Los primeros resultados de las elecciones senatoriales en Japón anunciaron ayer domingo un nuevo revés para la coalición del primer ministro, Shigeru Ishiba, quien podría dejar su cargo, golpeado por la inflación y el auge del populismo derechista antiinmigración. Sin embargo, el primer ministrio ha insinuado que permanecería en su cargo.
A los 68 años, Ishiba dirige un gobierno minoritario desde octubre, tras haber conducido a su formación conservadora, el Partido Liberal Democrático (PLD), a una dolorosa derrota en las elecciones legislativas en la cámara baja. Y en los comicios del domingo quedaron en juego 125 de los 248 escaños de la cámara alta, de los cuales el oficialismo necesita 50 para mantener su mayoría.
Transcurridas cuatro horas del inicio del recuento de votos ayer, PLD y Komeito (partido de centro derecha) se habían asegurado 37 de los 125 escaños en juego (32 del PLD y 5 de Komeito), la mitad de los 248 asientos de la cámara más una vacante, de acuerdo al recuento en directo de NHK.
La segunda fuerza más votada era el Partido Constitucional Democrático de Japón (PCD) del ex primer ministro Yoshihiko Noda, con 19 escaños; seguido por el Partido Democrático para el Pueblo (PDP), con 16 escaños, y el populista Sanseito, con 11, suficientes para presentar proyectos de ley en la Cámara Alta.
Los sondeos vaticinan que la coalición obtendrá entre 32 y 51 escaños, una disminución significativa con respecto a los 66 que tenían antes de las elecciones en esta mitad de la cámara.
La pérdida del control de la Cámara Alta supondría un nuevo revés para Ishiba, que ha calificado tal escenario como una derrota, tras perder el control de la Cámara Baja en las elecciones generales del pasado octubre, y podría dar pie a llamamientos para su dimisión desde su propio partido para responsabilizarse de los resultados.
En los últimos días, encuestas de opinión pronosticaban una posible derrota oficialista en la cámara alta ante el descontento de los japoneses con los aumentos de los precios, especialmente del arroz. También habría actuado en su contra la falta de negociación eficiente sobre los aranceles con la administración de Trump, según gran parte de la opinión pública japonesa.
“Ishiba podría tener que renunciar”, anticipó Toru Yoshida, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Doshisa, considerando las presiones internas. Japón podría “entrar a una dimensión desconocida en la que el gobierno sea minoría tanto en la cámara baja como la alta, lo cual Japón nunca vivió desde la Segunda Guerra Mundial”, agregó Yoshida.
El Partido Democrático Liberal (PDL, centroderecha), de Ishiba, ha gobernado Japón casi sin interrupción desde 1955.
El gobierno enfrentó así ayer el resentimiento de los votantes por un escándalo de financiamiento en el PDL y la amenaza de los aranceles estadounidenses de 25% que entrarán a regir el 1 de agosto si no hay un acuerdo con Washington. La industria automotriz de Japón, responsable del 8% de los empleos ya enfrenta elevados aranceles.
Intención de permanecer
Ishiba insinuó ayer su intención de permanecer en el cargo, aunque la coalición gobernante pierda también la mayoría en la Cámara Alta de la Dieta, el parlamento nacional.
En declaraciones a la cadena pública NHK durante el recuento en curso de los votos de los comicios parlamentarios parciales de ayer, Ishiba señaló que el Partido Liberal Democrático (PLD) sigue siendo la fuerza más votada y, como tal, tienen una responsabilidad para con la nación.
“Tenemos la responsabilidad de implementar las políticas que propusimos durante la campaña electoral, como aumentos salariales que superen a la subida de precios, la respuesta al grave entorno de seguridad, medidas de prevención de desastres, revitalización regional y medidas para combatir el declive demográfico”, dijo. Ishiba añadió querer ser “plenamente consciente” de su propia responsabilidad para abordar estas cuestiones, manifestando con esta retórica su intención de seguir como primer ministro.
Consultado sobre posibles nuevas alianzas, dijo: “Aún no se conoce el número de escaños que tendrá cada partido, así que no puedo decir nada a la ligera (...). Debemos reflexionar detenidamente sobre la mejor manera de implementar nuestras políticas”, dijo ambiguamente Ishiba, aunque las fuerzas de oposición han descartado públicamente la opción de unirse al gobierno para una coalición futura.
“Es deseable evitar un vacío político”
El secretario general del PLD, Hiroshi Moriyama, declaró que era deseable evitar un vacío político y sugirió que espera que Ishiba no renuncie pronto, a pesar de que las principales fuerzas de la oposición han descartado la posibilidad de formar una coalición con el bloque gobernante, según trascendió medios de comunicación locales.
Por su parte, el líder de Komeito, Tetsuo Saito, afirmó que abandonar la coalición gobernante sólo por unos malos resultados en la Cámara Alta conduciría a una pérdida de confianza pública, lo que a su entender no favorecería a nadie.
La coalición gobernante necesita obtener al menos 50 escaños en conjunto para garantizarse la mayoría simple en la Cámara Alta y reducir su dependencia de partidos minoritarios que, si bien apoyaron o se abstuvieron en su investidura, vienen mostrándose combativos ante su impulso a nivel nacional.
“Es una situación difícil y debemos aceptarla con humildad”, dijo Ishiba al ser consultado sobre la fuga de votos que se puso más en evidencia durante la jornada de ayer.
Las autoridades tienen previsto que el mandatario dé una rueda de prensa hoy lunes, cuando la comisión electoral nacional finalice y comunique los datos oficiales.
AFP/EFE