La mayoría de los miembros de la Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil consideró ayer procedente la denuncia por “coacción a la justicia” presentada contra el diputado Eduardo Bolsonaro, en el marco del proceso en que su padre, el expresidente Jair Bolsonaro, fue condenado a 27 años de prisión por golpismo. Tres de los cuatro magistrados de la Primera Sala del Supremo Tribunal Federal consideraron que la denuncia presentada por la Fiscalía es procedente y, en consecuencia, decidieron abrirle juicio al hijo del expresidente.
Los magistrados votaron en un juicio virtual que comenzó ayer, y pese a que el juez que falta por votar tiene plazo hasta el 25 de noviembre para pronunciarse, los demás ya constituyen una mayoría y la apertura del juicio un hecho. El juez Alexandre de Moraes, instructor del proceso contra el diputado y contra el propio Jair Bolsonaro, fue el primero en pronunciarse sobre la denuncia de la Fiscalía. Su voto fue respaldado por los magistrados Flávio Dino y Cristiano Zanin. En sus acusaciones, la Fiscalía sostiene que el diputado intentó interferir en el juicio contra su padre y presionar al tribunal, mediante gestiones que realizó en Washington para que el Gobierno de Estados Unidos impusiera sanciones a autoridades brasileñas y al propio país.
De hecho, el presidente Donald Trump justificó los aranceles del 50% que impuso a gran parte de las exportaciones brasileñas con su malestar por el proceso penal al que fue sometido Jair Bolsonaro, que calificó de “caza de brujas”. También por ese motivo, Estados Unidos revocó los visados de algunos jueces del Supremo. Según la Fiscalía, el diputado, quien está en EE.UU. desde marzo y se dice “en el exilio”, incurrió en el delito de coacción a la Justicia, que “consiste en el uso de violencia o grave amenaza para favorecer intereses propios o de terceros contra la autoridad, parte o cualquier persona llamada a intervenir en un proceso judicial”.
EFE