Redacción El País
El expresidente Jair Bolsonaro dijo ayer domingo estar “listo para cambiar el destino de Brasil” al arengar a miles de manifestantes en San Pablo que se convocaron para apoyar al exmandatario que enfrenta la posibilidad de cárcel por presunto intento de golpe de Estado.
Bolsonaro afirma ser víctima de una “persecución política” para impedirle postularse a las presidenciales el próximo año. “Los que me acusan pueden tener muchos ases en la manga, pero tengo tres cosas de mi lado que ellos no tienen: Dios, la libertad y el apoyo de buena parte de la población brasileña”, dijo frente a miles de seguidores vestidos de verde y amarillo en la emblemática avenida Paulista.
Según cálculos de investigadores de la Universidad de San Pablo, unas 12.400 personas participaron ayer en la manifestación, contra 45.000 que lo hicieron en abril y 185.000 en febrero.
Bolsonaro, de 70 años, está acusado de ser el “líder de una organización criminal” que conspiró para mantenerlo en el poder tras perder las elecciones presidenciales de octubre de 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva. Según la Fiscalía, el supuesto plan golpista, que preveía incluso asesinar a Lula y a otras autoridades, no se concretó por falta de apoyo del alto mando militar.
“Denme el 50% de los diputados y de los senadores y cambio el destino de Brasil”, manifestó Bolsonaro a la multitud. “No estoy obsesionado por el poder, estoy enamorado de mi patria (...) No necesito ser el presidente”, agregó el exmandatario.
Pero esta vez, Bolsonaro no se presentó como candidato para las elecciones de 2026, a diferencia de otras veces, cuando aseguró que haría que anularan su inhabilitación para ser elegido hasta 2030.
La manifestación cierra un mes agitado para el expresidente en el ámbito judicial. Frente a los manifestantes, Bolsonaro volvió a negar de forma categórica todas las acusaciones en su contra, al igual que lo hizo el 10 de junio en su esperado cara a cara frente al magistrado Alexandre de Moraes, al que Bolsonaro ha tachado de “canalla”.
Ayer domingo, Bolsonaro recibió el apoyo de uno de sus más potentes aliados, el gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas, que lo calificó como el “más grande líder de la historia” del país.
“Él aún va a hacer la diferencia y contribuir mucho a Brasil”, dijo Tarcisio de Freitas, considerado potencial presidenciable en la ausencia de Bolsonaro.
“El principal mensaje de estas manifestaciones es que hay que ocupar el terreno. Hoy no se habla de candidatura”, dijo a la AFP Carlos Bolsonaro, uno de los hijos del expresidente y consejero municipal de San Pablo.
“Bolsonaro debe estar presente en este tipo de manifestaciones para mostrar al poder judicial que el pueblo está con él (...) hacemos todo lo que él quiere”, dijo Valdemar Costa Neto, presidente del Partido Liberal, la agrupación política del expresidente.
A mediados de junio, el cerco judicial se estrechó aún más en contra de Bolsonaro cuando la policía federal recomendó inculpar a su hijo Carlos, sospechoso de participar en una supuesta red de espionaje ilegal durante el gobierno de su padre.
Según los investigadores, el expresidente era el “principal destinatario” de la información obtenida, además de estar “en el centro de las decisiones” relacionadas con la elección de las personalidades espiadas por una “estructura paralela” dentro de la agencia brasileña de inteligencia (Abin).
Bolsonaro aprovechó la manifestación de ayer para atacar al Supremo Tribunal Federal por querer “no solo encarcelarme sino eliminarme” y para defender una amnistía para los condenados por los actos golpistas del 8 de enero de 2023, cuando miles de sus seguidores asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo. “Si fuese un intento de golpe, ustedes no estarían aquí. Lo que queremos es justicia, pacificación y el bien de nuestro país”, afirmó al aclarar que tal “pacificación” pasa por una amnistía.
Bolsonaro afirmó que los ataques vandálicos del 8 de enero fueron “organizados por la izquierda” y que el Gobierno de Lula escondió las imágenes de cientos de cámaras que registraron lo ocurrido.
“No incautaron ningún arma ese día. ¿Qué intentona es esa sin armas, con ancianos, mujeres y madres cargando banderas y biblias? Un golpe se da con las Fuerzas Armadas y con armas”, dijo el exmandatario en su discurso en la Avenida Paulista.
Bolsonaro dijo que la amnistía es una medida prevista en la Constitución y que puede ser aprobada por el Congreso como “camino de pacificación”, pero que espera que reciba respaldo del Ejecutivo y del Poder Judicial.
Sobre sus planes políticos y sin mencionar que no puede disputar las presidenciales de 2026, afirmó que trabajará para que los partidos que lo apoyan consigan mayorías en la Cámara de Diputados y en el Senado.
“Si en las elecciones me dan 50% de la Cámara y del Senado puedo cambiar el destino de Brasil sin necesidad de ser presidente. Con esa mayoría, quien lidere el Congreso mandará más que el presidente de la República”, aseguró.
En la manifestación de ayer fueron exhibidas banderas de Israel y de Estados Unidos.
Plazo a fiscal
La Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil dio el viernes un plazo de 15 días para que la Fiscalía presente sus alegatos finales en el proceso por supuesto golpismo contra el expresidente Jair Bolsonaro y otros siete acusados. Concluida la fase de instrucción, el magistrado Alexandre de Moraes, instructor del proceso contra Bolsonaro, deberá recibir primero los alegatos de la Fiscalía, que actúa como parte acusadora.
Brasileños sienten vergüenza de Lula, del Congreso y de la Corte
La gran mayoría de los brasileños dice sentir vergüenza de los actuales titulares de los tres poderes del país, con índices que varían del 59% para los senadores, el 58% para los diputados y los magistrados de la Corte Suprema y el 56% para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, según un sondeo divulgado el fin de semana. Por el contrario, el 62% dice sentir orgullo de sus alcaldes, el 61% del pueblo brasileño, el 55% de las Fuerzas Armadas y el 52% de los gobernadores regionales, de acuerdo con la encuesta de la firma Datafolha, que entrevistó a 2.004 personas en 136 municipios entre el 10 y el 11 de junio. Las autoridades con peores índices son los senadores, que generan vergüenza entre el 59% de los brasileños y orgullo tan solo entre el 27%, seguidos por los diputados federales (vergüenza del 58% y orgullo del 28%) y los magistrados de la Corte Suprema (vergüenza del 58% y orgullo del 30%). Lula tan solo enorgullece al 40% de los brasileños mientras que avergüenza al 56%.
Con información de AFP y EFE