfizer. La vacunación debe comenzar a fines de diciembre, se informó.

California enfrenta una "situación insostenible"

Estados Unidos avanza en su campaña de vacunación, con un panorama crítico en varios estados ante la escasez de camas en los CTI, como es el caso de California. Tal es la situación en ese estado que la falta espacio en centros especializados ha activado automáticamente una orden de confinamiento estricto en tres regiones -California Sur, el área de la bahía de San Francisco y el valle de San Joaquín-, cuyos habitantes no pueden salir de casa salvo que se trate de actividades esenciales.

En promedio, cada californiano con COVID-19 está infectando a 1,23 personas más, una tendencia que ha provocado que el número total de casos activos en ese estado esté aumentando “a un ritmo insostenible”, según la organización “Covid Act Now”, que colabora con universidades como Stanford, Harvard y Georgetown.

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