El trasvase de OSE que permitirá verter hasta 200.000 metros cúbicos (m3) de agua dulce del río San José al Santa Lucía, a la altura de la represa de Belastiquí, comenzó ayer a funcionar a pleno.

La obra, que insumió poco más de un mes y una inversión estatal de unos US$ 35 millones para hacer frente a la crisis hídrica, se concretó en tiempo “récord”, destacó el presidente de la Cámara de la Construcción, Alejandro Ruibal.

La iniciativa presentada por dicha cámara y desarrollada por las firmas Ciemsa, Cujó, Espina, Saceem, Stiler y Teyma, junto a OSE, será una alternativa más en situación de déficit hídrico ya que permitirá aportar cerca de la mitad de la demanda del agua de Montevideo y zona metropolitana.

Decenas de ingenieros lograron dormir tranquilos este miércoles cuando les llegó un video cerca de la medianoche que daba cuenta de la primera descarga del agua del río San José en el Santa Lucía. El llenado de toda la tubería insumió unas 11 horas.

Durante unos 35 días se desarrolló una obra contra reloj para instalar bajo tierra unos 13,2 kilómetros de caños importados, de 1.200 milímetros, y diez bombas que permitirán trasvasar el agua dulce. Se trajeron ductos desde Brasil y Argentina; y piezas especiales desde Israel, China y Chile.

El ruido ayer era incesante. Provenía de dos de las cinco motobombas instaladas en una margen del río San José, en Paso Valdez, sobre el kilómetro 66 de la ruta 45, a una hora de Montevideo. En total, habrá 10 equipos cuando se monten las cinco electrobombas, marca KSB, importadas desde Chile, que ya están en el país.

Cada bomba está conectada bajo tierra mediante caños de 400 milímetros a un ducto múltiple, que con sus respectivas llaves de paso permite regular el flujo que aporta cada una.

César Fernández, gerente de obras de OSE, dijo a El País que está previsto que en unos 10 días se pongan en funcionamiento todas las máquinas, que insumirán 20 m3 de gasoil al día. Para el caso de las motobombas, aguardan válvulas de seguridad, que llegarán desde China en avión.

Hasta el momento, comenzaron a funcionar dos de los 10 equipos, que bombean unos 2.000 m3 por hora. Este volumen, graficó Ruibal, permite abastecer a 150.000 personas.

El directivo remarcó que esta obra presentada por la Cámara de la Construcción se hizo un tiempo “récord” e implicó el trabajo de seis constructoras “en simultáneo”.

Ruibal también hizo un reconocimiento al sindicato de la construcción (Sunca) que no tomó ninguna medida, pese a que se llevaban negociaciones salariales. “Esto es un éxito por donde se lo mire”, enfatizó.

Tanto a un costado de la ruta 45 como en el Camino La Paloma, más al norte, se notaba que hubo movimiento de tierra. Debajo están instalados 11,3 kilómetros de ductos brasileños, que llegaron en más de 210 camiones. Cada caño de fundición, de color azul, mide siete metros y pesa tres toneladas. Para completar el tramo, se usaron casi dos kilómetros de caños argentinos de polietileno de alta densidad (PEAD).

Jorge Minola, subgerente técnico de OSE, remarcó que esta obra da “una versatilidad y maniobrabilidad del sistema que es muy valiosa”. Su uso es estratégico porque permitiría mantener la potabilidad del agua, al tiempo que evitaría utilizar reservas de Paso Severino, diezmadas por la sequía.

El jerarca agregó que se prevén dos milímetros de lluvias en la cuenca del Santa Lucía durante las próximas dos semanas, por lo que, advirtió, el país continúa enfrentando “un escenario de sequía importante”.