Juan Andrés "Gordo" Verde: "Es muy difícil hablarle sobre Dios a una persona que tiene la panza vacía"

En entrevista con El País relató su experiencia viviendo en el asentamiento Santa Eugenia y su iniciativa de eliminar la máxima precariedad. Sobre la eutanasia aseguró que "van a perder los más pobres".

"Va a estar todo bien, vamo arriba", le dice Juan Andrés "Gordo" Verde a una vecina mientras se dirige a su casa para comenzar con una nueva entrevista. Por el camino, recibe el saludo de otras personas del barrio y el abrazo de niños que con su afecto le agradecen por sus acciones. Hace tres años decidió dar un cambio radical en su vida: pasar de vivir en la Parroquia Stella Maris de Carrasco a instalarse en un hogar contenedor en el asentamiento Santa Eugenia.

"Esto para mí no es una opción de vida definitiva sino una misión. Va a durar el tiempo que Dios quiera", asegura al comenzar la charla con El País. Entre cada respuesta toma mate, hace chistes y se muestra como "un tipo normal", como todavía se considera a pesar de ser una figura pública hace ya varios años.

"Me sigo poniendo nervioso. Todavía no caigo que camino por la calle y la gente me saluda", confiesa, aunque asegura que esto también le juega malas pasadas debido a que no suele cuidar sus declaraciones sino que se muestra tal como es. Todos los días dedica tiempo para la oración, intenta no descuidar el deporte y su agenda está llena de visitas, entrevistas y acompañamiento en el barrio.

La asociación civil Cireneos, que fundó junto a otras personas en 2017, ya tiene presencia con diferentes iniciativas en Montevideo y varios departamentos del interior. La dinámica de su rol lo lleva a convivir diariamente con altas jerarquías, pero también con problemas cotidianos de cualquier vecino del barrio. "Como cura intento vivir en la cruz. Unir al de arriba con el de abajo, al de izquierda con el de derecha", asegura.

Juan Andrés "Gordo" Verde en capilla del asentamiento Santa Eugenia
Juan Andrés "Gordo" Verde en capilla del asentamiento Santa Eugenia.
Foto: Ignacio Sánchez/El País.

Mientras habla se escuchan de fondo ruidos del taller de herrería que se encuentra al lado de su contenedor. Cerca de allí hay otros que funcionan como peluquería, un espacio de apoyo escolar o consultorios de ASSE. Del otro lado una cancha de fútbol que pisaron figuras como el campeón del mundo con España, Carles Puyol, en su visita a Uruguay. Allí se entretienen y proyectan sus sueños decenas de niños.

Durante la conversación recalca en varias oportunidades con ilusión y firmeza su principal objetivo en este momento: eliminar la máxima precariedad. "Antes que buscar resolver los asentamientos, es necesario lograr que nadie viva en situaciones de máxima precariedad. Y se puede", asegura.

– ¿Cuál es el camino?
Por mucho tiempo hemos considerado como sociedad que las soluciones transitorias son un gasto y por eso es mejor apelar a lo definitivo, y yo creo que no es así. Es más, lo transitorio aplicado con un carácter progresivo puede llegar a ser mucho mejor y más justo. Porque me parece muy injusto que alguien que no está preparado para recibir una vivienda de 90 mil dólares la reciba y después no la sepa cuidar, mientras otros lo único que necesitaban era un empujoncito para salir de la máxima precariedad. Hay que ir educando a las familias y a las personas. A este contenedor, no le entran ni las balas. ¿Y sabés qué? A cualquier familia que viva en un rancho, poder darle uno de estos es una tremenda solución y lo sacaste de la máxima precariedad. No es para siempre, pero lograste sacar a todos los que estaban en esa situación y a la vez ir trabajando con las opciones definitivas.

– ¿Qué pasa con las soluciones definitivas?
– La solución definitiva es algo que tiene que proveer el Estado. Nosotros vimos que lo definitivo muchas veces tarda, incluso por todos los procesos naturales que lleva el Estado. Muchas veces tiene que ver con lo lento de lo burocrático. Cinco años en la vida de un niño es un montón, ni que hablar los primeros de su vida. Cada uno hace su mejor esfuerzo.

Uno de los objetivos que se plantea en el corto plazo es conseguir que el gobierno descuente el IVA de los contenedores. Si bien ya han tenido instancias con autoridades del actual gobierno como del anterior, todavía continúan esperando. "No encontramos la manera de poder seguir bajando costos para poder llegar a más familias. En esto el Estado podría tener a bien ayudarnos", asegura y relata que durante la campaña electoral tuvo una reunión con Yamandú Orsi, quien se habría comprometido a buscar formas de ayudar.

Asentamiento Santa Eugenia
Asentamiento Santa Eugenia
Foto: Ignacio Sánchez/El País.

– ¿Qué te enseñó el vivir en el barrio?
– Yo estudié para cura, hice filosofía y teología. Pero cuando te encontrás mano a mano con una persona que se está muriendo, con dos jóvenes que se están casando, con un niño para bautizar, todo lo que aprendiste te sirve, pero no es lo mismo. Vivir acá, más que aprender, te ayuda a entender. Y es necesario entender para poder descubrir la salida. No es lo mismo tirarle una soga a alguien que se cayó a un pozo que saltar y decirle “salimos juntos”. Por ejemplo, que una niña o un niño te diga, "si llueve no me bajo de la cama" es incomprensible para cualquiera de nosotros.

– ¿Hace falta que más gente entienda y no solo que aprenda?
– Para que una solución funcione hay que llegar a la raíz del problema. No alcanza con conocer para llegar a la raíz del problema. Es necesario ponerte en el lugar del otro, descubrir desde sus zapatos cómo son las cosas. Ahí te podés llevar sorpresas. De pronto ves que con un vaso de agua resolviste lo que tú creías que era con un termo. Y no solamente resolviste sino te diste cuenta que era mucho mejor.

– ¿Cómo se hace para hablarle de Dios a la gente que no tiene ni un pan para mañana?
– Jesús antes de dar quizás el discurso más importante de su vida, en lo que conocemos como el sermón de la montaña, se dio cuenta de algo. De que había mucha gente y no tenían qué comer. Ahí pasó algo que muchos conocen, que fue la multiplicación de los panes y de los peces. Y después predicó. Nosotros tratamos de seguir esos pasos. Es muy difícil hablarle sobre Dios a alguien que tiene la panza vacía ¿Cómo le voy a decir a alguien que Dios te quiere y te ama si todas las noches te toca dormir en el mismo cuarto que tus hermanos grandes están en el rancho todos amontonados? Es muy difícil. A mí me gusta mucho una frase que decía San Francisco. Decía, “habla de Dios en todo momento y si es necesario usa las palabras”.

Además

Hogares modulares y viviendas definitivas

La asociación civil Cireneos lleva su nombre en honor a Simón de Cirene, hombre que ayudó a Jesús a cargar la cruz y "no pasó indiferente ante la injusticia", según palabras de Juan Andrés Verde. Tiene como tres patas educación, vivienda y fe. Entre las múltiples iniciativas que tiene en todo el país se encuentra Rancho Cero, el proyecto destinado a "eliminar la máxima precariedad".

Actualmente llevan colocados 120 contenedores que funcionan como solución transitoria. Estos hogares tienen un costo de US$ 15.000. "Con lo que ayudarías a una familia a salir definitivamente podes ayudar a cuatro o cinco familias a salir transitoriamente", explica.

Además, están trabajando en dos grandes realojos en los barrios Santa Eugenia y Ramblas de Costanera. En el primero son 250 familias, de las cuales 60 ya están viviendo en casas que forman parte del llamado Proyecto Colmena, que es un proyecto privado.

Para selección de las familias a realojar se tienen en cuenta varios aspectos. Uno de ellos es si hay niños, adultos mayores o personas con alguna enfermedad.

“No todo es agradecimiento, no todo es color de rosas. Hay familias que valoran mucho lo que reciben. Hay otras que no. Cuando alguien interviene un barrio desde afuera es una cosa, pero cuando alguien va y vive en el barrio, es otra. Entonces, no todo ha sido lineal, pero rescato el agradecimiento y la valoración de la inmensa mayoría que a la vez nos impulsan a seguir creciendo", asegura.

La asociación es auditada por una consultora de nivel internacional.Esto permite que ocurran situaciones como que la productora de Shakira haya colaborado con la causa con parte del dinero recaudado de las entradas.

Juan Andrés "Gordo" Verde con un vecino del asentamiento Santa Eugenia
Juan Andrés "Gordo" Verde con un vecino del asentamiento Santa Eugenia.
Foto: Ignacio Sánchez/El País.

"Si van a aceptar la ley de eutanasia que sea lo mejor posible"

La discusión por el proyecto de ley de eutanasia que se está tratando en el Parlamento despierta opiniones divididas. A raíz de un video publicado en sus redes sociales sobre el tema, el Gordo Verde tuvo mucho apoyo, pero también reacciones negativas por su postura contraria a la iniciativa. En su charla con El País expresó tener "respeto por todas realidades" porque las conoce.

"Me parece que lo que se está proponiendo es muy abarcativo y con pocas garantías. Puedo entender a quien pida la eutanasia y respetarlo, pero no estoy a favor", dice y asegura que "el que no tiene plata va a sufrir".

– ¿Qué evaluación haces sobre el proyecto de ley de eutanasia?
– Mi opinión la dije en el video pero también se la expresé a políticos cara a cara. Lo planteo como, si van a aceptar la ley al menos que sea lo mejor posible, no me abran el abanico donde entra todo el mundo. Porque al final la verdad es que van a perder los más pobres. En esta sociedad del descarte te puedo asegurar que donde abran las compuertas para que corra el agua, después va a ser muy difícil controlar. Subrayo que tengo mucho respeto por quien en situación terminal pide la eutanasia, pero considero que hoy la salud prevé la sedación paliativa para poder poder dar la mayor cantidad de calmantes posible.

Además

Búsqueda de la felicidad

La decisión de ser sacerdote no llegó de un día para el otro. Se trató de una búsqueda que se coronó en una misión cuando tenía 19 años, hoy tiene 36. Para ese momento jugaba al rugby, tenía novia y era "de los peorcitos de la clase", pero no terminaba de ser feliz. "Dios no llama a los perfectitos, sino que va capacitando. Mi lema sacerdotal es ´el señor vino a buscar y salvar lo que estaba perdido´. Siento que es lo que él ha hecho conmigo y lo que yo intento hacer con los demás", asegura.

Todavía recuerda con un poco de vergüenza cuando lo expulsaron de un mundial de Rugby por pisar a un rival. "Es muy fuerte eso, fue una indisciplina. Le estaba haciendo daño a un compañero, pero eso no justifica", dice.

"¿Dónde está Dios? ¿Dónde está ese Dios del que tanto me habían hablado mis padres?", fueron las preguntas que se hizo al comenzar su búsqueda. "Dios dejó de ser algo para ser alguien, y que podía ser mucho más feliz al darme y a brindarme que al querer tener, ser o poseer", explica.

Su concepción de "ricos y pobres" no se basa en lo material, sino que diferencia entre ese tipo de riqueza y la espiritual. "No hay nadie tan rico que no tenga nada para recibir, no hay nadie tan pobre que no tenga nada para dar”, reflexiona y hace mención a una mujer que todos los meses colabora con $200 a Cireneos, cuando "a veces no tiene un plato de comida suculento como el que todos tenemos".

"Que triste cuando creemos que nuestra mayor riqueza pasa por lo material. Porque entonces no entendemos lo esencial de la vida. Y que lindo poder ser puentes ahí donde nos toca estar", concluye.

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