La provincia argentina de Corrientes vive una “abrumadora sequía”, anuncian las autoridades

En solo siete días se quemaron más de 116.000 hectáreas y continúa la falta de lluvias. La producción está severamente comprometida ante proliferación de tierras quemadas.

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Corrientes: oficial en el operativo contra incendios en la provincia
Corrientes: oficial en el operativo contra incendios en la provincia
Foto: La Nación / GDA

La Nación (GDA)
Con una víctima mortal y pérdidas materiales que aún se cuantifican, los incendios en la provincia argentina de Corrientes ya quemaron más de 116.000 hectáreas de territorio solo en lo que va de febrero.

La suma de focos ígneos fue mayor durante la última semana, cuando el fuego se aceleró y arrasó casi con la misma cantidad de superficie alcanzada por las llamas en enero, que cerró el mes con alrededor 128.000 hectáreas arrasadas, según datos oficiales.

La situación es de angustia, porque ya se quemaron cerca de 250.000 hectáreas, lo cual aviva el recuerdo de los fuegos de 2020-2021, que convirtieron en cenizas más de un millón de hectáreas de campos y humedales.

El gobernador Gustavo Valdés recorrió la principal zona afectada en Curuzú Cuatiá y las asociaciones rurales convocan a colocar banderas amarillas en los campos donde existan reservorios de agua para la lucha contra las llamas. Este último viernes fue un día particularmente intenso en todo el sur de la provincia, aunque al caer la tarde las autoridades hablaban de un control de los fuegos. En la zona norte, en tanto, cayeron algunas lluvias de variada intensidad, lo que ayudó a aliviar un poco el panorama.

Sucede que, desde hace varios días, Corrientes es poco menos que la sucursal del infierno. Se queman los campos, pero en las ciudades las temperaturas son muy elevadas, con térmicas que superan con holgura los 40°C.

Argentina: Incendios en Corrientes.
Argentina: incendios en Corrientes.
Foto: La Nación (GDA)

Por esta razón, además de la sequía, bomberos, brigadistas y trabajadores de Defensa Civil redoblaron esfuerzos para mantener bajo control los focos ígneos que alcanzaron magnitudes enormes entre el miércoles y jueves pasados.

En el sur provincial, las zonas rurales de Corrientes más afectadas estos días fueron Santiago Baibiene (Departamento Curuzú Cuatiá) y Mariano I Loza (Departamento de Mercedes), “pero ambos focos ígneos fueron apagados”, confirmó el director de Defensa Civil de la provincia, Eulogio Márquez. En tanto, todavía preocupan las localidades de Perugorría, en el centro-sur, y La Cruz, en la costa del río Uruguay.

Tierra quemada

Márquez indicó que “efectivamente los incendios han sido mucho más grandes en lo que va de febrero en relación con todo enero”. “Estamos atravesando un momento muy difícil debido a la ola de calor, las altas temperaturas y una de las peores sequías. La utilización del fuego está prohibido en toda la provincia. Es fundamental tomar conciencia. Seamos responsables”, dijo el gobernador Valdés.

Valdés sobrevoló distintos focos de incendios en la provincia y el jueves, desde Curuzú Cuatiá, aseguró que el gobierno provincial pone a disposición todas sus áreas en coordinación con fuerzas locales para el combate al fuego. Remarcó, por otra parte, que impartió una orden al ministro de Producción, Claudio Anselmo: “Ver cómo podemos acomodar el sistema productivo y, de esta manera, brindar una mano a quienes todos los días le ponen el hombro y trabajan en la producción y economía provincial”.

Helicóptero arroja agua sobre un incendio forestal.
Helicóptero arroja agua sobre un incendio forestal.
Foto: La Nación/GDA

Producción afectada

En el plano de la producción ganadera, los trabajadores rurales ven la situación con preocupación. “Ver el campo totalmente destruido, todo quemado es muy lamentable, desesperante”, señaló Ana González, una productora ganadera de la zona de Curuzú Cuatiá, en declaraciones a Radio Dos. Según indicó, el viento es el principal problema ya que es el que propaga las llamas que terminan arrasando con todo.

“Es imparable este momento”. “De las 25.000 hectáreas quemadas en las últimas horas, 20.000 pertenecen a esta comunidad”, dijo ayer el intendente de Curuzú, José Irigoyen.

“Esto es un infierno. Es muy triste el panorama que tenemos”, añadió Carina Tomasella, presidenta de la Asociación Rural de Perugorría, en contacto con radio Sudamericana. “Hay una sequía abrumadora. Llevamos tres meses sin precipitaciones importantes”, informó la dirigente rural que al momento de la entrevista telefónica, pasadas las 21 ayer, recién estaba regresando de la zona afectada por el fuego.

Cerca de ese lugar, en el pueblo de Mariano I. Loza, conocido por los lugareños por Solari, Cindia Mendoza, directora de la escuela rural 919 del paraje Alem Cué, falleció el lunes pasado como producto de los incendios cuando intentaba auxiliar a su padre en el combate contra las llamas.

Pérdida de tierras fértiles y productivas

Las sequías en algunas provincias de Argentina, sobre todo en Corrientes, se han ido agravando en los últimos años y en particular en esta temporada, producto en gran parte del cambio climático. Las pérdidas materiales y de tierras para trabajar afectarán seriamente la productividad, dado que las llamas han arrasado terrenos fértiles y las lluvias y operativos no han sido suficientes para controlar el fenómeno.

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