El pasado martes 6 de juniono fue un día más. Una retroexcavadora de la Intendencia de Canelones paró en seco durante su trabajo en el Batallón 14. Después de golpear la tierra en su tercera pasada por la trinchera 405 en busca de restos de detenidos desaparecidos, dio con un cráneo enterrado entre abundante cal.
El segundo paso fue el ingreso del equipo de antropólogos que comenzó a trabajar de forma manual. El resultado: a media tarde de este miércoles se había logrado encontrar el 70% de un cuerpo humano, que según las pericias pertenece a una sola persona. Todo estaba apenas 40 centímetros bajo la tierra.
Por el momento, la investigación logró determinar que los restos son de una persona adulta, pero se desconoce la causa de la muerte, el sexo -aunque se tienen sospechas- o la edad del fallecido. Además, no se detectaron vestigios de ropa y el detector de metales aplicado en la zona tampoco encontró objetos que puedan ser asociados, por ejemplo, a una bala.
Luego del relevamiento planográfico y fotográfico de la zona hecho por parte de la Policía Científica, Fiscalía ordenó la creación de un equipo multidisciplinario conformado por la forense Cecilia Vallejo, la antropóloga Alicia Lusiardo y la doctora Rosana Manikowski, quienes llevarán adelante las tareas posteriores al levantamiento de los restos.
A partir de este momento se abren dos instancias: la primera de carácter “administrativo”, que implica la elección de un titular de la cadena de custodia. Desde este jueves, por orden Fiscalía, Lusiardo fue elegida como titular. Esta cadena de custodia de los hallazgos está compuesta por el equipo de antropólogos y personal militar de apoyo.
“Se levanta el cuerpo, se lleva al laboratorio, en el laboratorio se hace el trabajo de limpieza, se arma el cuerpo, se analiza que estén todas las piezas y en qué condición están y se determina cuál es la causa de la muerte”, comentó el fiscal Perciballe en diálogo con No toquen Nada (Del Sol FM).
Entre otras tareas, los restos serán escaneados por rayos X para determinar si hay restos de un proyectil.
Luego, “de una parte de ese cuerpo se extrae ADN que se envía a Argentina para conocer la identidad. Una vez que se conoce la identidad, se entregan los restos a la familia y determinarán si se hace un acto o entierra en forma privada”.
Tras estos pasos, se procederá a la instancia judicial, donde Fiscalía analizará si ya existe una causa abierta por esa persona. “En ese caso se presentará en el juzgado competente —si es por el viejo código penal— y se aportará la causa para determinar si estamos frente a una desaparición forzada o un homicidio”, detalló Perciballe.
Si no existe una causa abierta, el procedimiento prosigue a fin de descubrir quién o quiénes fueron responsables y quiénes encubrieron la desaparición.