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Brasil decide entre Bolsonaro o Lula en una votación clave para la región

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Urnas. Foto: AFP.
An Electoral Justice employee distributes electronic ballot at a polling station for Brazil's national elections next Sunday, in Brasilia, on September 30, 2022. - Brazil entered the final stretch of the presidential campaign, a high voltage electoral duel between archrivals Jair Bolsonaro and Luiz Inácio Lula da Silva that, according to polls, could be defined already in the first round on October 2 in favor of the former president. (Photo by EVARISTO SA / AFP)
EVARISTO SA/AFP fotos

MÁS DE 156 MILLONES HABILITADOS A VOTAR

Nueva presidencia en Brasil deberá lidiar con un Congreso poco renovado y fragmentado.

Unos 156,5 millones de electores están convocados a las urnas hoy en Brasilpara elegir presidente en una disputa polarizada entre el derechista Jair Bolsonaro y el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, así como para renovar el Congreso y elegir a los gobernadores regionales.

En vísperas de las presidenciales más polarizadas en la historia de Brasil, la principal duda es si Lula, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), conseguirá más de la mitad de los votos válidos, que le garantizarán la elección sin necesidad de segunda vuelta.

Ello debido a que, según los sondeos, el exdirigente sindical cuenta con el 50 % de los votos válidos (ya descontados blancos y nulos), mientras que el líder ultraderechista, que aspira a la reelección, tiene 36 %.

Ante tal situación, Lula ha dedicado los últimos días de su campaña a buscar el llamado “voto útil”, es decir a atraer a electores de candidatos sin posibilidades que quieran apoyarlo para dejar definido el pleito.

El expresidente (2003-2010) extendió el pasado viernes su campaña hasta Ceará, el estado de mayor influencia del líder laborista Ciro Gomes, el tercer candidato más votado en las presidenciales de 2018 y que aparece tercero en los sondeos de este año (con 6 %), con la intención de intentar ganarse a los electores de su exministro.

De acuerdo con analistas, la posibilidad de que Lula consiga garantizar la reelección no depende tan solo de su éxito en la campaña para atraer el “voto útil” sino también del nivel de abstención, ya que una baja comparecencia a las urnas puede perjudicarlo.

Congreso

El vencedor de las elecciones presidenciales tendrá que lidiar con un Congreso poco renovado, muy fragmentado y con una mayoría de legisladores vinculados a partidos conservadores y de centroderecha.

De acuerdo con diferentes proyecciones divulgadas ayer, el porcentaje de caras nuevas en la Cámara de Diputados que será elegida hoy se limitará al 34 %, muy por debajo del registrado en 2018 (47 %) y el menor nivel en los últimos 22 años.

La proyección del Instituto Ideia indica que el 66 % de los 513 actuales diputados conseguirá reelegirse. Los cálculos son similares a los del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP) que prevé que, con la reelección de unos 300 diputados -de entre los 445 que buscan nuevos mandatos-, el nivel de renovación será del 40 %. En anteriores elecciones el número de los que intentaron la reelección fue menor: 407 en 2018 y 387 en 2014.

La renovación será aún menor en el Senado debido a que tan solo serán elegidos 27 de los 81 senadores, un tercio del total, y algunos de los actuales, como el exfutbolista Romario, tienen la reelección garantizada según los sondeos.

La limitada renovación mantendrá en el Congreso la actual mayoría conservadora, con partidos de centro y de centroderecha como dominantes, y bajo el control de parlamentarios vinculados al sector agrario y a grupos religiosos y al área de seguridad.

Según analistas de la DIAP, el reducido índice de renovación será fruto de los cambios en la legislación electoral, que redujeron el tiempo de la campaña electoral y del período en que los candidatos podían aparecer en el horario gratuito de propaganda en radio y televisión.

Estas reglas, así como el interés de los partidos en concentrar sus recursos en los candidatos más viables y la prohibición de la financiación privada de las campañas, aumentan la exposición de los parlamentarios en ejercicio y ocultan a los que quieren surgir.

Las proyecciones de ambos organismos sobre los posibles vencedores indican que los partidos de centroderecha y de derecha volverán a tener la mayoría mientras que los de centro izquierda y de izquierda elevarán su presencia pero seguirán siendo minoría.

Igualmente indican que el Congreso estará totalmente fragmentado, con representantes de entre 20 y 22 diferentes partidos, el mayor de los cuales no alcanzará los 90 diputados (17,5 % del total).

De acuerdo con las proyecciones, la mayor formación será el derechista Partido Liberal (PL), que postuló al presidente Jair Bolsonaro a la reelección, con entre 75 y 90 diputados, por encima de los actuales 76.

La segunda minoría la conformaría el Partido de los Trabajadores (PT), fundado y liderado por Lula, con entre 60 y 65 legisladores, por encima de sus actuales 56.

Enseguida se ubicarán cinco partidos de centro derecha y centro, que son los que ejercen actualmente el dominio en el Parlamento: Progresistas (PP, entre 53 y 59 legisladores), Unión Brasil (entre 50 y 54), Partido Social Democrático (PSD, entre 49 y 54), Republicanos (vinculado a grupos evangélicos, entre 38 y 42) y Movimiento Democrático Brasileño (MDB, entre 36 y 40).

Según las proyecciones de la firma Quaest, los partidos conservadores seguirán ocupando la mitad de la 513 sillas de la Cámara Baja, los de derecha encogerán ligeramente (de 253 a 245) y los de izquierda crecerán (de 121 a 129).

Los partidos cercanos a la coalición liderada por Lula deben elevar su número de representantes de 222 a 234, incluyendo los de algunas formaciones de centro que apoyaron los anteriores gobiernos del PT, como el MDB. Los que están en la órbita de Bolsonaro perderán algunas sillas, de 194 a 181, según proyecciones de Quaest.

Es decir, cualquiera que sea el vencedor, Lula o Bolsonaro, volverá a ser rehén en el Legislativo de los partidos de centro, que ya han apoyado a uno u otro dependiendo de lo que reciban a cambio.

Jair Bolsonaro. Foto: AFP.
Jair Bolsonaro. Foto: AFP.

Campaña en San Pablo

Bolsonaro y Lula disputaron ayer, en vísperas de las elecciones más polarizadas en la historia de Brasil, el voto de los habitantes de San Pablo, el mayor colegio electoral del país.

El líder socialista, a pie por calles céntricas, y el ultraderechista, de moto por calles periféricas, se exhibieron en el último día de la campaña ante los electores de San Pablo, estado que cuenta con 34,6 millones de los 156,5 millones de electores brasileños, casi la quinta parte del electorado.

Prohibidos de hacer proselitismo o campaña política debido al veto que rige desde el pasado viernes, ambos candidatos saludaron a aliados y seguidores y se mostraron ante las cámaras con el objetivo de llamar la atención a un día de la histórica decisión.

Lula recorrió la Avenida Paulista, principal vía de San Pablo, al lado de su compañero de fórmula, el centroderechista Geraldo Alckmin, y del candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la gobernación de San Pablo, el exministro de Educación Fernando Haddad.

Los dirigentes, que también caminaron por la famosa Rua Augusta, fueron seguidos por miles de militantes del PT vestidos de rojo y agitando banderas pese a una lluvia que casi dispersa a la multitud antes de la llegada de Lula.

Pese a los números contrarios en los sondeos, Bolsonaro manifestó su confianza en obtener la mayoría absoluta en la primera vuelta y garantizar su reelección.

Una de las principales dudas en la víspera de las presidenciales es la posible reacción de Bolsonaro en caso de una derrota, ya que el presidente ha dicho que tan solo aceptará el resultado si las elecciones son “limpias y transparentes”, algo que ha generado incertidumbre. La urna electrónica viene siendo usada por Brasil desde 1996 sin que hasta ahora se haya comprobado un fraude.

La camiseta

Bolsonaro pidió a los brasileños vestir la camiseta de la selección de fútbol de Brasil cuando acudan a las urnas en la jornada electoral.

“Ayúdenos, vaya a votar el domingo y vaya con la camisa amarilla, preferiblemente. La amarilla llama la atención. Vaya a votar con la camisa amarilla para mostrar que en la jornada electoral hay muchas más personas yendo a votar por nosotros que por los otros candidatos”, dijo en sus redes sociales.

Vestido él mismo con una camiseta amarilla de Brasil, Bolsonaro también pidió a sus seguidores que portaran la prenda ayer, en su recorrido en motocicleta por San Pablo.

La camisa de los pentacampeones del mundo y la bandera de Brasil se han convertido en símbolos políticos del bolsonarismo, aunque ya eran usados desde mediados de 2013 por sectores conservadores que protestaban contra la exmandataria de izquierda Dilma Rousseff.

Bolsonaro obtuvo el apoyo explícito de la estrella de la selección brasileña de fútbol, Neymar, mientras que Lula se ha granjeado el apoyo de celebridades como los músicos Caetano Veloso y Anitta, y se ha rodeado de figuras inesperadas, como el exjuez del Supremo Tribunal Federal Joaquim Barbosa, que lideró el juicio del escándalo de compra de votos en el Congreso que marcó el primer gobierno de Lula. (Con información de EFE y AFP)

Lula. Foto: AFP.
Lula. Foto: AFP.

156 millones de brasileros llamados a las urnas

Más de 156 millones de brasileños asisten hoy a la primera vuelta de unas elecciones decisivas.

El presidente Bolsonaro, excapitán del Ejército, de 67 años, ha centrado su estrategia en la exaltación de las armas, los valores morales (”Dios, patria, familia”). Es respaldado por influyentes sectores: el evangélico, el empresarial y el agropecuario.

Lula, de 76 años, quien dejó la presidencia con una aprobación superior al 80% pero cuya imagen se vio empañada por el escándalo de Lava Jato, asegura que volverá al poder para “arreglar el país”.

TikTok, Kwai, Instagram, YouTube

La desinformación que circula sobre el proceso electoral brasileño ha mutado desde las pasadas elecciones presidenciales de 2018 a videos cortos, sin mucha sofisticación y consumidos a gran velocidad para reafirmar las ideas preconcebidas de los votantes.

Los contenidos falsos han buscado sobre todo deslegitimar el sistema electoral y atacar a los dos principales candidatos, el actual presidente, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, con un 50 %.

A pesar de la voluntad de instituciones y organizaciones de la sociedad civil para evitar que la desinformación contaminara en exceso el debate de las elecciones presidenciales, con la primera vuelta hoy, los expertos advierten que su diseminación fue imparable.

En las elecciones presidenciales de 2018, los contenidos falsos que circularon en WhatsApp jugaron un papel crucial para la radicalización del electorado y la victoria de Bolsonaro, y llegaron a ser objeto de investigación del Tribunal Superior Electoral (TSE).

Para Sérgio Lüdtke, editor en la alianza de verificación brasileña Comprova, las fotografías o videos sospechosos que circularon ese año eran “mucho más fáciles de verificar”, pero desde la pandemia del covid-19 los creadores de contenidos falsos afinaron sus técnicas.

“La pandemia fue un posgrado para los diseminadores de la desinformación” que pudieron probar nuevos formatos, comenta en entrevista. El periodista asegura que en esta campaña, para desinformar, ya no es necesario “presentar datos o afirmaciones falsas”; basta con un recorte de un video real con una descripción engañosa que reafirme las creencias de los votantes, lo que vuelve el panorama “mucho más complejo que en 2018”.

Por ejemplo, internautas compartieron un video de Lula arropado por una multitud y lo acusaron de estar borracho, pero las imágenes solo muestran al candidato moviéndose con dificultad cuando lo agarra con fuerza un guardaespaldas.

En esta campaña ganaron mucho protagonismo los videos cortos de aplicaciones como TikTok, Kwai, Instagram o YouTube, mucho “más emocionales” que otros formatos y también más complejos de verificar con las herramientas actuales, según Lüdtke.

Las desinformaciones han buscado sobre todo deslegitimar el sistema de votación electrónico, implementado en el país desde 1996 y que nunca tuvo denuncias de fraude comprobadas. [EFE]

Votación en Uruguay

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó que 697.084 brasileros en el exterior pueden participar en estas elecciones, de los cuales 2.410 están en Uruguay.

La votación de los ciudadanos brasileros en Uruguay se realizará en el Instituto de Cultura Uruguayo Brasileño (ICUB).

Quieres quieren votar fuera de Brasil debían inscribirse el 4 de mayo con ese fin, según indicó oportunamente el Tribunal Superior Electoral brasilero, organismo que aclaró que desde el exterior solo se puede votar para elegir presidente de la República de Brasil.

Como el voto es obligatorio para la mayoría, la app e-Título puede ser utilizada para justificar la ausencia el día de la elección y después de esta, con la justificación pertinente. El país con más votantes brasileros es Estados Unidos.

“Resurge el Partido de los Trabajadores”
Lula buscará “recomponer” las relaciones con países
Mural de Lula. Foto: AFP.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva hizo ayer un llamamiento a los indecisos para que acudan a votar en las elecciones presidenciales y lograr una victoria en la primera vuelta.

Lula insistió en ese llamamiento en la rueda de prensa con la que cerró la campaña electoral, celebrada en un hotel de San Pablo junto a su mujer, Rosângela “Janja” Silva, y varios candidatos de la alianza progresista que encabeza.

“A los indecisos, a los mayores de 70 años y a los 16 que tienen título de elector, mañana (por hoy) es el día de hacer el principal acto cívico. Ayudar a tener el Brasil que soñamos”, dijo Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010.

En Brasil el voto es obligatorio para mayoría de los electores, pero es facultativo para los mayores de 70 años y para los jóvenes de entre 16 y 17 años.

El exmandatario rechazó comentar los sondeos de intención de voto, pero reconoció que es “optimista” con relación a las elecciones. “Solo puedo ser optimista, hay muchas chances de ganar en primera vuelta, porque el pueblo está con esa disposición. Por eso hago ese apelo para que el pueblo vote”, comentó.

Sea cual sea el resultado, aseguró, irá a la celebración en la avenida Paulista de San Pablo, para celebrar el “resurgimiento” del Partido de los Trabajadores (PT). “Resurgir de las cenizas como resurgimos es motivo de mucha alegría”, afirmó, quien estuvo 580 días en prisión entre 2018 y 2019 debido a dos condenas por casos de corrupción, que fueron posteriormente anuladas por el Tribunal Supremo.

Lula aseguró que pretende volver al poder “para recuperar el derecho del pueblo ser feliz”, “recuperar las instituciones”. De igual modo, aseguró que si gana en primera vuelta, tendrá más tiempo para montar su gabinete y para viajar al extranjero para comenzar a recomponer las relaciones internacionales antes de la fecha de la investidura, el 1° de enero. [EFE]

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