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Bernardo Arévalo asume la presidencia de Guatemala tras dura embestida judicial

La ceremonia fue retrasada por una inédita jornada parlamentaria en la que se buscaba impedir que Arévalo asumiera el cargo. Uruguay saludó al presidente y repudió el intento de obstaculizar el traspaso.

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Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala
Bernardo Arévalo, presidente electo de Guatemala.
Foto: AFP

Redacción El País
Nunca más el autoritarismo”, proclamó ayer el nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, tras ser investido jefe del Estado luego de un tormentoso proceso de transición en el que el Ministerio Público, algunos jueces y parlamentarios de la finalizada Legislatura intentaron impedir que asumiera el cargo.

Minutos después de la medianoche, Arévalo, un sociólogo de 65 años, juró como presidente para un mandato de cuatro años en un acto solemne en el Teatro Nacional, en el centro de la capital.

“Sí, juro”, dijo con la mano izquierda en la Constitución y la derecha alzada, al ser investido por el jefe del nuevo Congreso, Samuel Pérez, miembro de su partido Semilla.

Arévalo de León recibió la banda presidencial de manos de Pérez, elegido también en su cargo este domingo, debido a que el mandatario saliente, Alejandro Giammattei, se ausentó de la ceremonia argumentando que debía entregar su puesto a más tardar antes de la medianoche del domingo y por ello envió al Congreso los símbolos institucionales por medio de su secretaria.

“El pueblo de Guatemala ha demostrado su sabiduría, e instituciones como la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral han protegido el deseo soberano de los guatemaltecos de vivir en democracia”, afirmó el flamante presidente en su primer discurso.

La ceremonia fue retrasada varias horas hasta la madrugada por una inédita jornada parlamentaria en la que los diputados salientes y luego los de la nueva legislatura se enfrascaron en debates a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.

Con música y bailes, ondeando banderas, miles de seguidores de Arévalo lo esperaron horas en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional, desde donde el presidente pronunció sus primeras palabras tras asumir el cargo.

Ofensiva judicial

El camino de Arévalo a la presidencia fue tortuoso de principio a fin. La incertidumbre en torno a la investidura provocó que los representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA y presidentes latinoamericanos, presentes en Guatemala, urgieran al Congreso a cumplir con la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.

Arévalo, también exdiplomático y filósofo, pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.

Desde entonces Arévalo, enfrentó una ofensiva judicial que denunció como un “golpe de Estado”, detrás del que estaría la élite conservadora que por décadas ha regido el destino del país.

A la cabeza de esa ofensiva, la Fiscalía intentó retirarle la inmunidad a Arévalo, desarticular su partido y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales.

La embestida, basada en casos “espurios” según Arévalo, fue condenada por la comunidad internacional. Estados Unidos sancionó a cientos de fiscales, jueces y diputados por “corrupción” y por “socavar la democracia”.

Analistas advierten que lo más duro está por venir y no descartan que la Fiscalía continúe la persecución y solicite al Congreso retirarle la inmunidad de presidente.

Arévalo dijo que esta misma semana le pedirá la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva judicial y quien fue ratificada en su puesto por Giammattei hasta 2026.

Pero una renuncia de Porras es poco probable, según los analistas. Y aunque este domingo logró acuerdos políticos, Arévalo lidiará con un Congreso de 160 curules, en su gran mayoría de partidos tradicionales conservadores.

El presidente reconoce que afrontará enormes desafíos pues las “élites político-criminales, al menos durante un tiempo, seguirán enquistadas” en poderes del Estado, señaló.

La Guatemala que hereda ocupa el puesto 30 de 180 países en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional y con 60% de sus 17,8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina.

Según Arévalo, “lo más urgente” es recuperar las instituciones “cooptadas por los corruptos”, pero “lo más importante” es trabajar por el desarrollo social.

El nuevo presidente parece contar con el apoyo de la comunicad internacional. Entre otros líderes, el presidente de EE.UU., Joe Biden, felicitó a Arévalo y destacó su investidura como “testimonio” del “compromiso compartido con la democracia y la voluntad del pueblo”.

Lo mismo hizo Uruguay a través de un comunicado. “El Gobierno uruguayo saluda al investido nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, y lamenta los intentos de obstaculizar la transmisión de mando tal como lo establece el mandato constitucional que se sucedieron en la pasada jornada”, indica un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Pese a las dificultades que se avecinan, Arévalo, nacido en Montevideo durante el exilio de su padre, promete una “nueva primavera”, evocando a los gobiernos de los expresidentes Juan José Arévalo, su padre, y Jacobo Árbenz, una década (1944-1954).

Esa década fue conocida como la “primavera democrática”, de importantes reformas sociales y que llegó a su fin por un golpe de Estado auspiciado por Washington. (Con información de EFE y AFP)

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