Redacción El País
El expresidente español José María Aznar participó ayer del coloquio “Libertad, políticas y desarrollo” que se hizo en el auditorio del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, y allí marcó algunas advertencias a futuro para América Latina, inmersa en un mundo enfrascado en la “revolución tecnológica” con múltiples impactos en la vida cotidiana, y en una era con cambios dinámicos y disruptivos en las relaciones de poder internacional.

“Uruguay va bien”, dijo quien gobernó España entre 1996 y 2004 sobre el final de una jornada que organizaron el CED y el Atlántico Instituto de Gobierno, en entrevista con Martín Aguirre, director del diario El País. “Hay que perseverar -siguió. En las políticas buenas e inteligentes la perseverancia es muy importante”.

Pero Aznar también habló del ordenamiento mundial, que recordó que hoy se organiza en torno a la tensión entre los Estados Unidos y la República Popular China. El gigante asiático, advirtió el político español, tiene ya una presencia preponderante en América Latina, y la seguirá teniendo de manera cada vez más intensa. “Pensar que la presencia China en Latinoamérica no va a tener consecuencias políticas es absolutamente absurdo”, fue la advertencia del español. Por eso, agregó, surge el desafío y la “responsabilidad” tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea en competir contra el desembarco chino en todo el globo e imponerse ante el gigante asiático en las diferentes regiones. “Algunos piensan que la victoria china es inevitable; yo no lo creo”, señaló al respecto.

Aznar también fue consultado por la suerte que ha tenido la libertad de los individuos en estos tiempos de cambios, y en respuesta pidió observar las implicancias que ha tenido el avance de la tecnología, con el desarrollo exponencial de las plataformas que gobiernan las grandes multinacionales y las redes sociales.

“La privacidad ha desaparecido de nuestras vidas” como consecuencia de la digitalización, afirmó. “(Y) la desaparición de la privacidad hace a las personas menos libres. Hoy somos menos libres”.

Por eso destacó la importancia vital de proteger aquellas democracias basadas en la libertad, valor sobre el cual ha construido su vida política y en el que sigue creyendo y confiando, recordó el ex jefe de Estado europeo, que concluyó: “Los democracias que están basadas en la libertad son frágiles, pero no son débiles si mantienen la fuerza de la libertad”.