EFE, O Globo (GDA)
Las Fuerzas Armadas de Brasil se empezaron a desplegar ayer lunes para reforzar la seguridad en los principales puertos y aeropuertos del país, así como en las fronteras, por orden del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La medida se enmarca dentro de un decreto firmado el miércoles pasado por el mandatario que autoriza el empleo de los militares con la misión de combatir el crimen organizado, que utiliza esas infraestructuras críticas para sus negocios ilícitos.
El decreto fue firmado por Lula junto con los ministros Flávio Dino (Justicia), José Múcio (Defensa) y Rui Costa (Casa Civil). La presencia de las FF.AA., que trabajarán en conjunto con la Policía y otros cuerpos de seguridad del Estado, se extenderá hasta mayo de 2024, aunque Lula dejó en abierto la posibilidad de prorrogarla, en caso de que sea necesario.
El Gobierno tomó esa determinación ante el deterioro de la seguridad en algunos estados del país, como Río Grande do Norte, Bahía y Río de Janeiro. Además, San Pablo es el centro de operaciones del Primer Comando de la Capital (PCC), la banda criminal más poderosa de Brasil y que ha extendido sus tentáculos por otros países de América Latina.
En principio, el refuerzo se acotará a los puertos de Itaguaí, Río de Janeiro y Santos, el mayor de Latinoamérica, así como a las zonas anexas; y a los aeropuertos internacionales de Galeão, en Río de Janeiro, y Guarulhos, en San Pablo.
Además, también intensificarán la vigilancia en las fronteras con Bolivia y Paraguay, con especial atención en el lago de Itaipú, una de las rutas usadas por los narcotraficantes para introducir drogas a Brasil desde los países vecinos.
En paralelo, la Policía Federal también fortalecerá las acciones de inteligencia contra facciones armadas y grupos parapoliciales, formados por agentes y exagentes corruptos, sobre todo en Río de Janeiro. “Se ha llegado a una situación muy grave, la violencia se ha agravado y hemos decidido que el Gobierno federal participe con todo su potencial”, explicó Lula la semana pasada al anunciar la medida.
Las Fuerzas Armadas trabajarán con 3.700 soldados en el operativo en puertos y aeropuertos y en el refuerzo de personal en las fronteras. Según Rui Costa, si las organizaciones criminales han cambiado las rutas de tráfico de drogas y armas hacia nuevos aeropuertos o puertos, “inmediatamente” estos lugares se incorporarán a la operación.