Crisis política sin precedentes y tres bloques irreconciliables: Macron y el delicado momento que vive Francia

Sébastien Lecornu estuvo solamente 27 días en el cargo; presentó la renuncia, pero se quedará hasta el miércoles. Es el tercer primer ministro del presidente Emmanuel Macron en un año.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, observa en el Palacio del Elíseo.
Foto: AFP

Redacción El País
La crisis política abierta hace un año en Francia con el adelanto electoral decidido por Emmanuel Macron se agravó ayer lunes con la dimisión por sorpresa del primer ministro, Sébastien Lecornu, al que el presidente dio una prórroga hasta el miércoles para encontrar la estabilidad que no consiguió en sus 27 días en el cargo.

Se trata de una situación sin precedentes en el país que ha visto como su sistema político da signos de agotamiento ante la división de la Asamblea Nacional en tres bloques irreconciliables.

Lecornu, que el pasado 9 de septiembre sustituyó a François Bayrou, tendrá ahora que explorar nuevas fórmulas de acuerdo, pese a que ningún partido de la oposición parece dispuesto a ello.

Varios medios indicaron que Lecornu pidió a Macron que no le mantuviera en el cargo, lo que agrega confusión a una situación ya de por si difícil de interpretar. La prórroga sorprendió a todos los partidos, que habían comenzado a proyectarse en el futuro.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron (derecha), escucha al ministro de las Fuerzas Armadas de Francia, Sébastien Lecornu,
El presidente de Francia, Emmanuel Macron (derecha), escucha al primer ministro, Sébastien Lecornu.
Foto: AFP

La líder ultraderechista Marine Le Pen exigía un adelanto de las elecciones legislativas, para aprovechar el viento a favor que auguran las encuestas a su partido, mientras que el izquierdista Jean-Luc Mélenchon pedía la dimisión o destitución del presidente.

Más moderados, socialistas, ecologistas y comunistas exigían un primer ministro de izquierdas, mientras que la derecha moderada, que había aceptado entrar en el Gobierno, hablaba de pérdida de confianza.

Todos colocaban a Macron en el disparadero, lo que augura una tarea difícil a su escudero Lecornu, que tras su dimisión fustigaba los “apetitos partidistas” y los “egos”.

Lecornu, de 39 años, tendrá que conseguir ahora un consenso que le permita sacar adelante los presupuestos de 2026, la piedra en la que tropezó su predecesor, en medio de las exigencias de los partidos y con la acuciante necesidad de reducir el déficit público y la deuda que asfixian a las arcas del país.

Es la última oportunidad del quinto primer ministro desde la reelección de Macron en 2022, el cuarto en poco más de un año, de no pasar a la historia como el más breve desde la Segunda Guerra Mundial.

El primer ministro saliente francés, Sébastien Lecornu, que presentó esta mañana la dimisión de su gobierno al presidente francés,
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, en el momento de presenta la dimisión al gobierno de Emmanuel Macron.
Foto: AFP

Una tarea titánica que él mismo reconocía no haber cumplido, asolado por las amenazas de moción de censura de la izquierda, incluidos los socialistas, pero también de algunos de sus aliados, como la derecha moderada liderada por el ministro del Interior, Bruno Retailleau, que aceptó seguir en el Ejecutivo pero se mostró descontenta con el reparto de carteras y amagó con la retirada.

No le gustó en particular el regreso al Gobierno, en la cartera de Defensa, de Bruno Le Maire, el ministro de Economía hasta 2024, al que responsabilizan de la colosal deuda del país, el 115,6 % del PIB, lo que obliga a ajustar los presupuestos de los próximos años.

Demasiados desajustes que llevaron a Lecornu a acudir a primera hora de la mañana al Elíseo para entregar su dimisión a Macron, que sin una salida inmediata decidió darse un poco de tiempo.

El presidente guardó silencio, se le vio acudir al Panteón donde se prepara una ceremonia próximamente y pasear por las orillas del Sena colgado de su teléfono.

Una imagen de soledad que resume bien el momento crucial que atraviesa, a año y medio del final de su mandato, sin posibilidad de volver a presentarse, pero con la amenaza de irse con inéditos niveles de impopularidad. Entre tanto, las convulsiones políticas se sintieron en los mercados, con una caída de la Bolsa que llegó a los dos puntos tras el anuncio de la dimisión (cerró con una caída del -1,36 %) y con la prima de riesgo en su peor nivel en nueve meses. Luis Miguel Pascual / EFE

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