La guerra comercial entre EE.UU. y la UE
Francia rechaza negociar bajo presión de Estados Unidos.
La tregua acordada entre la Unión Europea y Estados Unidos para negociar una salida a la guerra comercial entre ambos bloques, generó alivio en los países europeos, pero también dudas sobre la viabilidad de los compromisos asumidos. Francia, en particular, rechazó negociar bajo amenazas de Estados Unidos.
El miércoles, en una reunión en la Casa Blanca, Donald Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, analizaron una serie de medidas, como una mayor compra de soja estadounidense por el bloque europeo, para desactivar el conflicto comercial que se tradujo en aranceles recíprocos.
El objetivo también era alejar la amenaza de Trump de mayores aranceles a los automóviles de la UE, que afectaría especialmente a Alemania. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, anunció ayer jueves que no aplicarán aranceles a los automóviles europeos durante las negociaciones.
El ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, elogió las conversaciones como un "avance" que podría evitar una guerra arancelaria mundial y proteger millones de empleos. "Es genial para la economía global", dijo en Twitter.
Los grupos de presión alemanes se mostraron aliviados. "La razón ha prevalecido", dijo el presidente de BusinessEurope, Pierre Gattaz.
Sin embargo, la cámara de comercio DIHK de Alemania destacó que los aranceles de Estados Unidos a los vehículos de la UE no habían sido descartados del todo.
"Las soluciones propuestas van en la dirección correcta pero aún existe una proporción importante de escepticismo", añadió el grupo.
Soja y gas.
Sobre la agricultura, Trump anunció que la UE aumentará además "inmediatamente" sus compras de soja de Estados Unidos.
Con China mirando hacia la producción de soja de Brasil, el primer exportador de este producto a la UE con alrededor del 40% del total en 2017, los europeos podrían aprovechar la reducción de precios en Estados Unidos, el segundo exportador al bloque con alrededor el 35%.
Juncker prometió también que la UE compraría más gas natural licuado (GNL) a Estados Unidos, una exigencia de Trump que en la reciente cumbre de la OTAN criticó a sus aliados, especialmente Alemania, por comprar gas a Rusia.
Un grupo de trabajo de "muy alto nivel" empezará a estudiar ahora los compromisos sobre la soja y el GNL.
Una fuente europea indicó que el grupo de trabajo sobre las discusiones con Estados Unidos tendrá "120 días para emitir un informe", es decir "hasta finales de noviembre". Estados Unidos, cuyo presidente enfrenta presión a nivel interno por la guerra comercial, celebra en noviembre elecciones legislativas. "Trump estaba dispuesto a ser positivo y hacer un trato", dijo la misma fuente.
Rechazo francés.
Aunque Francia, segunda economía de la UE tras Alemania, consideró "bueno regresar al diálogo con los estadounidenses", su ministro de Economía, Bruno Le Maire, precisó que este "no puede avanzar bajo presión" y reclamó "clarificaciones" sobre lo acordado el miércoles.
Pero el que pateó el tablero fue el propio presidente francés Emmanuel Macron. De visita en Madrid, Macron habló en la conferencia de prensa conjunta con el presidente español Pedro Sánchez. "Tenemos dudas que aclarar con nuestros socios. No estoy a favor de empezar a negociar un amplio acuerdo porque el contexto no lo permite", aseguró. "La conversación es útil, porque rechaza la tensión y nadie quiere una guerra comercial, pero el buen diálogo comercial solo puede basarse en una relación de equilibrio y reciprocidad, y en ningún caso bajo la amenaza", advirtió.
Acuerdo con México y Canadá en agosto
Estados Unidos espera alcanzar en agosto un acuerdo con Canadá y México sobre el tratado norteamericano de libre comercio TLCAN, dijo su representante de Comercio, Robert Lighthizer. "Es probable que tengamos algún tipo de conclusión durante el mes de agosto, y pienso que es un período razonable si todos hacen lo que se debe hacer", dijo Lighthizer ante una comisión del Senado estadounidense. En México, Andrés Manuel López Obrador asumirá la presidencia el 1º de diciembre, y por ello Lighthizer diseñó ante los senadores el plazo necesario para obtener la firma de un acuerdo aún con el presidente saliente Enrique Peña Nieto. Como la firma de un acuerdo de este tipo requiere un preaviso de 90 días para que sea validado por Estados Unidos, Lighthizer estima que el plazo ideal para sellar el acuerdo sería en agosto.