El presidente del Senado francés, Gérard Larcher, advirtió ayer sábado que la cámara alta, en la que los conservadores y centristas tienen la mayoría, reinstaurará la polémica reforma de las pensiones (jubilaciones) de 2023 si la Asamblea Nacional vota su suspensión en los debates presupuestarios.
“Recuerdo que su abandono supondrá un déficit de 30.000 millones en 2035”, indicó Larcher en una entrevista publicada ayer por Le Parisien. Su advertencia demuestra el complicado camino legislativo que aguarda al proyecto de ley sobre las cuentas públicas francesas de 2026, presentado por el Gobierno del
Larcher se quejó de que Lecornu mire sobre todo a los socialistas, que han sido claves para lograr su supervivencia en el poder pese a la fragmentación extrema de la Asamblea Nacional.
El primer ministro lo logró, de hecho, solo gracias a que accedió a suspender la reforma de las pensiones de 2023, algo que se tramitará como enmienda dentro de la ley del presupuesto de la Seguridad Social francesa para 2026.
Pero para sumarse al respaldo a los presupuestos, los socialistas reclaman también otras concesiones, como impuestos para los ultrarricos, y amenazan con la moción de censura si no ven avances. Larcher, que pertenece al grupo conservador Los Republicanos (LR), igualmente clave para que Lecornu conserve su puesto, aseguró que quiere que haya un presupuesto a finales de este año, pero argumentó que no se puede aceptar cualquier cosa.
“Seamos claros, el presupuesto presentado a día de hoy es inaceptable. La reducción del gasto público es totalmente insuficiente”, señaló el presidente del Senado sobre un proyecto de ley que tiene como principal meta reducir el elevado déficit francés (del 5,4 % previsto para este año).
“Sin austeridad”. El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, cuya continuidad está amenazada en el debate sobre los presupuestos, defendió el viernes una discusión sobre el reparto de los esfuerzos, sin llegar a la austeridad, para conseguir la estabilidad. Lecornu se mostró convencido de que en el Parlamento hay convergencia en la idea de que “Francia sea independiente”, porque “nadie aquí quiere depender de forma duradera de Estados Unidos, de China o de países de Oriente Medio”, y señaló que para eso hace falta estabilidad política.
Respondía así a las amenazas de censura que pesan sobre su Ejecutivo, en particular de los socialistas, que son cruciales para su continuidad y que han amenazado con hacerle caer si no hay gestos en la discusión presupuestaria, de aquí al lunes, sobre sus exigencias para que suban los impuestos sobre los más ricos.
EFE
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