Aislados del mundo exterior, los cardenales votan al sucesor de Francisco desde el mediodía de Uruguay

Un cardenal será elegido papa si consigue el respaldo de la mayoría de al menos dos tercios de los cardenales, en este caso 89, ya que los electores ascienden a un total de 133.

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Una mujer admira la vista desde la cúpula de la basílica de San Pedro en el Vaticano el 1 de mayo de 2016.
Una mujer admira la vista desde la cúpula de la basílica de San Pedro en el Vaticano el 1 de mayo de 2016.
Foto: AFP

Redacción El País
Llegó el día. Los 133 cardenales que elegirán al sucesor de Francisco deliberarán desde hoy miércoles en la Capilla Sixtina, aislados del mundo exterior hasta que acuerden el nombre del nuevo papa. Un día, dos, tres …, doce, hasta la fumata blanca.

Los últimos cónclaves han sido generalmente rápidos: Francisco fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI en 2005 en la cuarta y Juan Pablo II en 1978 en la octava, aunque otros se alargaron más, como el de Pío XI en 1922, que requirió catorce.

El método de elección del pontífice está regulado milimétricamente en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis (1996) y otros documentos vaticanos y, ante la eventualidad de que se alargue, prevé una serie de pausas de reflexión y salidas.

El objetivo es acelerar el acuerdo y, para ello, esa legislación establece que los cardenales voten encerrados en la Sixtina cuatro veces al día: dos por la mañana y dos por la tarde. En esta ocasión, comenzarán su reunión en la tarde del miércoles, desde las 16:30 hora de Italia (11:30 de Uruguay), y poco después se someterán ya a la primera votación. Los cardenales estarán incomunicado desde una hora y media antes, las 10:00 de Uruguay, sin internet y sin acceso a medios de comunicación.

Los turistas admiran la vista desde la cúpula de la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Los turistas admiran la vista desde la cúpula de la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Foto: AFP

La Constitución, en su artículo 74, establece que si después de tres días de escrutinios, es decir, de doce votaciones, los cardenales “encontrasen dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona elegir”, las sesiones se suspenderán por un día.

En esa pausa, podrán dedicarse a “la oración, al libre coloquio” entre ellos y a escuchar una “breve exhortación espiritual” del primer diácono.

En este cónclave, de alargarse, la pausa previsiblemente sería el próximo domingo, después de trece votaciones infructuosas (la de la tarde del miércoles y las cuatro del jueves, viernes y sábado).

La continuidad del cónclave, desde ese momento de pausa, alternará en los días siguientes ciclos de siete votaciones y recesos.

En la sexta y séptima jornada los cardenales llevarán a cabo otras siete votaciones y, si no hay acuerdo, en la última tarde harán otro descanso. Luego se volverá a votar hasta un máximo de otras siete ocasiones, en lo que sería ya su octavo y noveno día.

Un visitante camina bajo la columnata, con una vista del obelisco al fondo en el Vaticano.
Un visitante camina bajo la columnata, con una vista del obelisco al fondo en el Vaticano.
Foto: AFP

Los días diez y once, los purpurados volverán a votar otras siete veces. En ese momento, si no han elegido un nuevo papa, el cónclave ya sumará un total de 34 votaciones. Las negociaciones parecerán atascadas y la legislación vaticana propone una solución tajante. Tras un día dedicado a la “oración, a la reflexión y al diálogo” se someterán a la elección los dos cardenales más votados en el último escrutinio, que no podrán expresar su preferencia.

Un cardenal será elegido papa si consigue el respaldo de la mayoría de al menos dos tercios de los cardenales, en este caso 89, ya que los electores ascienden a un total de 133. El elegido, eso sí, deberá aceptar primero el nombramiento como nuevo pontífice, aunque también podría rechazarlo.

Todo este proceso, de acuerdo al protocolo vaticano, deberá transcurrir en la más absoluta discreción, sin que los purpurados electores salgan de los dominios vaticanos.

Los votos serán quemados tras el recuento en una estufa instalada ya para la ocasión en la Capilla Sixtina y el color del humo anunciará al mundo exterior el resultado: el negro indicará que no hay acuerdo; el blanco precederá el famoso Hambemus papam.

Ayer martes, los cardenales participaron en su última reunión preparatoria que celebran casi a diario desde el deceso de Francisco el 21 de abril y en las que abordan varias cuestiones sobre la Iglesia. A su término, realizaron un llamado a la paz “en Ucrania, Oriente Medio y muchas otras partes del mundo”, en una declaración escrita. La víspera antes de morir, Francisco había llamado una vez más a poner fin a los conflictos. EFE, AFP

Un prelado camina por la Plaza de San Pedro un día antes del inicio del cónclave, con la Basílica de San Pedro
Un prelado camina por la Plaza de San Pedro un día antes del inicio del cónclave, con la Basílica de San Pedro
Foto: AFP
SANTA SEDE

Destruyen Anillo del Pescador y los sellos del papa Francisco

El Anillo del Pescador y los sellos de Francisco, símbolo del poder pontificio, fueron anulados ayer martes, confirmó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, previo al cónclave para elegir a un nuevo papa. El anillo ha sido anulado incidiendo una cruz sobre su superficie por una mujer cuya identidad no ha trascendido, durante una de las reuniones o congregaciones de cardenales en el Aula del Sínodo de la Ciudad del Vaticano.

La mujer, según las imágenes difundidas por la Santa Sede, anuló el anillo y los sellos con un punzón para metales, ante la presencia del cardenal camarlengo, Joseph Kevin Farrell, encargado de administrar este periodo de “sede vacante”.

Los propios cardenales que participaron estos días en las congregaciones previas al cónclave fueron los que decidieron los plazos para la destrucción del Anillo del Pescador y de los sellos oficiales con los que Francisco marcaba sus cartas y documentos.

La anulación del anillo y del sello se lleva a cabo para evitar cualquier falsificación o manipulación de documentos papales. Con el mismo objetivo, tras el fallecimiento de Francisco, el 21 de abril a los 88 años, el camarlengo y otras autoridades vaticanas clausuraron su apartamento en la Casa Santa Marta.

El sello de la Guardia Suiza Pontificia mientras se cierran las entradas al Palacio Apostólico antes del cónclave.
El sello de la Guardia Suiza Pontificia mientras se cierran las entradas al Palacio Apostólico antes del cónclave.
Foto: AFP
en redes

De pedir oraciones a lavar sus camisas

Los cardenales compartieron ayer martes en redes sociales sus últimos movimientos antes de que hoy empiece el cónclave para escoger al sucesor del papa Francisco.

A pocas horas del aislamiento total y de quedar incomunicados, los purpurados aprovecharon sus perfiles en redes sociales, algunos con cientos de miles de seguidores, para decir adiós a la esfera pública y compartir sus últimos pensamientos, peticiones y preparativos antes del encierro.

Una de las escenas más llamativas la protagonizó el arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Chomali, quien publicó un vídeo lavando a mano una camisa blanca. “¡Lavando la camisa blanca para llegar al cónclave impecable! Unidos en oración”, escribió en X.

Más institucional fue el mensaje del cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, que optó por publicar un vídeo en el canal de YouTube de la Conferencia Episcopal de Colombia en el que habla directamente a la cámara y recuerda que los purpurados son “hombres de carne y hueso”.

El estadounidense Raymond Burke compartió en su perfil de X un vídeo rezando a la Virgen de Guadalupe: “Suplico por la Iglesia en un momento de gran prueba y peligro para ella”.

“Que, por tu intercesión, se elija al hombre más digno para ser Vicario de Cristo en la tierra. Contigo, pongo toda mi confianza en Aquel que es nuestra única ayuda y salvación”, escribió Burke.

También su compatriota, Josep William Tobin, recordó a la misma figura, aunque no para pedir ayuda directa para escoger al nuevo papa: “Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de todas las naciones y pueblos, mira con amor a todos tus hijos. Por tu intercesión, que podamos conocer siempre el amor y la bondad de Cristo”.

Otros purpurados optaron por encomendarse a figuras locales, como el cardenal uruguayo Daniel Sturla que recordó el aniversario de la muerte y beatificación de Jacinto Vera y pidió “que interceda por nuestra Iglesia y por la elección del nuevo papa”.

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