A Milei lo engatusó un aventurero de 28 años que hacía sus primeros palotes en la timba financiera

Martín Rodríguez Yebra, periodista de La Nación (GDA) de Argentina, analiza las ideas y vueltas en relación al escándalo cripto en el que se vio envuelto el presidente argentino.

El presidente argentino, Javier Milei, llega para hablar durante la Conferencia anual de Acción Política Conservadora
El presidente Milei llega para hablar durante la Conferencia anual de Acción Política Conservadora
Foto: AFP

Martín Rodríguez Yebra - La Nación (GDA)
Al aspirante al Nobel de Economía lo engatusó un aventurero de 28 años que hacía los primeros palotes en la timba financiera. El verdugo de “la casta corrupta” dejó huellas pegadas en un negocio opaco que generó decenas de millones de dólares de la nada. Al genio de la comunicación lo tuvo que corregir en cámara su asesor estrella cuando intentaba dar explicaciones en una entrevista de televisión grabada.

El caso del token $LIBRA afectó a Javier Milei en los principales atributos de su personaje político: solvencia técnica, honestidad, autenticidad. Se vio desnudo al rey que amenazaba con decapitar a los funcionarios que cometieran errores. ¿Qué hacer cuando la peor crisis en 14 meses de gestión es únicamente atribuible a él o a su hermana Karina, guardiana del despacho presidencial y operadora oficial de la guillotina?

La respuesta que ofreció la Casa Rosada a ese dilema expuso las carencias de un dispositivo de poder donde predomina el terror a contradecir al líder y que entra en cortocircuito cuando un problema no se resuelve con el reflejo confortable de señalar a la desprestigiada clase política.

Por primera vez a Milei le tocó justificar un acto propio teñido de sospechas: ¿por qué había impulsado en las redes sociales un activo cripto que terminó mal y permitió que jugadores desconocidos ganaran cifras siderales en tiempo récord, a costa de un sinfín de desprevenidos? La reacción salió mal por partida doble. A los cabos sueltos que dejó su argumentación se sumó la imagen indecorosa de Santiago Caputo interrumpiendo una nota periodística para enmendar lo que el Presidente estaba diciendo.

Javier Milei rompe el silencio en TN tras el escándalo cripto.
Javier Milei durante la entrevista con Viale.
Foto: captura de video

La versión de Milei deja sobre todo un gran agujero lógico vinculado a su relación con Hayden Mark Davis, el joven texano que creó el fallido criptoactivo y a quien él había recibido en la Casa Rosada el 30 de enero. Si, como dijo en televisión, debe “levantar murallas” para filtrar mejor quién entra a verlo, si quedó involucrado injustamente en un negocio ruinoso, si Davis miente cuando dice que es asesor del Gobierno, ¿entonces por qué el Presidente no lo denunció ni le soltó la mano? Es curiosa tanta prudencia en alguien que tiene gatillo fácil para acusar: basta ver el video viral del viernes con su enojo en la sede del BID, en Washington, porque el ringtone de una llamada a su celular interfirió en la transmisión por Instagram del discurso que pronunciaba. En el estrado, dijo que “un imbécil malnacido” y “cabeza de pulpo” estaba marcándole a propósito para interrumpirlo. Mientras, los gurúes de su equipo de comunicación digital, a cargo del teléfono, se preguntaban al aire: “¿Vos sabés cómo se baja?”.

La mano de seda con Davis resulta sorprendente porque el muchacho se jacta de tener retenidos cerca de US$ 100 millones rescatados de la operación $LIBRA, dice que son “de la Argentina” y que espera “instrucciones” del Gobierno. Es un muchacho que antes de todo esto no aparecía ni en Google. ¿Qué no podría haber conseguido un espía extranjero que se hubiera propuesto entrar al círculo fraternal?

Después de cumplir la formalidad de que Milei se justificara, el oficialismo se concentró en demostrar que el escándalo no va a tener consecuencias reales sobre el plan económico. “Esto, en perspectiva, va a ser un bache apenas. La gente valora la baja de la inflación y la recuperación de la actividad que ya empieza a sentirse”, decía un funcionario de peso en la Casa Rosada. La doctrina de Grondona: “Todo pasa”.

Milei, en la Casa Rosada, con Hayden Mark Davis, a quien ahora señalan como responsable de $LIBRA.jpg
Milei, en la Casa Rosada, con Hayden Mark Davis, a quien ahora señalan como responsable de $LIBRA.
Foto: archivo.
CONGRESO

Amenazas de un juicio político se desvanecen

Las amenazas de un juicio político se diluyeron con la fuerza de su propia inconsistencia. Pero la posibilidad de que se aprobara en el Senado una comisión investigadora del caso podía disparar una señal de debilidad del Gobierno, de que le entraban las balas. El oficialismo se anotó entonces un triunfo que se festejó como una revancha al cabo de la peor semana de la era libertaria. Una muestra de poder agrandada por el espectáculo legislativo que permitió ver el estado de degradación del orden político contra el que Milei combate. Finalmente, Milei volvió a actuar como el titiritero de “la casta”. El kirchnerismo se mostró incapaz de articular una ofensiva sólida para meter el dedo en la llaga de Milei y terminó la semana zambullido en la batalla interna entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner.

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