La capilla ardiente de Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 de diciembre, se ha cerrado definitivamente ayer miércoles después de tres días de exposición de sus restos mortales en la basílica de San Pedro.
Desde el lunes han acudido a rendirle homenaje unos 200.000 fieles, según la gendarmería vaticana, y varios líderes políticos, como el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Al final de la jornada de ayer también se acercaron hasta la basílica la reina emérita de España, doña Sofía, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
El papa Francisco, que celebró su tradicional audiencia de los miércoles por la mañana a pocos metros de la basílica (en el aula Paolo XVI), se refirió brevemente a Benedicto antes de comenzar su alocución.
“Antes de comenzar esta catequesis, quisiera que nos uniéramos a los que están aquí a nuestro lado rindiendo homenaje a Benedicto XVI y dirijo mi pensamiento a él, que fue un gran maestro de catequesis”, dijo el papa Francisco al comenzar la audiencia.
Y continuó: “Su pensamiento agudo y educado no era autorreferencial, sino eclesial, porque siempre quiso acompañarnos al encuentro con Jesús. Jesús, el Crucificado resucitado, el Viviente y el Señor, fue la meta a la que nos condujo el papa Benedicto, llevándonos de la mano. Que nos ayude a redescubrir en Cristo la alegría de creer y la esperanza de vivir”.
En el prólogo escrito por Francisco de un libro de recopilación de escritos de Benedicto XVI, y que fue adelantado hoy por los medios italianos, el pontífice argentino escribe: “Agradecemos sinceramente a Dios por habernos dado al Papa Benedicto XVI, con su palabra y su testimonio, nos ha enseñado que mediante la reflexión, el pensamiento, el estudio, la escucha, el diálogo y, sobre todo, la oración, es posible servir a la Iglesia y hacer el bien a toda la humanidad”.
Francisco será el encargado hoy jueves de presidir la celebración del funeral de Benedicto XVI, una situación casi inédita al tratarse de un papa emérito.
La liturgia que se seguirá durante el funeral, pese a que Joseph Ratzinger dejó escrito que quería que fuera algo sencillo y sobrio, será “sobre la base de referencia de la de un pontífice”, señaló el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
“Habrá algunas [partes] que no se harán porque son propias de un pontífice reinante, como la súplica final, que son muy específicas sobre el papa activo. Pero también algunas otras nuevas para dar al rito su componente de originalidad”, señaló. Todos los cardenales del colegio fueron invitados.
Bruni explicó también que Benedicto XVI será enterrado con las medallas y monedas acuñadas durante el pontificado, los palios usados cuando era obispo y un texto que describe el pontificado del papa. Se sabe también que el ataúd a la vista será una triple caja: ciprés (durante el funeral), y zinc y roble (en la sepultura).
Hoy saldrá de la basílica sobre las 8.50 hora local para permitir a los fieles rezar el rosario. Luego comenzará la liturgia y, al final, el cuerpo se llevará hasta la cripta para la sepultura, en torno a las 11.15.
Benedicto XVI dejó de ser Jefe de la Iglesia católica y del Estado Vaticano tras su renuncia en febrero de 2013. Por tanto, no se celebrará un funeral de Estado.
En base a El País de Madrid